Wolff vio "como siempre" las batallas políticas en la F1 2022

Mercedes fue uno de los equipos más afectados por el problema de porpoising, que afectó a varios equipos desde los primeros test de pretemporada de la F1 2022, en febrero.

El problema se agravó hasta tal punto que la FIA tuvo que intervenir alegando motivos de seguridad e introdujo cambios en la normativa aerodinámica para 2023, una medida contra la que se habían movilizado algunos equipos, incluido Red Bull.

En octubre surgió una disputa mayor cuando se descubrió que Red Bull había incumplido el límite de costes en 2021, y algunos rivales pidieron una sanción más dura que la multa de 7 millones de y restricciones en las pruebas aerodinámicas que recibieron.

También hubo debates habituales sobre las acciones del reformado control de carrera de la FIA, que finalmente decidió dejar a un lado la filosofía de rotar a los directores de carrera.

Cuando Motorsport.com le preguntó qué le parecían los diversos rifirrafes políticos en la F1 2022, Toto Wolff, director de Mercedes, consideró que habían sido como siempre, ya que los equipos trabajaron para proteger sus posiciones.

"Se trata de proteger tu propia estructura y creo que todos lo hacemos, tratando de mantenerse a la vanguardia o de proteger, o de alguna manera de entender hacia dónde va la política", dijo Wolff.

"Creo que es bastante normal. No creo que haya más juegos psicológicos o menos. Cada uno vive a su manera".

"Creo que fue más o menos lo de siempre, diría yo".

Aun así, las diversas disputas políticas de 2022 estuvieron a un mundo de distancia de la intensidad de la batalla entre Mercedes y Red Bull vista el año anterior cuando sus respectivos pilotos, Lewis Hamilton y Max Verstappen, lucharon por el mundial.

Mercedes se encontró fuera de la lucha en la parte delantera del pelotón durante gran parte del curso 2022, ya que sufrió para adaptarse a las nuevas reglas, en parte debido a ese problema de porpoising.

Toto Wolff y Zak Brown

Incluso cuando se conoció la noticia del incumplimiento del límite de costes por parte de Red Bull, Wolff no fue una de las figuras que más pidió medidas estrictas, sino que ese papel recayó en Laurent Mekies, de Ferrari y en Zak Brown, de McLaren F1. 

Tras el fallo, Wolff consideró que la sanción de la FIA probablemente sería "demasiado" grande para Red Bull pero "demasiado pequeña" para Mercedes, y se centró en la fortaleza del sistema de gobierno que disuadiría a los equipos de futuras infracciones. 

"Más allá de la sanción deportiva y de la económica, que obviamente afectan en el mundo real, hay consecuencias para la reputación", dijo Wolff en México.

"El daño a la reputación que se está produciendo es probablemente lo más importante, y ningún equipo querrá sufrir eso, porque obviamente, vivimos en un mundo transparente y cumplidor".

"Vivimos en un mundo transparente y obediente. Todo necesita gobernanza, y el deporte la necesita. Como deporte en general, ese es el verdadero logro de todo el proceso".

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