El objetivo de Alonso es el campeonato del mundo

Le Mans.- Fernando Alonso llega a la última cita del WEC con la posibilidad de conseguir el título de campeón del mundo de resistencia, si logra terminar la carrera, junto a sus otros dos compañeros del Toyota número 8 Kazuki Nakajima y Sebastien Buemi, entre los siete primeros.

El asturiano afronta esta cita de manera muy parecida al año pasado, cuando consiguió la victoria en la mítica carrera francesa.

"Para mi es muy similar al año pasado", dijo el genial piloto asturiano este miércoles en el circuito de La Sarthe. "Tengo mucho respeto por la carrera, somos conscientes de las dificultades que tenemos delante y hemos llegado aquí en condiciones similares, teniendo probablemente el coche más rápido y más robusto y partimos como favoritos con ambos coches. Digamos que es un reto contra nosotros mismos y contra la carrera".

Pese a todo, Alonso es sabe las dificultades de la prueba, que tantas veces ha mostrado su crueldad.

"Desgraciadamente para Toyota, Le Mans ha demostrado muchas veces que es una carrera dura y ni siquiera es fácil terminarla, así que tenemos que salir teniendo eso en la cabeza "admitió.

"Aunque el año pasado fuese una carrera libre de problemas para los dos coches y no es probable que esto suceda siempre, tenemos que estar preparados por si sucede y tratar de ejecutar la carrera con el menor número de errores posibles y ojalá con el resultado del año pasado, pero en el plano emocional, para mí es muy parecido a 2018, respetando la carrera y sabiendo que es un evento muy especial para todos nosotros".

El gran objetivo del español es conseguir el título de campeón más que ganar una segunda vez en Le Mans y con ese ánimo afronta su segunda participación en la carrera.

"Sinceramente, me encantaría ser campeón del mundo el domingo por la noche" confesó Alonso. "Después de ganar Le Mans una vez, ser campeón del mundo de resistencia sería algo bonito, quizás más que ganar aquí dos veces, pero es algo que no está en nuestras manos".

"En una carrera de seis horas quizás es más sencillo, en cierta manera, terminar entre los siete primeros, porque tenemos el potencial para hacerlo, pero en Le Mans es posible que no termines la carrera y decir adiós al campeonato. Le Mans elige al ganador y también, en cierto modo, quién gana el campeonato, así que ojalá hagamos lo suficiente para merecerlo".

Dos de los problemas más importantes con los que hay que luchar en Le Mans son la fiabilidad y los adelantamientos y Alonso es consciente de ello, aunque cree que llegan con la suficiente preparación para afrontar ambos desafíos con garantías.

"Es importante para todos", dijo en relación a la fiabilidad. "Toyota tiene uno de los mejores coches de la parrilla desde hace muchos años y sólo ha ganado una vez, el año pasado,  y eso demuestra lo importante que es la fiabilidad y ejecutar la carrera con los menores problemas posibles. Ese es el objetivo. Hemos entrenado durante dos años para solventar cualquier problema que surja durante la carrera, el año pasado fue perfecta, este año esperemos que sea igual pero si pasa algo, ojalá estemos preparados para solucionarlo".

Con respecto a los adelantamientos, Alonso confesó que es algo inevitable en Le Mans y que le genera cierto subidón de adrenalina. 

"Me gustan los adelantamientos", admitió. "Obviamente una vuelta a Le Mans sin tráfico es algo muy improbable, siempre te encuentras coches y cuando no te molesta el tráfico en una vuelta, es bonito, pero ya digo que es algo improbable. No es algo que me disguste, está bien, es intenso, porque vas muy rápido y necesitas un entendimiento perfecto entre los pilotos para que no haya errores porque hay un riesgo potencial, genera adrenalina, la verdad".

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