El método Suzuki hasta crear un campeón de MotoGP
En los últimos seis años, Suzuki ha apostado por una estrategia de fichar jóvenes talentos y dejarlos crecer en su equipo que culminó con el título de MotoGP en 2020.
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20 años después, Joan Mir llevó a Suzuki al título en la categoría reina, sucediendo a Kenny Roberts Jr., Kevin Schwantz, Franco Uncini, Marco Lucchinelli y Barry Sheene. La gran temporada del fabricante de Hamamatsu se completó con la victoria en el campeonato de equipos y el tercer lugar de Álex Rins, que también ganó una carrera.
Desde su regreso al Mundial en 2015, el equipo liderado por Davide Brivio casi no ha dejado de crecer. La evolución de la GSX-RR solo dio un paso en falso en 2017 por una mala elección del motor tras conseguir su primera victoria un año antes, que le llevó a perder las concesiones que le permitieron avanzar más rápido.
Desde 2018, el crecimiento del proyecto ha sido constante. Andrea Iannone y Rins lograron nueve podios (cuatro segundos y cinco terceros). En 2019, el español conseguía su primera victoria superando a Valentino Rossi en Texas, y repitió en Silverstone unos meses después por delante de Marc Márquez.
En 2020, la GSX-RR subió al siguiente peldaño, confirmándose como una moto ganadora y capaz de pelear por el campeonato. De golpe, los de Hamamatsu se llevaban dos títulos mientras los encargados del programa trataban de asimilar todos los éxitos.
Si el potencial de la GSX-RR es indiscutible, el otro gran logro de la marca japonesa es haber contado siempre con jóvenes pilotos. En seis temporadas, Brivio ha apostado tres veces por rookies que muy pronto le dieron la razón y se consagraron como protagonistas de la nueva generación. Los tres acabaron entre los seis primeros del campeonato en 2020.
La primera apuesta: Maverick Viñales
Maverick Viñales fue el elegido para formar equipo junto a Aleix Espargaró en 2015, que a pesar de ser seis años mayor que él ya había demostrado su capacidad con motos modestas en la categoría reina y se esperaba que se convirtiera en el líder gracias a su experiencia. El de Roses (Girona) fue fichado en su primera temporada en Moto2 y unos meses después de ganar el título de Moto3 cuando Suzuki puso en marcha su programa.
En un complicado año con una GSX-RR falta de potencia, Viñales ya consiguió dos buenas sextas plazas en Barcelona y Phillip Island, y en la clasificación del Gran Premio de Catalunya junto a Espargaró coparon las dos primeras posiciones de la parrilla.
En 2016 todo cambió. En Le Mans, el #25 subió al podio por primera vez a pocos meses de terminar contrato. A los pocos días, era anunciado por Yamaha, que lo había elegido como sucesor de Jorge Lorenzo cuando se fue a Ducati. Aún así, su primera victoria llegó cuatro meses después en Silverstone, un gran regalo de despedida al equipo que dudó en dejar por todo el cariño demostrado. Además, acabó cuarto en el campeonato.
Álex Rins consigue hacer olvidar a Viñales
Viñales se dejó atraer por el prestigio de Yamaha, pero Davide Brivio reaccionó rápidamente y mantuvo su apuesta por la juventud. Andrea Iannone llegó para sustituir a Aleix Espargaró y aportar experiencia, mientras Álex Rins completaba la alineación tras dos temporadas destacando en Moto2.
A un debut complicado marcado por las lesiones desde el primer test, la mala elección del motor por parte de Iannone llevó a recuperar las concesiones. Rins, aún así, progresó al final de la primera temporada con dos top 5. Al igual que Viñales, en su segundo año explotó y ocupó el quinto lugar en el campeonato. Sólo faltaba la victoria, a pesar de los cinco podios, que llegaría nada más empezar su tercer año de azul.
Apuesta total por la juventud con Joan Mir
Brivio renovó a Rins antes de su primera victoria, cuando solo tenía 22 años. Entonces apostó también por piloto Mir, de 20 años, que había ganado el título de Moto3 en su segundo año en el Mundial y solo llevaba unas pocas carreras en Moto2. Honda también se interesó y le firmó un precontrato, pero Suzuki apostó con más decisión y se lo llevó.
La idea era dejarle crecer dos años junto al ahora veterano Rins. El catalán obtuvo sus dos primeras victorias en 2019, mientras Mir aprendía y sufría una grave lesión a mitad de temporada.
Pero 2020 puso todo patas arriba. Primero vino la lesión de Rins nada más empezar la temporada, pero Mir consiguió su primer podio en la cuarta carrera con una de las motos más equilibradas de la parrilla. El resto ya es historia de MotoGP. Mir sumó siete podios (incluida su primera victoria) y se llevó un título que nadie esperaba tan pronto en Hamamatsu.
¿Y si lo mejor está por venir?
Apostar por la juventud no es fácil, sobre todo cuando se trata de un nuevo proyecto con solo dos pilotos y sin equipo satélite. Pero el éxito de estos seis años es innegable, ya que Suzuki se ha asegurado contar con dos de los hombres fuertes del futuro.
Una estrategia que, sin embargo, cambió precisamente cuando dio sus frutos, ya que Suzuki tras haber renovado a ambos antes por dos años más, contará con la misma alineación durante cuatro temporadas seguidas. ¿Será el comienzo de una era? El tiempo lo dirá.
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