Al Attiyah IV, rey de Arabia

Qiya.- El príncipe qatarí, medallista olímpico, campeón del Mundial de Rallies de Producción y benefactor de algunos de sus compañeros dakarianos no ha dado tregua a sus rivales en los últimos 13 días de carrera. Su cuarto triunfo en el Dakar le iguala con Ari Vatanen en el segundo peldaño del Olimpo histórico, por delante, solo el imbatible Peterhansel (8).

Al Attiyah ya logró en 2019, en el último Dakar sudamericano, ganar con una tercera marca diferente (Volkswagen, MINI y Toyota), y este 2022 le ha dado a la marca japonesa su segunda victoria en los últimos cuatro años, igualando el rendimiento de los buggies de MINI que tanto criticó en el pasado. Pero el cambio de normativa para esta edición permitió al qatarí contar con una montura con prácticamente todas las virtudes que tenían sus rivales en los últimos tiempos (ruedas grandes, mayor recorrido de suspensión y más anchura).

En un campo de juego igualado por las cajas negras de la FIA –que ha tenido que equilibrar el rendimiento sin llegar a ver en competición a los cuatro equipos que han alineado en este Dakar a los T1+/T1U–, Al Attiyah ha destacado y ha controlado… pero lo ha hecho después de la controversia de la primera etapa, donde solo él y Sébastien Loeb (que rodaba detrás) encontraron el camino a la primera. Esto desequilibró la balanza desde el inicio y solo el francés, nueve veces campeón del mundo de rallies, pudo plantarle cara.

El ganador de la 44ª edición del Rally Dakar no se baja en todo el año del coche, ya sea para competir en Oriente Medio con un vehículo de rallies o para probar su montura de rally raid a lo largo y ancho del planeta. Esto, sin duda alguna, es otro de los puntos clave de su victoria.

El segundo pilar se cimienta precisamente en esa compenetración que tiene con Mathieu Baumel, su copiloto. El francés es el que más kilómetros suma y más roadbooks lee en todo el año y deja claro a Motorsport.com cuál es la clave de su éxito: "Nasser y yo nos entendemos perfectamente dentro y fuera del coche. Es un placer trabajar con él, lo hace todo fácil. La confianza que tenemos el uno en el otro es total y eso se traduce a la hora de tomar decisiones clave. Además, estamos todo el año compitiendo, eso se nota".

Glynn Hall, jefe de equipo de Toyota Gazoo Racing, asegura sobre él a Motorsport.com: "Sabe cómo hacer este tipo de cosas que parecen complicadas; sabe ganar carreras. No ha habido que decirle cómo gestionarla ni que bajara el ritmo, él sabía lo que tenía que hacer y lo ha hecho".

El príncipe del desierto ha cumplido con las predicciones y ha ganado un Dakar al que Toyota llegó siendo el único equipo que había alineado su T1+ en algunas carreras anteriores (aunque fuera de competición) y en el que eran los principales favoritos. Se ha llevado el gato al agua y el tercer Dakar saudí ya lleva su nombre inscrito.

Galería: Al Attiyah durante el Rally Dakar 2022

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