Las incoherencias del calendario de la Fórmula 1 en 2023

Estos últimos años, el calendario de la máxima categoría del automovilismo ha sufrido una gran cantidad de cambios. A primera vista, lo que más llama la atención es el aumento de carreras, provocando que se batan récords año tras año, como pasará en este 2023, en el que el total de grandes premios que se disputarán será de 23.

En un principio, el calendario de la Fórmula 1 para el presente curso que arrancará dentro de unas semanas iba a contar con 24 rondas, pero la cancelación oficial del Gran Premio de China y la confirmación de que no tendrá un sustituto, ha reducido el número a 23.

Sin embargo, la estructura final del calendario ha levantado mucha polémica por su cada vez más controvertida composición. Si bien es cierto que las fechas se asignan en función de varios aspectos que se detallan en los contratos, la realidad es que la F1 lleva años asegurando que modificarían el calendario para ser más eficientes y, sobre todo, dar un paso hacia el famoso "objetivo huella de carbono cero" que se han marcado para 2030.

Pero si analizamos el calendario definitivo de la máxima categoría para 2023, no es una locura decir que todo, o prácticamente todo, es un sinsentido absoluto.

Empezando por el principio y teniendo en cuenta que las primeras sedes se asignan dependiendo de las peticiones de los promotores y los cánones que pagan algunos organizadores por albergar las primeras rondas del curso, cabe destacar que las primeras semanas de competición, con Bahrein y Arabia Saudí, tiene mucho sentido.

Si bien el fin de semana de separación entre ambas citas puede parecer ilógico, cabe recordar que una semana antes de la prueba inaugural se disputan los test de pretemporada en trazado bahreiní, por lo que de haber colocado las dos primeras carreras del año de forma consecutiva se habría creado una especie de "triplete".

En el tercer hueco del calendario está Australia, que antes abría la temporada y que ahora está en tierra de nadie. Un viaje largo, rodeado por dos fines de semana sin carrera, que contrasta con la fecha de Abu Dhabi, a finales del curso y tras una carrera de las tres carreras en Estados Unidos, sedes que por eficiencia podrían haber formado un doblete mucho más cómodo para las escuderías.

Tras el evento de Melbourne, la F1 tenía previsto descansar un fin de semana, correr en China y volver a descansar otro fin de semana. Sin embargo, el evento de Shanghái se canceló y su hueco quedó vacante, creando un espacio de tres fines de semana sin disputarse un gran premio entre la tercera y la cuarta cita del curso, en Bakú.

Esa decisión es cuanto menos cuestionable, sobre todo en un calendario que cuenta con 23 carreras, numerosos dobletes y varios tripletes a medida que avanza la temporada, una estructura bastante sobrecargada con un hueco de tres fines de semana sin acción en pista; definitivamente un esperpento.

Azerbaiyán formará doblete con Miami en el regreso de la F1, un sinsentido teniendo en cuenta la ubicación de ambas sedes, más todavía cuando ves que al hacia el final del curso visitarán Austin, México, Brasil y Las Vegas en un corto periodo de tiempo, fechas entre las que perfectamente se podría haber incluido la glamurosa carrera de Miami.

Tras una semana de descanso, llegará el primer triplete del año, formado por Imola, Mónaco y España, tres sedes que por ubicación están relativamente cercanas, aunque cabe recordar que los equipos siempre se han mostrado en contra de estos tripletes que tantos dolores de cabeza generan entre el personal, que pasan casi un mes entero alejados de sus casas y de sus seres más queridos.

El personal de la categoría podrá descansar durante un fin de semana después de dicho triplete, pero en su regreso vivirán otra incoherencia del calendario. Canadá, también en tierra de nadie, se disputará a mitad de junio, lejos de la serie de carreras que se celebrarán en Estados Unidos, México, etc., una situación parecida a la de Miami. El de Montreal será un viaje bastante largo y costoso para los equipos, de nuevo en contra de la elaboración de un calendario más razonable.

Julio será un mes sobrecargado, con cuatro grandes premios en cinco fines de semana, separados por un fin de semana de descanso. No obstante, las sedes serán todas en Europa: Austria, Gran Bretaña, Hungría y Bélgica, que pasa de ser la primera cita post-vacaciones a ser la última pre-vacaciones, una modificación que se realizó debido al overbooking de carreras.

A finales del mes de agosto, la Fórmula 1 volverá con un doblete formado por Países Bajos e Italia (Monza), antes de parar un fin de semana y viajar a un doblete asiático con Singapur y Japón.

Tras otra semana de descanso, la categoría viajará hasta Qatar a principios de octubre para correr únicamente en Losail, una sede que está a muy pocos kilómetros de Bahrein y Arabia Saudi, las dos sedes que abrirán la temporada, pero que están separadas en el calendario por nada más y nada menos que siete meses, en resumen, será otro viaje costoso y muy poco eficiente para los equipos a nivel económico, así como de carga de trabajo.

Para encarrilar el final del curso, los equipos de Fórmula 1 se enfrentarán a su segundo y último triplete del año, con Austin, México y Brasil en ese mismo orden, tres carreras que podrían haberse separado en dobletes añadiendo Canadá o Miami sin ir más lejos, que se encuentran totalmente desubicados en el calendario, rellenando huecos entre sedes muy alejadas.

Las dos últimas rondas de 2023 son otro ejemplo de incoherencia. De forma consecutiva, las escuderías viajarán desde sus sedes en Europa hasta Las Vegas, sólo un mes después de haber volado hasta Austin, e inmediatamente después se dirigirán a Abu Dhabi, a miles y miles de kilómetros de distancia para poner punto y final a la que posiblemente sea la campaña más sobrecargada de la historia de la F1 para todo el personal.

Si bien la estructura y el aumento del calendario en los últimos años ha provocado que la gran mayoría de equipos haya creado una especie de rotación entre sus trabajadores, el problema sigue siendo real, ya que hay algunas funciones dentro de una escudería que únicamente una persona puede realizar, por lo que el temor de muchas estructuras es que si la F1 sigue por este camino, pueda llegar un momento en el que el personal, por mucho que ame el mundo de las carreras, acabe abandonando el barco, lo que sería un gran inconveniente para la propia categoría.

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