Los diez peores coches de la historia que ganaron una carrera de F1
Es muy difícil ver a coches poco competitivos ganar carreras de Fórmula 1, pero puede suceder en raras ocasiones. Descubre los diez peores monoplazas que lograron subir a lo más alto del podio en toda la historia.
La mayoría de los coches que ganan en la Fórmula 1 son especiales. El nivel de la competición garantiza que los peores diseños rara vez se acerquen a un podio, sobre todo teniendo en cuenta la fiabilidad de las máquinas, pero en ocasiones, una combinación de suerte o inspiración y condiciones meteorológicas inusuales hacen que los monoplazas menos rápidos tengan su momento de gloria.
Para elaborar esta lista nos hemos fijado en el ritmo general, su fiabilidad, lo difíciles que eran de conducir y las circunstancias para su éxito.
Estos son los diez peores monoplazas de Fórmula 1 que han ganado un gran premio, según Motorsport.com.
10. Ferrari F60
Victoria: GP de Bélgica de 2009, Kimi Raikkonen
Otro mejor resultado: 2º
Posición en el mundial de constructores: 4º
El coche de Ferrari para el nuevo reglamento de 2009 era bastante lento, y el equipo no solo echó en falta el truco del doble difusor, lo que le dio a Brawn GP mucha eficacia, sino que el F60 carecía de una distribución de peso ideal por el KERS, aunque la mayor distancia entre ejes introducida en el mes de junio en el Gran Premio de Gran Bretaña mejoró las cosas.
Los de Maranello no estaban de acuerdo con la legalidad del doble difusor y, con las restricciones de las pruebas, no respondió tan rápido como podría haberlo hecho antes. También tuvo problemas para sacar el máximo partido a los neumáticos Bridgstone, y cuando solo los ocho primeros puntuaban, Kimi Raikkonen y Felipe Massa necesitaron cuatro carreras para despegar.
Un coche de seguridad que él ayudó a provocar y el KERS permitieron al finlandés quitarle la victoria al Force India de Giancarlo Fisichella, quien no montó ese elemento de potencia adicional, pero las lamentables actuaciones de Luca Badoer hicieron que el italiano fuera el siguiente compañero en el Cavallino Rampante por el grave accidente del brasileño en el Gran Premio de Hungría.
El entonces director del equipo, Chris Dyer, en el análisis oficial de la temporada 2009, pudo quitarle algo de culpa a Badoer: "No teníamos suficiente carga aerodinámica ni eficiencia. Tanto Luca [Badoer] como Giancarlo [Fisichella] encontraron el coche difícil de equilibrar en la frenada con el KERS".
Si Toyota hubiera sido más inteligente desde el punto de vista operativo, es posible que Ferrari hubiera acabado en la quinta posición en el mundial de constructores, poco después de que los de Maranello salieran campeones un año antes.
9. Shadow DN8
Victoria: GP de Austria de 1977, Alan Jones
Otro mejor resultado: 3º
Posición en el mundial de constructores: 7º
Diseñado en un principio por Tony Southgate y acabado por Dave Wass en 1976, el DN8 puntuó en cada una de sus tres temporadas en la Fórmula 1, pero nunca fue uno de los líderes. En un buen día de 1977, Shadow pudo meter uno de sus monoplazas entre los seis primeros, uno que normalmente tenía al que sería futuro campeón el mundo, Alan Jones, a los mandos.
Los diversos abandonos provocaron que solo fueran séptimos en el campeonato de constructores, y habría sido octavo de no suceder el extraordinario Gran Premio de Austria, cuando el australiano, con el DN8 y una carrocería mejorada se abrió paso desde la 14ª plaza por la mojada pista de Osterreichring. La mayoría de los pilotos salieron con gomas lisas, y Jones progresó de una impresionante manera para ganar casi una posición por vuelta, con lo que en el giro 16 ya era segundo, con solo al defensor de la corona, James Hunt, por delante.
No obstante, el británico parecía muy dominante, todo hasta que el Cosworth DFV de su McLaren dijo basta a poco más de una decena de vueltas, pero Jones tuvo más suerte después de que el motor del Lotus de Gunnar Nilsson también fallara. Solo tuvo que batir al Ferrari de Niki Lauda para asegurarse la única victoria de la escudería en la Fórmula 1.
"Sabía que era una casualidad, ganar tenía que serlo con ese monoplaza", dijo el australiano en su autobiografía, Driving Ambition. "Era consciente de que no podíamos hacer mucho sin un coche nuevo, el que teníamos estaba con sobrepeso y era muy lento en línea recta".
8. Toro Rosso STR3
Victoria: GP de Italia de 2008, Sebastian Vettel
Otro mejor resultado: 4º
Posición en el campeonato de constructores: 6º
A pesar de alguna que otra clasificación llamativa, a menudo gracias a las gomas Pirelli, Minardi solía terminar más atrás que delante, y eso no pareció cambiar cuando Red Bull compró el equipo y lo renombró para ser Toro Rosso [antes de rebautizarlo como AlphaTauri]. El STR03, que llegó para la sexta prueba del año 2008, era en realidad un RB4 con un motor Ferrari en lugar del Renault, y no era un mal monoplaza, ya que solía puntuar con Sebastian Vettel en una temporada dominada por McLaren y Ferrari, pero solo ganó una carrera.
La combinación de lluvia, la potencia del propulsor de Maranello y una distribución del peso mejorada, además de la habilidad del germano, lo convirtieron en un serio contendiente en Monza. El alemán se clasificó en la pole position y, a pesar de algún susto, lideró todas las vueltas para hacerse con un brillante triunfo, el primero para el conjunto de Faenza y para el piloto: "Ha sido un día increíble, con un paquete que no debería ni estar cerca del podio".
Sin embargo, Toro Rosso acabó sexto en el mundial de constructores y no volvería a subir a lo más alto del podio en más de una década.
7. Tyrrell 011B
Victoria: GP de Detroit de 1983, Michele Alboreto
Otro mejor resultado: 5º
Posición en el mundial de constructores: 7º (el equipo también usó el Tyrrell 012 en algunos grandes premios)
La escudería de Ken Tyrrell fue un batión para los motores Ford Coswotrh DFV atmosférico contra las hordas de turbos que acechaban en los años 80. Calificar al 011B de mal coche podría ser duro, ya que siempre iba a ser superado, pero la verdad es que normalmente no estaba a la altura.
Tras desarrollar el competitivo 011 de 1982, la versión B de fondo plano contaba con la última especificación DFY del legendario propulsor, pero le costaba terminar entre los diez primeros en las ocasiones que llegaba a la bandera a cuadros en 1983. Los estrechos circuitos urbanos, que minimizaban la ventaja de potencia de los turbos y ponían de relieve sus problemas de retraso en la entrega, eran los últimos sitios en los que el Cosworth todavía tenía una oportunidad.
En Detroit, Michele Alboreto se clasificó sexto, el segundo más veloz de los Cosworth, y adelantó a Marc Surer en la primera vuelta, además de ganar otro puesto cuando el Lotus de Elio de Angelis sufrió un contratiempo con la corona y el piñón. No obstante, cedió contra Keke Rosberg y su Williams para después superar al Alfa Romeo de Andrea de Cesaris y ser cuarto. Por delante tenía entonces al finlandés, Nelson Piquet y su Brabham y el Ferrari de René Arnoux, quienes estaban fuera de su alcance.
El Tyrrell se puso por delante de Rosberg cuando el Williams hizo una parada para cambiar de neumáticos, que resultó ser lenta, y se colocó segundo por los problemas en el sistema de combustible que dejaron al líder de la carrera, Arnoux, fuera. Aunque Alboreto tuvo la presión del brasileño, no fue hasta cuando quedaban diez giros cuando se resolvió todo debido a un pinchazo del de Brabham.
Además de la victoria de Alboreto, la última de la escudería, el mejor resultado del 011B en 1983 fue un quinto puesto, y fue reemplazado finalmente por el 012 antes de que acabara la temporada.
6. Ferrari 126CK
Victorias: GP de Mónaco y de España de 1981, Gilles Villeneuve
Otro mejor resultado: 3º
Posición en el mundial de constructores: 5º
El primer Ferrari turboalimentado se basaba en un potente motor montado en un chasis que no era ni de lejos tan bueno como el de la mayoría de sus rivales. Los del Cavallino Rampante, que venía de una de sus peores temporadas en 1980, acabaron quintos en la general de constructores, y solo subieron al podio tres veces, aunque dos de ellas resultaron ser victorias.
Sorprendentemente, se produjeron en dos de los tres trazados más lentos del calendario. La primera fue posible gracias a una de las mejores vueltas de clasificación de la historia de la Fórmula 1, cuando Gilles Villeneuve colocó a su coche segundo en la parrilla, más de dos segundos y medio más rápido que su compañero Didier Pironi, quien hizo la pole position un año antes en el mismo lugar.
El ágil Brabham de Nelson Piquet inevitablemente se alejó del canadiense en los primeros compases, y el de Ferrari tuvo que dejar paso al Williams de Alan Jones, quien se acercó al líder, pero que se estrelló cuando estaba a pocos segundos. El australiano heredó la cabeza de la carrera, con más de medio minuto sobre Villeneuve, pero con problemas de combustible, decidió parar a repostar, con lo que se reincorporó con una ventaja muy pequeña y contratiempos en su propulsor. A cuatro giros del final, el del Cavallino Rampante se hizo con el liderato para dejar a su compañero de equipo con una vuelta de desventaja.
El canadiense, ya en España, se clasificó séptimo, siete décimas por delante de Pironi, y a más de un segundo de la pole position en el Jarama. Esta vez vez una salida increíble la que se combinó con el drama de Alan Jones para ayudar a los de Maranello a vencer de nuevo, con un Villeneuve que salió disparado para ponerse tercero en la primera curva, y luego pasó al Williams de Carlos Reutemann al inicio del segundo giro.
Sin embargo, el vigente campeón parecía fuera de su alcance, hasta que se salió en la vuelta 14, dejando al canadiense en el liderato, algo que defendió hasta ver la bandera de cuadros en un grupo cada vez mayor de monoplazas más veloces que él, pero se las ingenió para salir victorioso con un margen de poco más de un segundo entre los cuatro primeros.
Ninguna de los dos triunfos puede restar mérito al hecho de que el Ferrari se viera superado en general por Brabham y Williams, que lideraban con sus DFV, y los turbo de Renault en 1981. El 126CK tampoco era fiable, con diez abandonos en quince grandes premios debido a contratiempos mecánicos.
5. Ligier JS43
Victoria: GP de Mónaco de 1996, Olivier Panis
Otro mejor resultado: 5º
Posición en el mundial de constructores: 6º
El mejor día de la vida de Oliver Panis hizo que el JS43 se colara en los libros de historia como un coche ganador en la Fórmula 1 gracias a su sorprendente victoria en el Gran Premio de Mónaco de 1996. De media, el Ligier con motor Mugen-Honda fue el séptimo más rápido de la temporada, bastante lejos del Williams FW18. Para ponerlo en perspectiva, es una diferencia muy similar entre la que había entre los mejores y los últimos en la nueva era de reglas técnicas de 2022.
El francés se clasificó 14º en el Principado, a dos segundos del mejor crono de Michael Schumacher, pero la carrera bajo la lluvia resultó ser un caos. Varios accidentes, como el del alemán en la primera vuelta, ayudaron a Panis a escalar, aunque también protagonizó algún que otro agresivo y eficaz adelantamiento, como el que hizo sobre el Ferrari de Eddie Irvine en la horquilla de Loews.
Cuando el resto cambió a neumáticos lisos, Panis era tercero, por detrás del Williams de Damon Hill y el Benetton de Jean Alesi. El británico tenía 26 segundos de ventaja sobre el segundo, y 48 sobre el galo, pero su motor Renault dijo basta en la vuelta 41 de 75 [en lugar de las habituales 78 debido al límite de dos horas], y todo se puso de cara para el primero de los franceses hasta que una suspensión del Bentton provocó otra retirada más.
Panis tomó el relevo y mantuvo a raya al McLaren de David Coulthard a pesar de los problemas de combustible, logrando su única victoria, la novena y final para el equipo. Ligier solo sumó cinco puntos en las otras pruebas del campeonato, pero los de Mónaco le permitieron ser sextos al término de la temporada antes de pasar a llamarse Prost.
4. Williams FW09
Victoria: GP de Dallas de 1984, Keke Rosberg
Otro mejor resultado: 2º
Posición en el mundial de constructores: 6º
Honda trató de hacer las cosas bien antes de su llegada como fabricante de motores en la década de 1980. Después de empezar con el modesto Spirit, los japoneses unieron sus fuerzas con Williams a finales de 1983, con un FW09 que fue el primer turbocompresor del equipo, quienes tuvieron problemas con la brusca entrega de potencia.
Al igual que en otros casos de la lista, la victoria del monoplaza se debió en gran parte al piloto que iba al volante. Rosberg estaba mejor preparado para el sofocante calor de Dallas, ya que contaba con un casco refrigerado por agua para la novena ronda del mundial de 1984. Salió séptimo, pero avanzó rápidamente, y después de que Derek Warwick se estrellara intentando ponerse en cabeza, el finlandés ya había pasado al McLaren de Niki Lauda para ir a por los Lotus de Nigel Mansell y Elio de Angelis.
Rosberg se puso segundo, pero el británico demostró ser más duro de lo esperado, y el de Williams no se puso en el liderato hasta pasada la mitad de la prueba. El McLaren de Alain Prost se convirtió entonces en el principal rival del finlandés, y el francés parecía tener la carrera ganada hasta que el deterioro de las gomas y del propio asfalto provocaron que muchos pilotos se fueran contra el muro, como le sucedió al galo.
Rosberg, de esa forma, logró la primera victoria de un Williams con propulsor turboalimentado. El FW09B se introdujo inmediatamente después de Dallas, pero solo consiguió acabar dos veces, ninguna en los puntos, en los siete grandes premios restantes, por lo que el FW10 de 1985 sería el primer coche realmente exitoso de la relación con los nipones de Honda.
3. Lotus 43
Victoria: GP de Estados Unidos de 1966, Jim Clark
Otro mejor resultado: no acabó más carreras
Posición en el mundial de constructores: 5º (el equipo también usó el Lotus 33 en algunos grandes premios)
Este no podía faltar en la lista, y el 43 no terminó todos los grandes premios en los que participó, solo el del Gran Premio de Estados Unidos, en el que Jim Clark se hizo con el triunfo en Watkins Glen. En términos de ritmo, el sucesor del 33, ganador del título, estaba en la zona de pelea, con el británico clasificándose entre los tres primeros cada vez que competía con ese monoplaza, lo que hacía ver que el chasis no era malo, algo que se demostró aquel día de la victoria.
El piloto pudo ser segundo en la sesión de clasificación, por detrás del recién coronado como campeón Jack Brabham, pero su H16 falló al final de los entrenamientos y Lotus tuvo que pedir prestado el motor de repuesto de BRM. Al principio, Clark siguió al Ferrari de Lorenzo Bandini, que arrancaba muy rápido, pero pronto se quedó por detrás del australiano y del Cooper de John Surtees, con lo que era cuarto.
Entonces, Surtees chocó con un piloto doblado, y el motor de Bandini explotó, por lo que Brabham heredó la cabeza cómodamente hasta que tuvo contratiempo en su propulsor, lo que le dio el triunfo al protagonista de la jornada en un día de desgaste. Por lo demás, el problema principal era el motor BRM P75 H16, que era demasiado pesado, poco fiable y no tan potente como se esperaba con la nueva normativa de tres litros, lo que no le permitió sumar más triunfos.
Era una medida provisional para Lotus, tras la retirada de Coventry Climax de la Fórmula 1 y antes de que el Cosworth estuviera listo. El éxito de Clark fue el único para ese propulsor, y lo mejor que pudieron lograr exceptuando otros chasis, fue el segundo puesto de Jackie Stewart en el Gran Premio de Bélgica de 1967 en Spa-Francorchamps.
2. Ferrari 625 (555)
Victoria: GP de Mónaco de 1955, Maurice Trintignant
Otro mejor resultado: 2º
Posición en el mundial de constructores: en esa temporada no se disputaba
La temporada 1955 de Fórmula 1 estuvo protagonizada por Mercedes-Benz y su W196 con Juan Manuel Fangio y Stirling Moss, con el magnífico, pero poco afortunado Lancia D50 demostrando su potencia. Un segundo y un tercer puesto, y una victoria después no indican que el 625 con un propulsor 555 de cuatro cilindros fuera tan malo, pero la verdad es que se vio superado por los de las flechas de plata de ocho cilindros y el Lancia V8.
Maurice Trintignant se clasificó como el Ferrari más rápido en Mónaco, pero eso solo le valió para ser noveno, a más de tres segundos de la pole position del argentino. El de Mercedes fue el primero en liderar, pero tuvo problemas con la transmisión, lo que le hizo tomar el mando a Moss, quien repitió lo de su compañero más tarde. Alberto Ascari podría haberse hecho con la cabeza, pero en su lugar tuvo el famoso accidente en el que cayó al agua del puerto, lo que provocó que el francés consiguiera su primera victoria en el Gran Circo, por delante del Lancia de Eugenio Castellotti.
A partir de entonces, la diferencia entre los germanos y los de Maranello pudo medirse en minutos, con el nuevo 250F de Maserati entre llos, por lo que es justo decir que los del Cavallino Rampante careció de ritmo para estar en la primera línea. Fue necesaria la marcha de Mercedes del automovilismo y que Lancia cediera sus D50 a Enzo Ferrari para que volvieran a lo más alto en 1956.
1. Jordan EJ13
Victoria: GP de Brasil 2003, Giancarlo Fisichella
Otro mejor resultado: 7º
Posición en el mundial de constructores: 9º
La mayoría de los coches mencionados hasta ahora podrían clasificarse como de la zona media, pero este ganador era uno de los últimos de la fila. Solo Minardi fue más lento que Jordan en la temporada 2003, y el EJ13 estuvo muy lejos de Ferrari, los vencedores en el mundial de constructores. La financiación fue un problema debido a la falta de patrocinios, y los motores Honda se sustituyeron por viejas unidades Ford-Cosworth.
Una gestación problemática también significó que el coche careciera de carga aerodinámica y era poco fiable. Pero entonces, ¿cómo ganó un gran premio? El primer punto crucial fue la lluvia en Interlagos, y el segundo, la decisión de entrar a boxes para poner el suficiente combustible en el monoplaza de Giancarlo Fisichella hasta la vuelta 54, en la que se concederían todos los puntos en caso de bandera roja.
Tras la parada, el italiano era 18º, solo por delante de su compañero Ralph Firman, pero a medida que el resto entraba en el pitlane, hacían trompos o se estrellaban, el protagonista inesperado del día avanzaba.
En el giro 54, el líder, Kimi Raikkonen, cometió un pequeño error, y Fisichella pasó al McLaren, justo cuando Mark Webber se fue contra las protecciones, y poco después Fernando Alonso impactó contra una de las ruedas que se quedaron en el medio de la pista brasileña, por lo que se sacaron las banderas rojas.
El Jordan del italiano se incendió, y el finlandés fue declarado ganador en un principio, pero tras una investigación, el resultado se anuló y fue la primera victoria de Fisichella en un gran premio.
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