Telemetría F1: cómo la inteligencia de Alonso decidió el podio

El pasado fin de semana en Brasil, de nuevo se impuso el clásico monólogo de Max Verstappen de principio a fin para conseguir su decimoséptima victoria del año, un récord absoluto en la Fórmula 1 tanto en porcentajes como en números absolutos.

Sin embargo, todas las cámaras se centraron en Sergio Pérez y Fernando Alonso, con el piloto español protagonizando una carrera de una gestión inmejorable, incluso en momentos en los que ese ansiado podio parecía casi perdido.

Ese tercer puesto del asturiano empezó a fraguarse en la clasificación del viernes en la que, con una buena estrategia, se posicionó cuarto, por detrás de su compañero de equipo Lance Stroll.

Ese fue un elemento clave en la gestión de carrera del piloto español, sobre todo porque le permitió evitar el tráfico en su primer stint, pudiendo así gestionar los neumáticos con más calma en comparación con los pilotos que llegaban por detrás. Por ello, también fue crucial su adelantamiento a Hamilton tras la reanudación de la carrera, ya que sin ese movimiento todo podría haber sido muy diferente.

Tras la primera salida, Checo Pérez se encontraba séptimo, sin duda una mejor posición que el noveno que había conseguido en la clasificación, ya que no pudo completar su vuelta debido a las banderas amarillas provocadas por Oscar Piastri. Entonces, el mexicano estaba a más de ocho segundos del español tras sólo veinte vueltas.

La ventaja acumulada en esos giros también tuvo otra consecuencia positiva para Alonso, y es que pudo retrasar su primera parada en boxes, creando así una disparidad a su favor en cuanto a la duración de los neumáticos.

Aunque una vez que el piloto de Red Bull Racing anticipó su parada en boxes, fue capaz de reducir la diferencia a la mitad, al mismo tiempo Aston Martin Racing no tenía prisa, algo que permitió a Alonso tener cinco vueltas menos en sus neumáticos más nuevos.

Ese pequeño tesoro a su disposición jugó a favor del bicampeón del mundo, sobre todo en la segunda parte del segundo stint de la carrera. En menos de diez vueltas, Pérez casi había conseguido reducir la diferencia con Alonso a poco más de un segundo y casi se mete en su zona de DRS. Sin embargo, el mexicano pagó el desgaste de sus gomas después de apretar desde el inicio y sus tiempos empeoraron, mientras que los del abanderado de Aston Martin se mantuvieron más constantes, demostrando una excelente gestión de los neumáticos.

Debido a que la diferencia aumentaba, Red Bull decidió llamar a Pérez a boxes. De nuevo Aston Martin tenía la sartén por el mango e incluso Alonso propuso quedarse fuera más tiempo, dado el buen trabajo que había hecho para frenar la degradación, pero acabó prevaleciendo la decisión de no arriesgar y no tardó mucho en pasar por boxes.

En ese momento, los dos estaban con el mismo compuesto y con una diferencia mínima en términos de desgaste, por lo que todo parecía preparado para una intensa lucha que habría acabado con dos Red Bull en el podio si Alonso no hubiera dado un paso al frente y mostrado su talento e inteligencia táctica.

Sabedor de que Pérez recortaría distancias tarde o temprano, como ya había hecho antes, el español optó por no forzar los neumáticos en las primeras vueltas del tercer stint tal y como se puede comprobar en la telemetría, sobre todo en algunas curvas determinadas mantuvo un ritmo algo más lento para asegurarse de que ahorraba suficiente goma como para poder vencer a un coche que sobre el papel era superior.

Pero en cuanto el Red Bull se acercó y entró en su zona de DRS, Alonso mejoró su ritmo, bajando del 1:15 en un intento de sacar a Pérez fuera de la zona de DRS.

Lo interesante también está en la interpretación de ciertas curvas, más concretamente las del segundo sector, donde el de Aston Martin pudo girar con aire limpio y crear un pequeño margen de ventaja. Comparando a los dos pilotos, se observa que Alonso prefería determinadas trazadas que favorecían la fase de tracción en la salida, mientras que Pérez intentaba ganar lo máximo posible en las entradas, algo que su ingeniero de pista intentó evitar cuando le pidió imitar las trayectorias del asturiano.

Esa diferencia se aprecia especialmente en la curva 12, donde el piloto del Aston Martin tendía a seguir una trazada más ancha para anticiparse y pisar antes el acelerador y, al mismo tiempo, maximizar la huella de los neumáticos en el suelo con un coche lo más recto posible. Una situación opuesta a la del mexicano que, tratando de favorecer la entrada en curva como amenaza, salía en esos tramos con una velocidad inferior.

Ese planteamiento funcionó hasta los últimos giros, cuando la degradación empezó a hacerse notar, algo que le dio al mexicano la oportunidad de acercarse e intentar el ataque en la penúltima vuelta tras recargar las baterías.

Pérez adelantó al español en la primera chicane, pero Alonso contraatacó en la vuelta siguiente con un adelantamiento en la recta que desemboca en la curva 4, de nuevo, como puede comprobarse en la telemetría, gracias en gran parte al hecho de que el piloto de Red Bull se vio forzado por el español a adoptar un enfoque cauteloso en la curva 1 y no tuvo una buena buena salida de la curva 3 que culminó con la pérdida de la posición y del podio en la curva 4.

A continuación, ambos se enzarzaron en un espectacular duelo en la recta final que de nuevo se decidió por un movimiento inteligente de Alonso, que frenó más tarde para abrirse más y encarar la subida hacia la recta de meta con el coche más recto, mientras que Pérez volvió a apostar todo a la entrada e intentó un ataque que le hizo perder algo de velocidad al inicio de la subida y que probablemente fue clave en las 53 milésimas de diferencia en favor al español en el momento que ambos cruzaron la línea de meta.

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