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Carlos Sainz en las 24 Horas de Le Mans: lo que pudo ser y no fue

Carlos Sainz es sinónimo del mundo de los rallies por sus dos títulos en el WRC y las tres victorias en el Dakar, pero estuvo muy cerca de probar suerte en las 24 Horas de Le Mans. Lo que habría podido ser...

#17 Brun Motorsport Porsche 962C: Oscar Larrauri, Walter Brun, Jésus Pareja

Foto de: LAT Images

Resulta irónico que Carlos Sainz, dos veces campeón del WRC y tres del Rally Dakar, comenzara su andadura en el automovilismo especializándose en el asfalto. A bordo de un Ford Sierra Cosworth RS en 1987 y 1988, el madrileño se hizo con el título nacional, que le sirvió como billete para entrar en el equipo Toyota a partir de la siguiente temporada.

El reconocido aficionado al Real Madrid y campeón de squash sorprendió a todos con su habilidad sobre lo negro en hazañas impensables al volante de un Renault 5 y un Fórmula Ford 1600. Eso junto con su cuidado de la mecánica, en especial de los neumáticos, muelles y amortiguadores, hacía que fuera el perfil ideal para la resistencia, y no resulto tan extraño que mostrara un gran nivel en su incursión en los coches deportivos en 1989.

Lee más sobre Carlos Sainz y su participación en el Dakar 2022:

Con 27 años recién cumplidos, se subió a principios de mayo de ese año en el Porsche 962C de Brun Motorsport en el trazado francés de Dijon. Como Autosport informó en la época, Sainz fue "un poco más rápido" que su copiloto y compatriota Jesús Pareja, quien compartiría el Porsche 911 Carrera RSR que ganó en las 24 Horas de Le Mans de 1994 en la categoría GT2.

Sainz recuerda cómo se produjo su aparición en las pistas: "Jesús es un muy buen amigo mío. Él estaba conduciendo en ese momento con Brun, y llegó la posibilidad de que pudiera pilotar yo".

"Fue en cuestión de un minuto con Jesús, que me dijo: '¿Estarías interesado en probar un coche de Le Mans?' Vamos a ir a Dijon en un mes'. Yo dije que nunca había conducido un vehículo así, y me contestó: 'No te preocupes, he trabajado con Brun, y vamos a organizarlo'. Fue así, algo increíble".

Las noticias de aquel día afirman que Sainz estaba cerca de hacerse con un asiento para Le Mans junto a Pareja y el ex piloto de Fórmula 1, Oscar Larrauri, con una posible carrera en el Jarama, pero el madrileño reconoce que ese "nunca fue el plan".

Sin embargo, las pruebas en Francia hicieron que Sainz recordara la velocidad y los grandes turbocompresores que el WRC acababa de perder con la desaparición del Grupo B. Así fue como el español explica su experiencia con el 962: "La potencia era muy buena. Mucha carga aerodinámica. Lo que más me sorprendió fue la potencia y la carga que tenía en las curvas rápidas, era brutal. Recuerdo que el turbo tenía mucho retraso en ese momento".

"Después de la primera tanda, Jesús dijo: 'No, no, puedes ir más rápido, confía en la carga aerodinámica'. ¡Hay que creer!".

Aunque el estreno en el circuito de la Sarthe nunca llegó en 1989, Sainz no acabó con su paso por los deportivos y, aunque descartó la opción de disputar Le Mans en ese momento, tenía la intención de intentarlo a finales de la siguiente década.

"Creo recordar que fue menos de un segundo más lento que Brundle después de pasar menos de un día con el coche. Fue impresionante" Allan McNish

En 1998, Carlos Sainz ya había logrado sus dos títulos en el WRC, y en su segunda etapa con Toyota aprovechó para montarse en todo un purasangre de la resistencia (como hizo Sebastien Ogier probando un hypercar el pasado noviembre) como fue el fallido GT-One.

El español se puso al volante de un biturbo de 3,6 litros en Barcelona y, una vez más, tuvo una actuación estelar, sorprendiendo a Allan McNish. El escocés, que por aquel entonces era el encargado de probar con Porsche, comentó: "Estaba en el circuito ese día, y el Toyota pasó. Recuerdo pensar que [Martin] Brundle iba rápido, pero cuando regresé al box, descubrí que había sido Sainz el que estaba en el coche".

"Creo que fue menos de un segundo más lento que Brundle después de menos de un día en el coche. Fue impresionante porque al principio le había seguido y apenas podía pilotar en línea recta. La dirección de ese vehículo, como descubriría al año siguiente [cuando fichó por Toyota] era muy directa".

En ese momento, sí parecía que todo esta listo para que Sainz hiciera realidad su deseo de aparecer en las 24 Horas de Le Mans, pero el calendario lo arruinó: "Intenté hacer Le Mans más adelante, piloté el Toyota durante toda una jornada y media en Montmeló en 1998, pero cambiaron las fechas de los entrenamientos de Le Mans y coincidió con el Rally Acrópolis, por lo que no pude".

Salvo un par de actos promocionales con el Volkswagen Sirocco en las 24 Horas de Nurburgring, hasta ahí llegaría la carrera de Sainz en la resistencia en el asfalto. El dos veces ganador del WRC dejó paso a otras grandes figuras del rally en la Sarthe, como Walter Rohrl, Sebastien Loeb o Colin McRae.

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