Debido a las características del Circuito urbano de Yeda, sede del Gran Premio de Arabia Saudí, los pilotos eran conscientes de que no debían arriesgar mucho en las primeras vueltas, ya que las posibilidades de tener un accidente aquí son mucho mayores. 

Todos se respetaron durante los primeras giros, hasta que Fernando Alonso, que salía séptimo, se puso al rebufo de su compañero de equipo, Esteban Ocon, luchando por la sexta posición.

El piloto francés hizo todo lo posible para evitar perder la posición contra su compañero de escudería, incluso llegó a cerrarle contra el muro en la recta de meta, estando muy cerca de provocar un accidente bastante fuerte.

Tras ese incidente, Alonso aprendió la lección y se lo preparó mejor en las siguientes vueltas. Gracias a eso, el piloto español consiguió salir pegado a Ocon en la última curva de Yeda y con la ayuda del DRS consiguió ganar la posición al llegar a la primera curva.

No obstante, la batalla no acabó ahí, ya que Ocon intentó devolverle el adelantamiento, pero se pasó de optimista y ganó la posición por fuera de la pista, concretamente pasando por la escapatoria de la curva 2, algo que le obligó a devolver la posición.

Ambos pilotos continuaron su batalla durante las siguientes vueltas y, aunque en el muro de boxes de Alpine se venían caras largas cada vez que los dos coches del equipo se aceraban el uno al otro entre las barreras de Yeda, ellos no dudaban en pelear pese al riesgo que ello conllevaba.

Finalmente, el piloto francés pagó caro sus dos pasadas de frenada y poco a poco fue perdiendo ritmo, algo que le relegó hasta la octava posición, con Valtteri Bottas escalando al séptimo puesto tras aprovecharse de una batalla entre los dos Alpine que duró más de cinco vueltas.