¿Qué le está pasando al Alpine de Alonso en el inicio de la F1 2022?

Después de dos temporadas alejado de la máxima categoría del automovilismo, Fernando Alonso decidió regresar a la Fórmula 1 en 2021 de la mano de Alpine, anteriormente Renault, con el único objetivo de recuperar sensaciones al volante de los monoplazas más rápidos del mundo para llegar lo más preparado posible a la llegada del nuevo reglamento técnico de 2022.

Con "El Plan" por bandera y la posibilidad real de dar un salto en el orden jerárquico de la parrilla debido a los nuevos monoplazas de efecto suelo, la estructura francesa ilusionó a todos sus aficionados, pero tras las primeras tres carreras, esa ilusión se ha convertido en frustración.

Durante la pretemporada, las sensaciones no fueron las mejores, sobre todo a nivel de fiabilidad. Con Alpine y Renault reconociendo que habían apostado al rendimiento en la nueva y renovada unidad de potencia, eran conscientes de que podían descuidar otro de los aspectos claves del motor; la fiabilidad.

Ya en el Circuito de Barcelona, el Alpine A522 dejó tirado a Alonso en el último día de pruebas, justo en el momento en el que el asturiano empujó un poco más y buscó las prestaciones de su coche, provocando las primeras caras de preocupación en el garaje debido a la gran humareda que desprendió el monoplaza, visible desde casi todas las partes del trazado.

Pese a que algunos de los problemas se repitieron en los test de Bahrein, Alpine y Alonso llegaron al primer gran premio de la temporada repletos de confianza. Sin embargo, muchos problemas en el transcurso de la carrera y un problema hidráulico en el motor dejaron al piloto español muy atrás, noveno y con malas sensaciones.

En Arabia Saudí, tanto Alonso como su compañero de equipo, Esteban Ocon, demostraron que el Alpine podía ser un coche competitivo, metiéndose en la Q3 y peleando por ser el mejor del resto.

Pero los problemas volvieron a llegar al monoplaza del asturiano y esta vez fueron más graves. Justo en el momento en el que Alonso encontró aire limpio para correr, la unidad de potencia de su monoplaza se detuvo de forma repentina, obligándole a abandonar sin ni tan siquiera poder regresar a los boxes por sí mismo.

Una avería en al bomba de agua provocó que el motor no tuviese suficiente refrigeración y el aceite se calentó por encima de lo estipulado, provocando daños en el motor que hicieron que Alpine decidiese abandonar dicho propulsor, estrenando el tercer motor de la temporada para el monoplaza de Alonso en la tercera carrera de 2022; el Gran Premio de Australia.

Con 21 carreras todavía por delante, el piloto español llegaba a Melbourne al límite de algunos de los elementos de la unidad de potencia, algo muy preocupante a estas alturas del curso, ya que a partir de este momento, cualquier reemplazo, a excepción de una recuperación del propulsor de Bahrein, conllevaría una penalización en parrilla.

En Australia, las sensaciones relacionadas con el rendimiento fueron todavía mejores que en los dos primeros grandes premios del año, en los entrenamientos y especialmente Alonso, demostró tener un ritmo muy competitivo, acercándose incluso a los equipos más fuertes, Ferrari y Red Bull.

Pese a que todos esperaban un bajón de rendimiento en la clasificación, el asturiano sorprendió a todos al mantenerse cerca de los grandes favoritos, pero en su primera vuelta de Q3, justo en el momento en el que estaba marcando una vuelta que era mejor que la pole de Leclerc en ese instante, sufrió un problema con el anillo de retención del aceite y el monoplaza quedó completamente bloqueado, yéndose directamente contra el muro.

De nuevo un problema de fiabilidad, el tercero en tres carreras, comprometía el fin de semana de Fernando Alonso. Saliendo desde la décima posición, la carrera tampoco fue sencilla. El tráfico, el ritmo y una estrategia errónea llevaron al piloto español hasta la última posición.

Mientras tanto, Esteban Ocon se ha mantenido alejado de los problemas, aunque ha sido menos competitivo que su compañero de equipo en la mayoría de ocasiones que ambos han podido compartir pista en igualdad de condiciones. Después de tres carreras, el francés ya suma 20 unidades, por los paupérrimos dos puntos que ha conseguido sumar Alonso.

Esto podría deberse al hecho de que Alpine y Renault están en la primera fase de aprendizaje de su nueva unidad de potencia, un motor en el que hay que recordar que apostaron todo a la potencia, descuidando la fiabilidad, debido a la congelación que han sufrido los propulsores en este 2022.

Si bien es cierto que las sensaciones en cuanto a rendimiento han sido francamente buenas, si no consiguen darle la vuelta a la situación y mejorar la fiabilidad en las próximas carreras, de poco podría servir tener más potencia que algunos de sus rivales.

No obstante, cabe resaltar que la congelación de los motores actuales solo afecta al rendimiento, por lo que si Renault y Alpine deciden hacer alguna modificación relacionada con la fiabilidad, recibirían el visto bueno de la FIA y, sin duda alguna, si logran llegar al momento en el que el propulsor sea potente y fiable, el enfoque de ambos terminaría siendo un acierto total, ya no solamente pensando en 2022, sino en las próximas temporadas que continuarán con el mismo reglamento.