Cuando Alonso y Norris casi triunfan en las 24 Horas de Daytona

Las 24 Horas de Daytona 2024 de este fin de semana contarán con una gran presencia de ex pilotos de la F1 que han completado su transición a las carreras de resistencia. Jenson Button, Felipe Massa y Romain Grosjean son sólo algunos de esos nombres de esta edición, que se celebra en el prestigioso circuito de Daytona como parte de la IMSA, los próximos días 27 y 28 de enero.

Sin embargo, no será ni mucho menos la primera vez que estrellas del Gran Circo corran esta prueba. Juan Pablo Montoya y Martin Brundle han ganado en Daytona, mientras que la de 2018 fue sin duda una alineación de estrellas, ya que, por ejemplo, Fernando Alonso estuvo presente con el equipo United Autosports, de Zak Brown. 

Era parte del intento de "ganar Le Mans" del ovetense. El español se estaba desenamorando de la Fórmula 1, ya que su equipo, McLaren, acababa de terminar penúltimo en el Mundial de 2017, y estaba decidido a volver al escalón más alto de cualquier manera posible. 

Los ojos de Alonso estaban firmemente puestos en triunfar en la ilustre Triple Corona del Automovilismo, concedida por ganar el Gran Premio de Mónaco de F1, las 500 Millas de Indianápolis de la IndyCar y las 24 Horas de Le Mans del WEC, una hazaña que solo ha logrado Graham Hill. Pero el primer intento del asturiano de completar ese objetivo resultó en un infructuoso viaje a Indianápolis, donde acabó retirándose de las 500 Millas de Indianápolis de 2017, aunque luchó por ganar.

Sin embargo, la mítica prueba de Le Mans era lo siguiente en su radar, y Fernando Alonso, ya ganador del GP de Mónaco, vio Daytona como una gran manera de prepararse para lo que tenía por delante en 2018. 

"Estábamos en Singapur", recordó Zak Brown, CEO de McLaren, en 2017. "Conseguimos cerrar nuestro acuerdo para la F1, y tan pronto como cruzamos mentalmente el puente de conseguir sellar eso, no pasaron dos minutos antes de que dijera: 'Quiero correr en Daytona'. Como hace Fernando, como que habla de cosas, no te dice realmente lo que está pensando, y luego de la nada dice, 'quiero hacerlo'. Eso es exactamente lo que pasó".

La carrera enfrentó a la vieja guardia con la nueva. Alonso compartió su Ligier LMP2 con Lando Norris, quien, en ese momento, se había establecido como el "chico de oro" de McLaren, ya que el entonces joven de 18 años acababa de ser anunciado como piloto reserva del equipo británico tras proclamarse campeón del Europeo de Fórmula 3 en su primera temporada a tiempo completo. 

"No puedes evitar ver cómo progresa Lando", explicó Brown entonces. "Fernando y él se llevan muy bien, así que, sobre todo, será una gran oportunidad para que estrechen lazos y sigan consolidando su relación. Lando va a aprender de Fernando, en cómo se comporta y cómo se prepara para una carrera. Será muy beneficioso para él".

A la pareja se unió el piloto de resistencia Phil Hanson, aunque hablando de Daytona la victoria nunca fue realmente una posibilidad. El Ligier JS P217 tenía un ritmo muy inferior al de los demás pilotos de DPI, lo que quedó patente en la sesión de clasificación, en la que el trío sólo pudo ser 13º y estar a un segundo de la pole. Pero las cosas mejoraron en la salida de la carrera. 

Alonso demostró sus dotes de campeón del mundo ganando dos posiciones en los primeros cinco minutos, a pesar de ser su debut en carreras de cockpit cerrado. Con el español manteniéndose firme, United Autosports estaba cerca del Top 5 cuando terminó su stint.

El siguiente en subirse al coche era Norris, que estaba a punto de demostrar al mundo del automovilismo de lo que era capaz. El británico redujo rápidamente la desventaja con respecto a los coches de delante antes de que un fuerte chaparrón apareciera de repente, ya al anochecer. Es bien sabido que en condiciones complicadas es donde brillan los pilotos de élite, y ese día el de Bristol lo hizo. 

Fue el piloto más rápido en una pista mojada que enmascaraba las deficiencias de su Ligier, y ayudó al coche #23 a liderar durante un total de ocho vueltas, mientras las diferentes estrategias de parada en boxes se sucedían en cabeza. "No sabía en qué posición estaba; sólo cuando entré en boxes vi que era P1," dijo Norris después de la carrera. 

"En mi última vuelta [en la octava hora] antes de parar en boxes, adelanté al otro coche del equipo [el Ligier #32], que pensé que estaba por delante de mí, y podría jurar que tenía el número ocho [en la lectura digital que muestra la posición] en el coche. Pero cuando entré en boxes, vi que era líder". 

Y fue un stint que impresionó enormemente a Alonso en aquel día. "Los stints que hizo fueron impresionantes, el trabajo en equipo, la preparación, la concentración", comentó Alonso, que ganó las 24 Horas de Daytona un año después.

"Así que incluso en condiciones de mojado, en su primera vez en un prototipo, en Daytona, con neumáticos Continental, recuperó 33 segundos en 20 vueltas, algo así. Tiene 18 años, así que es bastante impresionante", detalló.

Sin embargo, fue después del stint de Norris cuando todo se torció repentinamente para el coche #23. Hanson sufrió un pinchazo, al que siguieron problemas de frenos para Alonso, y United Autosports tardó unos 40 minutos en sustituir el cilindro principal. Esto hizo que el equipo cayera rápidamente en la clasificación y cuando llegó el momento del siguiente stint de Norris, el coche estaba 26 vueltas por detrás de los líderes y 22º en la tabla general. 

Al equipo le costó remontar, ya que finalmente terminó 13º en la clase P y 38º en la clasificación completa, pero la conducción no pudo ser mucho mejor y fue un día en el que Norris simplemente lamentó la mala suerte. "Nuestro ritmo en toda la carrera fue bastante bueno en comparación a nuestra desventaja de ritmo real en el coche", explicó Norris. 

"Comparados con los Cadillac y los Acura, eran mucho mejores en términos de rendimiento. Pero yo, Phil y Fernando hicimos un gran trabajo extrayendo lo que pudimos del coche. Creo que tenemos que estar orgullosos de lo que hemos conseguido como pilotos y del equipo; los fallos son cosas que a veces pasan".

Tampoco eran los únicos pilotos de Fórmula 1 que competían ese fin de semana. Lance Stroll, que acababa de completar su temporada de 'rookie' con Williams, estaba en el Oreca 07 para Jackie Chan DCR Jota compartiendo su coche con Felix Rosenqvist, entonces piloto de la Fórmula E, Dani Juncadella, del DTM, y Robin Frijns, ex piloto reserva de Caterham.

El equipo tenía un coche más competitivo que el trío de United Autosports, ya que Frijns les llevó a la sexta posición en la clasificación antes de terminar en la 15ª posición general -11ª de la clase P- en la segunda prueba de Stroll en Daytona.  

Las cosas tampoco mejoraron realmente para el canadiense, ya que más tarde terminó 18º en la F1 2018 sumando solo seis puntos para Williams. Alonso también tuvo problemas ya que, aunque McLaren mejoró con respecto a 2017, seguía sin ser un equipo muy competitivo, lo que llevó al bicampeón a terminar 11º del Mundial de Pilotos.

Sin embargo, su mayor objetivo para ese año era acercarse a la Triple Corona. Aunque la victoria en Indianápolis aún se le resiste, Alonso completó dos tercios de la hazaña al ganar las 24 Horas de Le Mans de 2018 antes de hacerse con el título del Mundial de Resistencia 2018-19 con Toyota. Por lo tanto, Alonso todavía saboreó el éxito, pero su tiempo en la F1 llegó a un final temporal, ya que dejó la categoría por dos años a finales de 2018.

Norris fue su sustituto. Tras Daytona, el británico tuvo un buen 2018, ya que terminó subcampeón de la Fórmula 2 por detrás de George Russell, lo que le valió un asiento a tiempo completo en la F1 con McLaren y con Carlos Sainz como su compañero de equipo.