La experiencia de Rory Byrne estará en el Ferrari de la F1 2024

A Rory Byrne, asesor de lujo del Cavallino, se le ha visto deambular por los departamentos de Maranello ofreciendo sus conocimientos a los técnicos que trabajan en el proyecto 676, el monoplaza para la temporada 2024.

Se sabe que llegó a Italia antes de Navidad, acompañado de su familia, que aprovechó para pasar unas vacaciones en las nieves del Trentino, pero la discreta presencia del ingeniero sudafricano de Pretoria, que esta semana cumplirá 80 años, no pasó desapercibida.

El ingenioso diseñador, que creó los Ferrari de la era Michael Schumacher bajo la dirección técnica de Ross Brawn, tiene un contrato de colaboración con la Scuderia y, desde luego, no escatima en hacer su aportación al nacimiento del coche que deberá relanzar a los de rojo tras un difícil 2023.

Rory, junto con el genio del efecto suelo, Adrian Newey, está considerado uno de los mayores expertos en este estilo de coches, por lo que su gran experiencia puede ser muy útil para evitar errores de bulto en la gestión del porpoising.

No es un tipo corriente de los que utilizan ordenadores y simulaciones, porque, según los rumores, Byrne tiene una memoria extraordinaria y recuerda ciertas mediciones "de oro" que forman parte de su caudal de conocimientos.

Así pues, el equipo de ingenieros de Enrico Cardile puede beneficiarse del extraordinario apoyo de Rory, todo hay que decirlo, que pisó por primera vez la Fórmula 1 en 1981 con el Toleman TG181 que debutó en el GP de San Marino. Aficionado al aeromodelismo (empezó a descubrir la aerodinámica con aviones de madera de balsa) y al submarinismo, presenció después la transformación de Toleman a Benetton, es decir, el equipo que con Flavio Briatore ganó los mundiales de 1994 y 1995, antes de iniciar el ciclo más deslumbrante de la historia de Ferrari, gracias a la llamada de Jean Todt y Ross Brawn.

Byrne no sólo tiene un gran valor técnico por los conocimientos que aporta, sino que también es un gran motivador desde el punto de vista humano. Es uno de los pocos supervivientes de la Gestione Sportiva que vivió aquella época dorada de la Scuderia y sus logros siguen estando presentes en todos los jóvenes ingenieros que hay en Maranello.

En resumen, no estamos ante un viejo "pasado de moda", como algunos le consideraron, sino ante un activo que no tiene ni el tiempo ni las ganas de ocuparse de un proyecto desde el principio (quiere disfrutar de su jubilación), pero es un hombre que abarca al detalle el conocimiento del efecto suelo.

El campeón del mundo Red Bull racing ha construido su equipo dirigido por Pierre Waché en torno a Newey: en Milton Keynes hay una estructura que sabe transformar en modelos CAD las intuiciones de Adrian, un ingeniero que nunca ha renunciado a los bocetos para dar cuerpo a una idea, pasándola después a la máquina de dibujar.

Ferrari utiliza su joya de otra manera, entre otras cosas, con mucha menos presencia, porque Rory no tiene los 65 años de Newey, pero está a punto de cumplir ocho décadas: su aportación de experiencia puede ser clave. Cuando vio la parte trasera del 676 habría sonreído, dando su consentimiento a un diseño decididamente más extremo que el SF-23.

Al fin y al cabo, Byrne, al igual que Newey, siempre ha tenido la habilidad de encontrar en las reglas las zona grises, aportando ideas polémicas que rozaban lo legal. ¿Encontraremos alguna pequeña sorpresa en el 676?

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