Quartararo y repetir carreras en Misano: de ganar MotoGP a sufrir con Yamaha
La última vez que MotoGP repitió carreras en Misano, Fabio Quartararo se proclamó campeón del mundo de MotoGP. Ahora, en 2024, su situación es muy distinta.
MotoGP volverá a repetir carrera en un mismo circuito este fin de semana. El campeonato hará un 'revival' de la pandemia del COVID-19, cuando tenía que hacerlo por la más acuciante necesidad, y volverá a viajar al Misano World Circuit Marco Simoncelli por segunda vez, tras visitarlo hace apenas dos semanas para el Gran Premio de San Marino y para el habitual test de septiembre en el que se empiezan a perfilar las motos del año siguiente.
La razón en este caso viene por la no disputa del GP de India, que tenía que disputarse originalmente en esta fecha (del 20 al 22 de septiembre), ni tampoco del de Kazajistán, que en primera instancia apuntó como el principal candidato para ser el sustituto, pero que finalmente se cayó del organigrama, por lo que la categoría reina aún no ha estrenado el circuito de Sokol. De esta forma, las circunstancias han hecho que vuelva a celebrarse el Gran Premio de Emilia Romagna en la pista italiana.
Esta repetición de grandes premios en Misano trae muy buenos recuerdos a un integrante de la parrilla de las motos en especial: a Fabio Quartararo. Y es que, en la anterior vez que esto ocurrió, en 2021, el piloto francés se alzó con su único título mundial hasta la fecha.
El 'Diablo' llegaba a aquella carrera, la antepenúltima del año dentro de un organigrama de 18, con una cómoda ventaja sobre su principal rival, Pecco Bagnaia. Concretamente, de 52 puntos. Quartararo había sido el gran dominador de la campaña, con varias poles (5 consecutivas entre Portimao y Montmeló) y cuatro victorias (en Doha -segundo GP en Losail-, Portugal, Mugello y Assen).
Sin embargo, un Bagnaia más fallón que hoy en día (ante sus primeras oportunidades realistas de ganar un título de MotoGP y ya como piloto oficial de Ducati) venía recortándole puntos con dos triunfos en Aragón y en el propio circuito de Misano, un circuito que precisamente ya se había visitado dos grandes premios atrás. El anterior al de la Emilia Romagna como tal había sido en Austin, donde Marc Márquez se alzó con su segundo triunfo post lesión.
Lo cierto es que, más allá de los resultados de Bagnaia, todo hacía pensar que Quartararo sería el campeón del mundo en 2021, y que lo máximo que podría hacer Bagnaia sería retrasar el alirón a la segunda visita en Portimao. Pero no fue capaz, pese a la tensión que añadió el hecho de que el italiano saliera en la pole y que el galo solamente pudiera ser 15º el sábado. Quartararo fue capaz de remontar hasta la cuarta posición, y el pupilo de Valentino Rossi le dio el título en bandeja de plata al caerse a 5 vueltas del final, y cuando marchaba en cabeza de carrera.
Fabio Quartararo tras proclamarse campeón del mundo
Foto de: Yamaha
Así, el #20 fue capaz de conseguir su objetivo de volver a ser campeón, dándole un nuevo título a Yamaha (el primero desde Jorge Lorenzo en 2015) y devolviéndole a los de Iwata la confianza que habían puesto en él para promocionarle desde Moto2, cuando pocos creían en su talento. Pero, tres años después, la situación es muy distinta. Las tornas han cambiado, e irónicamente ahora es la marca japonesa es la que agradece que su principal activo siga confiando en ellos.
Si bien la crisis de resultados de Yamaha ya se había empezado a atisbar en 2017, el título de 2021 fue un oasis en el desierto. En 2022, Quartararo trató de volver a pelear por la corona, y lo cierto es que parecía muy cerca de conseguirla, llegando al ecuador de la campaña con 91 puntos de ventaja sobre el turinés. Pero aquel colchón se esfumó: Bagnaia se erigió como el piloto más rápido, superó ciertos problemas internos en Ducati que incluso introdujeron el debate de que se necesitaran órdenes de equipo -por el hecho de que Enea Bastianini no le recortase puntos- y acabó llegando a Valencia con una ventaja muy holgada sobre el de Niza, de 23 tantos.
No tuvo mayores problemas para alzarse con el dorsal #1, que tampoco soltó en 2023 frente a Jorge Martín y Márquez, en una MotoGP plenamente dominada por los de Borgo Panigale. Pero Quartararo no pudo remontar la situación, y el año pasado se vio condenado a desaparecer plenamente de la zona alta, con la M1 como una de las peores motos, solamente por encima de la Honda.
Tan mal fueron las cosas que, ahora, las dos fábricas japonesas se benefician del nuevo sistema de concesiones de la categoría reina, para recuperar su brillo pasado. Pero Fabio lo pasó mal por no encontrar el camino rápido y tener que resignarse, y tras muchas quejas hacia los de los tres diapasones, a principios de este 2024 estuvo a punto de dejar Yamaha. Acabó renovando, gracias a una notable mejora económica de su contrato y a la promesa de mejora del proyecto de los nipones, algo que se ha traducido en la incorporación de Pramac como nuevo equipo satélite -con carácter prácticamente oficial-.
De esta forma, es indudable que el panorama para Quartararo ha cambiado bastante a peor. Pero el joven de 25 años espera revertir la situación gracias a esta 'europeización' de su marca, que continúa probando novedades -incluso preparan un motor V4- y realizando pruebas privadas para mejorar su rendimiento. Él ya lo ha dejado claro: su objetivo es volver a ser campeón con Yamaha. Seguramente no será a corto plazo, pero también lo es que se dejará la piel para que eso ocurra.
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