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Artículo especial

La historia completa y saga de la cancelación del GP de Imola F1

La historia completa de cómo se llegó a la decisión de cancelar el GP de Emilia Romagna en Imola a dos días de empezar y por qué la F1 hizo bien.

Aspectos del circuito

Foto de: Steve Etherington / Motorsport Images

El malestar era exactamente el mismo. Por segunda vez en poco más de tres años, cogía un avión para asistir a una carrera en la que el desastre se cernía sobre ella.

Pero con la cancelación del Gran Premio de Emilia Romagna 2023 de este fin de semana, el resultado para la Fórmula 1 es muy diferente al de aquella oscura semana de marzo en Australia 2020. Entonces, el campeonato dudaba sobre qué hacer ante el desarrollo de la terrible pandemia de COVID-19.

Por aquel entonces, la situación no estaba tan clara como a algunos les podría haber parecido, ni se disponía de la ventaja de saber lo que ocurriría a posteriori. En realidad, no se sabía hasta qué punto iban a empeorar las cosas para todo el mundo, y pocos imaginarían lo que finalmente fue.

Pero los horrores hospitalarios de China e Italia ya habían dado un indicio de lo que se estaba extendiendo por todo el planeta. Y había habido tiempo suficiente, y algo de "seguridad en los números", dado que la NBA y algunas otras categorías de automovilismo ya habían decidido empezar a cancelar eventos para evitar que el personal del paddock, casi un total de 2.000 personas, se embarcara en vuelos.

A la F1 se le endosó la etiqueta que le colgó Lewis Hamilton de que "el dinero es el rey" antes de que las discusiones se prolongaran hasta bien entrada la famosa noche de Melbourne y de que se produjeran escenas de aficionados acudiendo a la pista de Albert Park antes de una sesiones de entrenamientos de F1 que nunca se acabarían disputando día siguiente. La reputación del campeonato se resintió.

Sólo 17 meses después, cuatro promesas inútiles de actualizaciones meteorológicas y más de tres horas pasaron entre la polémica "salida" y la "llegada" del GP de Bélgica de 2021. Aquello todavía está vergonzosamente registrado como una "carrera" en los libros de historia de la F1 y grabado en las mentes de muchos aficionados que se empaparon para nada ese día en las Ardenas.

Y ahora, después de cinco reuniones informativas sobre la evolución de la situación tras las que no hubo ninguna llamada sobre si la carrera prevista para este fin de semana en Imola seguiría adelante o no tras las devastadoras lluvias torrenciales y las posteriores inundaciones en la región de Emilia Romagna, una vez más gran parte de ese paddock de la F1 se dirigió a los aeropuertos.

The 2021 Belgian GP turned into a farce as F1 botched its handling of the weather-affected 'race'

El GP de Bélgica 2021 se convirtió en una farsa por la chapuza de la F1 al gestionar la "carrera" afectada por el tiempo

Para cuando muchos aterrizaron, la situación había cambiado: el evento se había cancelado y es poco probable que se repita este año.

Aunque ojo:

El circuito de Mugello, que acogió en 2020 una ronda ante la COVID-19 para celebrar lo que Ferrari había determinado como su carrera número 1.000, está a sólo 79 kilómetros del circuito de Imola. Pero esta vez no habría podido ser un sustituto viable con tan poca antelación, dados los requisitos de infraestructura para trasladar e instalar un evento de F1. Además, había informes de terribles daños en las cercanías.

Pero fue interesante preguntarse por un momento, mientras se llamaba a las agencias de viajes y se abrían las pestañas de gestión de reservas, si volver a ese paraíso de circuito deliciosamente ondulado, pintoresco y desafiante de MotoGP podría haber sido una posibilidad.

La razón por la que no lo fue también es fundamental para la historia de por qué se canceló el evento de Imola de 2023.

Por encima de Florencia, los ríos de la Toscana estaban visiblemente hinchados, muchos campos cercanos anegados en el mejor de los casos e inundados en el peor, pero la escena era al menos tranquila y manejable. A dos horas por carretera hacia Emilia Romagna, el panorama era muy diferente.

La carrera ciclista Giro d'Italia había pasado en dirección opuesta el día anterior. Con la lluvia torrencial que empapaba el noreste de Italia desde el lunes, al menos un comentarista describió hiperbólicamente el tiempo que acompañó la primera parte de la etapa como "apocalíptico". Trágicamente para muchos sobre el terreno en Emilia Romagna, esa era más bien la realidad.

El miércoles, 21 ríos de la región se habían desbordado, con ocho muertos y más de 5.000 aislados por las crecidas. Algunas personas habían quedado atrapadas en sus casas por el agua, otras se habían subido a los tejados para evitarla. En Riolo Terme, un enorme equipo de perforación industrial se precipitó al río Senio. En otras ciudades se derrumbaron puentes y los hogares se quedaron sin electricidad.

AlphaTauri's home of Faenza was badly affected by this week's unprecedented rain

La sede de AlphaTauri en Faenza se vio gravemente afectada por las lluvias sin precedentes de esta semana.

En Faenza, ciudad donde se encuentra la sede de AlphaTauri, el alcalde Massimo Isola calificó la situación de "noche que nunca olvidaremos: nunca habíamos conocido una inundación así en nuestra ciudad, es algo inimaginable".

En Imola, el crecido río Santermo se encuentra a pocos metros del paddock de la pista, en su extremo norte, y del parque Acque Minerali, en el interior. Sus ventosas orillas obligan a cruzar un puente para acceder al recinto, que ahora está justo por encima del agua - mientras que las inundaciones que han azotado se han producido inicialmente sólo en el lado del río que está junto al circuito.

En los dos días transcurridos entre la alerta roja emitida por las autoridades de Emilia Romagna y la suspensión de la carrera, el Santermo se vio desbordado por la lluvia que azotaba Imola y las montañas situadas al suroeste, y el agua se precipitó sobre el terreno.

El martes subió de 1 metro a 3,8 metros, muy por encima del umbral de seguridad declarado de 3,5 metros. Durante la noche bajó hasta los 2,9 metros, antes de volver a subir al intensificarse la lluvia en las primeras horas del miércoles. Ahora ha retrocedido hasta 1,4m.

El Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari y sus momentos más oscuros a menudo se mencionan junto al nombre de ese río.

La colocación del río Santermo es la razón por la que la curva Tamburello se consideraba tan temible durante la anterior etapa del circuito en el calendario de F1, de 1980 a 2006. No había espacio para instalar escapatorias más amplias o alterar el perfil de la curva donde, entre otros incidentes impactantes, Gerhard Berger sufrió un incendio tras un accidente y Ayrton Senna perdió la vida.

Pero aunque el agua había desbordado los márgenes del Santermo lo suficiente como para inundar la zona de retransmisión de la F1 y los paddocks de la Fórmula 2 el martes y el miércoles, no fue esa la razón por la que se canceló la carrera. Al fin y al cabo, las previsiones indicaban que la lluvia amainaría el miércoles.

Hydrometric level river graphic showing the scale of the flooding problems

Gráfico del nivel hidrométrico del río que muestra la magnitud de los problemas de inundación

Una vez más, esa decisión se centró en primer lugar en las infraestructuras. Los trastornos causados por las inundaciones y su impacto en las carreteras que rodean el circuito -y en toda la región circundante- corrían el riesgo de empeorar con la llegada de miles de personas y vehículos.

También se inundaron los hoteles cercanos, lo que dejó a más gente en la calle. Los equipos habían ido llegando desde que el lunes salieron de sus sedes del Reino Unido, Suiza y Emilia Romagna (donde también tiene su fábrica Ferrari, en Maranello, a 88 kilómetros) los equipos técnicos encargados de la instalación inicial de los garajes, y la lluvia ya había empezado a caer.

Cuando ese personal acudió el martes a instalar los garajes como de costumbre, con la alerta roja en mente y pudiendo sentir ellos mismos la fuerte lluvia, los jefes de equipo y los coordinadores de viaje estuvieron en contacto frecuente con la Fórmula 1, la principal fuente de información y guía para los equipos dada su posición como titular de los derechos comerciales y promotor de la carrera.

Se enteraron de las decisiones tomadas en las distintas reuniones sobre la situación poco después de celebrarse cada una, lo más cerca posible del tiempo real. Esas charlas se intensificaron una vez que los vídeos de las inundaciones en el circuito y en las ciudades cercanas empezaron a difundirse el martes por la tarde, lo que también refleja el momento en que el Santermo se desbordó en la medida en que lo hizo.

Alrededor de las 16:00 del martes, se ordenó la evacuación del paddock, ya que empezaba a ser difícil circular por él debido a la intensa lluvia que caía y a las grandes inundaciones en el extremo norte del recinto.

Se trataba de una instrucción ordenada para los aproximadamente 150 miembros del personal de los equipos (más otros que se ocupaban de los trabajos restantes de preparación del evento para los oficiales y los organizadores de la carrera, incluida la instalación de las autocaravanas de los equipos y la finalización de la instalación de los kilómetros de cables y otros sistemas críticos para el espectáculo de la F1) que se encontraban en ese momento en el lugar. Esta cifra es típica de los preparativos de una carrera europea de F1.

La evacuación se produjo a raíz de una nota oficial emitida por la F1, en lugar de producirse una huida dramática y repentina. Para entonces, ya había empezado a llegar más personal, incluidos los mecánicos de los equipos.

The Imola circuit was evacuated on Tuesday before personnel were instructed not to return on Wednesday

El circuito de Imola fue evacuado el martes antes de que se ordenara al personal que no regresara el miércoles.

Cerca de las 22:00h del martes se les dio la orden de no acudir a la pista y de permanecer en sus alojamientos si era posible, el mismo mensaje que se transmitió también a los oficiales y a los medios de comunicación. A primera hora del miércoles se volvió a repetir.

Para entonces, sin embargo, el personal de apoyo extra se había embarcado en sus horarios habituales; los pilotos y los jefes de equipo llegarían incluso más tarde, mientras los pilotos de Mercedes Hamilton y Russell todavía seguían en su base de Brackley tras los preparativos de última hora en el simulador cuando se tomó la decisión de suspender la carrera.

Muchos de los autobuses y coches de alquiler asociados al evento habían empezado a verse atrapados en el tráfico -mientras equipos de rescate que incluían camiones de bomberos y balsas elevadoras que pasaban con prioridad-, incluso cuando apenas habían salido de Bolonia. El tráfico era mejor viniendo de Florencia, pero las rutas convergían en las zonas más afectadas por las inundaciones.

Así que aquí viene la segunda consideración, mucho más importante, de toda esta saga. Se trata de cómo el hecho de no suspender la carrera y permitir que miles de esas personas y vehículos desciendan a una ciudad de sólo 128 kilómetros cuadrados de ancho, además de otras cercanas de tamaño similar o menor, perturbaría inevitablemente los esfuerzos para ayudar a los amenazados y afectados por las inundaciones.

Seguir adelante con la instalación completa y luego comenzar a celebrar algo tan trivial como una carrera de coches en medio de tales escenas no sólo era poco práctico, sino que habría sido moralmente incorrecto.

Eso es seguramente a lo que se refería el viceprimer ministro italiano y ministro de Transportes, Matteo Salvini, cuando el martes por la mañana pidió a aquellos con poder para hacerlo que "pospusieran" la carrera "a la luz de la emergencia meteorológica que está azotando Emilia Romagna".

A eso se refería también Stefano Domenicali, director ejecutivo de la F1 y natural de Imola, cuando en el comunicado en el que la F1 anunciaba la noticia aludía a la necesidad de "garantizar la seguridad y no crear una carga adicional para las autoridades mientras se ocupan de esta terrible situación". Domenicali aterrizó a las 13:15h del miércoles, justo cuando muchos vuelos, incluidos los chárter especiales organizados por algunos equipos, lo habían hecho en sentido menos figurado. La carrera ya había terminado.

The region will feel a financial fallout from this year's grand prix being cancelled

La región sufrirá las consecuencias económicas de la cancelación del Gran Premio de este año.

La F1 no quería interferir en la respuesta de los servicios de emergencia a las inundaciones y en la prioridad de salvar vidas.

Puede que su decisión no fuera lo suficientemente rápida como para detener algunos vuelos de los que ya acumulan miles de kilómetros aéreos al año, y también de algunos aficionados extranjeros a los que no se debe olvidar, pero no importaba. Cuanta menos gente intente siquiera hacer el viaje por carretera desde los aeropuertos de destino -Bolonia el más cercano y concurrido para el personal de la F1-, mejor.

Dado que el alcance del daño inicial no se había revelado hasta el miércoles por la mañana, en cuanto al tiempo realmente hay poco que la F1 podría haber hecho, especialmente dado que el pronóstico sugiere que los niveles del río se estancarían en los días siguientes, como de hecho ha ocurrido. Una vez que se comprendió por completo la devastación, la F1 y las partes interesadas actuaron con prontitud.

Ya sabemos lo que viene después. Con los esfuerzos de los rescatadores y las personas varadas sin duda en sus corazones, en algún momento los empresarios que tomaron las decisiones de incluir Imola en el calendario y luego eliminarla tendrán que discutir las consecuencias.

Apunta:

Es algo brutal de considerar en estos momentos, pero es la realidad. Lamentablemente, Emilia Romagna también tendrá que pagar ahora un coste económico.

La propia F1 admite que los negocios locales de hostelería y restauración, sin duda esperanzados en que se pueda encontrar una fecha sustitutiva para disutar la carrera de Imola en 2023, lamentablemente no la tendrán. El calendario a partir de ahora está demasiado congestionado.

Cualquier intento de incluir otro gran premio entre Silverstone y Hungaroring en julio requeriría un cuarteto de carreras seguidas, algo sin precedentes. Y aunque lo improbable nunca se puede descartar en la F1, especialmente cuando hay dinero de por medio, es algo que no ocurrió ni siquiera durante 2020 y la temporada que acabó siendo de sólo 17 carreras a pesar de que los circuitos se ofrecieron a albergar más de las dobles carreras que se disputaron en Austria, Silverstone y Bahrein.

Este tipo de decisiones se tomarán en los próximos días y semanas, y es probable que se produzcan más noticias a lo largo de los fines de semana del GP de Mónaco y GP de España, que se acercan rápidamente. Se podrán renegociar los contratos y aplicar las pólizas de seguros. Los primeros indicios apuntan a que, en caso de fuerza mayor, el circuito podría librarse del peligro financiero que supondría tener que devolver el importe de las entradas y seguir pagando los derechos de organización de la carrera. Además, a cambio podría conseguir una carrera en 2026, más allá de la duración de su contrato actual que acaba en 2025.

F1 must now seriously consider the environmental impact of its current continent-hopping calendars

La F1 debe considerar seriamente el impacto medioambiental de sus actuales calendarios de saltos continentales.

Pero lo importante ahora es que, por una vez, no se puede criticar a la F1 por no haber actuado hasta que fue demasiado tarde.

En esta época de crisis climática, este tipo de catástrofes se producen con mayor regularidad. Hace apenas dos semanas, dos personas murieron en las inundaciones de Faenza. A la hora de volver a organizar este evento para 2024, quizá se tenga en cuenta el momento en que ocurren estos desafortunados sucesos cuando la F1 elabore el plan de agrupar las carreras por regiones para que sean sostenibles. Las lluvias primaverales son habituales. Estas devastadoras inundaciones no lo son.

Esperemos que ese trabajo de agrupar las carreras por zonas se acelere, dado que este año había pocas diferencias respecto al calendario de 2022.

No hay excusa para no pensar al menos en ello, por no hablar de deshacerse de viajes absurdos de personas y equipos como el reciente doblete intercontinental Bakú-Miami. Eso sería un buen paso para ayudar a la crisis, con desarrollos en la tecnología de los coches, o avances en la organización de los equipos, procedentes de los muchos genios que habitan en la comunidad de la F1 que podrían ayudar a acabar algún día con la crisis para siempre.

Eso es para el futuro. Ahora, la F1 está pensando, con razón, en la gente que ha muerto en esa parte de Italia esta semana y en minimizar su impacto en aquellos que todavía están en peligro.

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