El plan que Horner construyó para retener a Verstappen en Red Bull

La Fórmula 1 pone fin a sus vacaciones de verano, y también parece ser el final del dominio absoluto de la escudería que copó el liderato en las últimas dos campañas y medias. El asunto 'Christian Horner' quedó completamente archivado en Red Bull, pero para tener una visión más clara de todo el tema era necesario un acto que terminara con todo, como llegó el 8 de agosto.

Una especie de sello que concluyó con la guerra interna en Milton Keynes desde febrero, pero no es un éxito rotundo del director de la escudería, que en el mes de marzo parecía tener las horas contadas. En la semana más caliente de toda la polémica, entre el Gran Premio de Bahrein y Arabia Saudí también estuvo muy cerca del golpe definitivo de deshacerse de Helmut Marko con el apoyo del accionista mayoritario, Chalerm Yovidhya, pero apareció una cláusula en el contrato de Max Verstappen.

En ella parece que había una especie de permiso para el neerlandés de rescindir inmediatamente su acuerdo si se producía la salida del austriaco, con lo que Christian Horner tuvo que tomar nota y a partir de ahí comenzó una larga operación diplomática para retener a su campeón del mundo.

La desavenencia con Helmut Marko ciega a Max Verstappen

Hay un aspecto que pasa por encima del terremoto de Milton Keynes. Christian Horner, Max Verstappen y Helmut Marko están muy cómodos en el equipo, y ninguno tuvo alguna queja, ni en el aspecto financiero ni en el clima que se creó en los últimos años, pero el director del conjunto se dio cuenta de la necesidad de un rápido cambio con el asesor, además de necesitar que el CEO de la marca, Oliver Mintzlaff, restableciera las relaciones.

Sin embargo, a cambio obtuvo que Helmut Marko se retractó de la 'cláusula Verstappen', lo que garantizaba que el neerlandés continuaría hasta finales de 2026. Ese paso fue crucial para mantener al vigente campeón del mundo, ya que no podrá irse hasta que pasen al menos dos campañas.

A finales de la primavera, Christian Horner se dio cuenta de que la superioridad técnica con la que comenzaron el año se desvanecía gradualmente, y desapareció la idea de que podrían conquistar los títulos incluso sin Max Verstappen, pero la pérdida de esa supremacía jugo a favor del piloto, puesto que se convirtió en un valor añadido crucial para conseguir los objetivos.

En ese momento, el británico intentó por todos los medios garantizar al holandés una zona de confort perfecta, desde la estabilidad de Helmut Marko hasta la decisión de no buscar un sustituto para Sergio Pérez. El deseo de restablecer la paz interna no estaba dictado solo por la búsqueda de una vida más tranquila, sino por la necesidad de dedicar toda su energía a la escudería, sin distracciones externas.

El peso de las salidas de Adrian Newey y Jonathan Wheatley

Las historias de Adrian Newey y Jonathan Wheatley son dos que tienen poco en común, además del hecho de que confirmaron su salida del conjunto de las bebidas energéticas con pocos meses de diferencia, y son dos marchas importantes. Red Bull, de forma paradójica, parece que se sorprendió más por la salida del genio de la aerodinámica, una que ocupó los titulares durante varias semanas, pero más allá de la repercusión de su adiós, el conjunto se preparó para afrontar ese momento.

Corresponderá al cronómetro emitir un juicio final, pero el relevo de Pierre Wache fue tan rápido que se podría pensar que ya tenían un plan en el armario desde hace tiempo. Sin embargo, queda un temor ligado a la marcha del británico y, sobre todo, del director deportivo, puesto que hay riesgo de que más personas decidan abandonar el barco.

Adrian Newey siempre contó con fieles empleados, mientras que en el caso de Jonathan Wheatley hay peligro en que pueda convencer a Audi de empezar a contratar a más gente, puesto que los alemanes buscan en torno a 200 trabajadores para su nuevo proyecto en la Fórmula 1.

La temporada 2026 será un paso crucial

Para Christian Horner, la verdadera apuesta será la temporada 2026, un auténtico todo en uno. Habrá mucho en juego, como el futuro de Max Verstappen, la respuesta de su personal técnico dirigido por Pierre Wache a la marcha de Adrian Newey y la competitividad de su nueva unidad de potencia.

El veredicto final también influirá en la propia posición del inglés, aunque el lugar de Helmut Marko está asegurado hasta el final de ese año. Es difícil prever una renovación del contrato que obligue al austriaco, que tendrá 83 primaveras por aquel entonces, permanecer en primera línea, en un momento en el que el director del equipo podría abrir la puerta.

Desde 2005, Christian Horner siempre desempeñó la misma función de dirigir la escudería, pero las decisiones relativas a los pilotos y a las grandes inversiones siempre necesitaron la aprobación del austriaco y, si todo va bien, tras más de dos décadas, podría tener el mando de todas las operaciones en 2027.

En 2026 es muy probable que Max Verstappen continúe con Red Bull, y tendrá gran interés en valorar el potencial del monoplaza de Milton Keynes, aunque dejar la escudería no está exenta de riesgos, ya que es imposible predecir quién será el más rápido con las nuevas reglas técnicas. Cambiar de colores significa arriesgarse a perder el tren adecuado, por lo que lo mejor para él es ver qué coche es el más veloz.

Si todo va bien en el equipo, los temores de un Red Bull sin Helmut Marko se desvanecerán, ante un monoplaza ganador, todo pasará a un segundo plano. Si, por el contrario, los resultados decepcionan, no será un gran problema para el piloto neerlandés buscar una alternativa fuera de los toros alados, dado que a finales de 2026, Mercedes, Ferrari, McLaren y Aston Martin tendrán un asiento disponible.

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