Las cuestionables decisiones históricas de Honda en la F1
La compañía japonesa ha tomado diferentes caminos en su historia en la Fórmula 1, y ha cambiado de opinión con idas y venidas en muy poco tiempo. Repasa todas ellas.
La lista de fabricantes de unidades de potencia para la temporada 2026, pública desde el pasado viernes por la FIA, ha respondido a una de las preguntas que quedaban pendientes, ¿estaría Honda? Entrar en la lógica de los caminos tomados en los últimos quince años por la dirección de la compañía japonesa es todo un viaje a través de un laberinto de decisiones, a veces incluso contraproducentes y sin un verdadero hilo que una los pasos.
Lo último de los nipones, antes del regreso oficializado, data del 2 de octubre de 2020, cuando con una declaración que cogió a la Fórmula 1 por sorpresa anunciaron un sonoro adiós. El consejero delegado, Takahiro Hachigo, lo justificó como una medida vinculada a la transformación de la industria automovilística, asegurando que su "objetivo es ser neutros en carbono para 2050", y que todo apuntaba en esa dirección, lo mismo que cancelar su proyecto en el Gran Circo.
Eso fue a pocos meses del inicio de la siguiente campaña, aquella en la que Red Bull y Max Verstappen se hicieron con el título mundial gracias a la labor en el país del Sol Naciente. Sin embargo, ese apoyo que se ha hecho transparente a través de los medios de comunicación, fue más una cuenta atrás para la definitiva marcha con pasos en falso hasta 2026, cuando llegue Ford.
Antes de su éxito en 2021, Honda pasó por momentos muy difíciles, además de humillantes, como el famoso "GP2 engine" ["motor de GP2"] que exclamó Fernando Alonso en Suzuka, por no hablar de la relación con McLaren, que decidió pasar a montar propulsores Renault hasta que renunciaron a gran parte del presupuesto que proporcionaba el fabricante japonés.
Para permanecer en el Gran Circo, Honda se aferró a Sauber, pero abandonaron a los suizos antes de comenzar su unión por un contrato que firmaron con AlphaTauri para entrar en el universo de las bebidas energéticas. Las circunstancias acabaron con fortuna, pero después de un largo y trabajado camino, en Tokio pudieron dar un paso adelante para unas de las temporadas más emocionantes de la historia.
"Es el precio a pagar por los que aspiran por la electricidad total", comentaron en varias ocasiones los máximos responsables del programa automovilístico de los nipones, pero ni siquiera un año después de la histórica decisión de parar, ya comenzaron de nuevo los rumores sobre un posible regreso.
Parecía algo poco fiable, no había lógica en las especulaciones y, en cambio, todo era cierto, pero había más. Tras echarse a un lado durante un tiempo en las que sus motores vencían, en Honda volvieron sobre sus pasos para anunciar una vuelta oficial sin tener ningún acuerdo con un equipo de la máxima categoría del automovilismo.
Con todo eso, en Tokio han conseguido perder la relación con Red Bull, que era la mejor opción posible para suministrar unidades de potencia. Los de Milton Keynes colaborarán con Ford, algo que ayuda de manera indirecta a la escudería debido a que podrán trabajar sin muchos impedimentos en su programa de trenes motrices propio tras tener acceso a los conocimientos técnicos de Honda de cara al diseño de 2026.
Quienes siguen de cerca a los nipones, justifican esa política imprevisible como un hilo lógico por los cambios en la cúpula de la compañía, ya que fue Ito Takanobu quien aprobó el regreso a la Fórmula 1 para probar suerte con un reto "hibrido". Poco después de su estreno con los de Woking en 2015, su cargo fue ocupado por Takahiro Hachicago, y él fue quien tomó la decisión de la marcha, mientras que un año después, el puesto de consejero delegado cayó en manos de Toshihiro Mibe, que quiso reemprender la misión en el Gran Circo.
Por el momento, la única certeza es que en las instalaciones de Sakura se diseñará y ensamblará una unidad de potencia con las reglas de 2026, pero el interrogante es con qué escudería será. Hay rumores que apuntan a que los japoneses tienen un programa "completo", es decir, comprar una estructura ya presente, como podría ser Williams, para tener su propio equipo, lo que marcaría otra vuelta después de que el 5 de diciembre de 2008, el entonces director general, Takeo Fukui, confirmara la salida de la máxima categoría del automovilismo.
Una decisión que se convirtió en histórica, ya que se recuerda como una de las más desafortunadas porque el director de aquel conjunto, Ross Brawn, realizó una obra maestra de gestión empresarial para hacerse por tan solo una libra esterlina con todo el equipo y crear Brawn GP. A finales de 2009, Jenson Button y la escudería fueron campeones del mundo, y vendieron todo a Mercedes por un centenar de millones tras escribir su nombre con letras de oro.
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