Las tres razones que hacen confiar a Ferrari en la F1 2023

En otra época, en Maranello se habría producido una situación de histeria colectiva con la salida del director del equipo. Sin embargo, en la Dirección Deportiva de Ferrari, el clima es extrañamente tranquilo y positivo gracias a los datos que parecen estar recibiendo del monoplaza de 2023.

La presencia del que será exdirector de Ferrari en la F1 a partir del 31 de diciembre, Mattia Binotto, a la espera de que se haga oficial la llegada de Frederic Vasseur, muestra la continuidad de un equipo que trabaja con un claro objetivo pese a estos cambios: cerrar la brecha de rendimiento que ha separado al F1-75 del campeón del mundo de 2022, el Red Bull RB18.

"En el equipo estamos intentando centrarnos en nuestro trabajo del simulador", dijo Charles Leclerc en la Gala de la FIA en Bolonia, "para tener el mejor coche de carreras posible el año que viene".

"Tengo confianza. En los últimos meses hemos intentado comprender cuáles son los puntos débiles del monoplaza de 2022 para mejorar el de 2023. De momento Mattia sigue allí, trabajando junto a nosotros y tratando de ayudar al equipo a prepararse para la próxima temporada".

Hay más confianza en Ferrari que fuera, y eso también es inusual. Pese a que la llegada de Vasseur provocará cambios inevitablemente, todo el mundo sabe que no hacen falta revoluciones, sino ajustes.

Los datos que se reciben del trabajo en el túnel de viento de Ferrari son muy muy positivos: el 675, nombre con el que se conoce al coche de 2023, representan un salto cualitativo importante en comparación con el F1-75. Los ingenieros dirigidos por Enrico Cardile han actuado sobre las debilidades del coche rojo y hay tres claves que permiten soñar a los italianos.

La primera: El equipo cree que ha conseguido mejorar la velocidad punta con una mayor eficiencia aerodinámica. El problema de la resistencia no sólo se debe de la diferencia de velocidad con el DRS abierto, sino que también se debe a la aproximación a la aeroelasticidad de ciertos componentes, no sólo en los alerones, y también a la capacidad encontrar una configuración adecuada para producir la máxima carga posible con el fondo del coche.

La segunda: La gestión de los neumáticos. Pirelli ha construido unos nuevos neumáticos delanteros que buscan reducir el subviraje, lo que también responde a las necesidades de Ferrari y al estilo de pilotaje de Charles Leclerc en particular. En Maranello ya han adaptado el nuevo modelo de los matemático a su simulación y los resultados de las pruebas parecen ser positivos.

Hay que reconocer que el equipo italiano ha invertido su tiempo en el desarrollo de los neumáticos: mientras que otros equipos se han mostrado reticentes a trabajar junto a Pirelli en este periodo de descanso entre temporadas, Ferrari se ha mostrado muy cooperativo y esa actitud debería darle algunos resultados útiles en 2023.

A primera vista, la 675 no será muy diferente al F1-75: la filosofía de construcción se mantendrá fiel a sí misma, por lo que quienes vaticinaban cambios radicales en el concepto y en la distribución están muy equivocados: la parte trasera se ajustará gracias a la nueva caja de cambios, que permitirá una zona trasera mucho más pronunciada al estilo 'Coca-Cola', pero no renunciará a los pontones que este 2022 tanto dieron que hablar y al sistema de refrigeración que tan buenos resultados dio.

La tercera clave que inspira confianza a Ferrari es que las intervenciones realizadas a los ingenieros de motores de Enrico Gualtieri para mejorar la fiabilidad del 066/7 han ido en la dirección correcta, aumentando la vida útil de la unidad de potencia, lo que les ha permitido recuperar algún CV que tenían al principio de la temporada y que luego rebajaron para evitar más averías catastróficas.

La confianza interna de Ferrari proviene del análisis de sus propios datos, luego habrá que ver lo que han conseguido Red Bull y Mercedes en sus fábricas, porque desde luego no se habrán dormido...