Fallece Jan De Rooy: la leyenda del Dakar que quería ganar a los coches

"Después de una enfermedad muy corta, nuestro padre, esposo y abuelo, falleció en paz y se reunió con gran amor a Annie. 80 años le permitieron vivir, dedicó 65 a 'SU' empresa de transportes 'De Rooy', que celebraba su centenario el año pasado", declaró la familia de la leyenda del Rally Dakar.

Jan De Rooy comenzó su trayectoria automovilística en la disciplina de los rallycross, pero se convirtió en un mito al competir en la carrera más dura del mundo durante la década de 1980 con varios camiones DAF. Su padre fue el propietario de una gran serie de vehículos, que le fue confiscada a causa de la II Guerra Mundial por los alemanes, y tuvo que empezar de la nada, pero desde muy joven y salido de Eindhoven, su hijo tomó los mandos hasta el punto de ser conocido a nivel mundial.

Fue en 1982 cuando hizo su primera participación en el Rally Dakar, cuando la cita discurría por el peligroso y exigente continente africano, pero eso no se quedó ahí. Su intención era la de vencer a los coches con su camión, dejando imágenes para la historia rodando en paralelo con ellos a más de 200 km/h sobre el desierto.

Sus actuaciones le hicieron ganarse el apodo de 'L'ours' ['El Oso'] en la carrera, y aunque en 1984 no tuvo suerte con un camión propulsado por un motor en cada eje, dos años después, en 1986 participó con una unidad Turbotwins. Con ella ganaría en esa edición, pero fue descalificado, intentándolo un curso después con incluso un mejor resultado, puesto que le sacó más de catorce horas al segundo clasificado en la general, con un undécimo lugar en el global entre todas las categorías.

La marca DAF quería más, y en 1988 llevaron camiones todavía más novedosos, lo que le permitió rodar en la tercera plaza de la lista de participantes, contando coches y motos, desafiando a nombres como Ari Vatanen, quien tiene el récord empatado a 50 con Stéphane Peterhansel de más victorias de etapa en esa modalidad, con su Peugeot 405.

No obstante, la tragedia sacudió a la firma neerlandesa cuando uno de sus copilotos, Kees van Loevezjin, murió como consecuencia de que el segundo de sus vehículos volcara, por lo que DAF decidió abandonar el Rally Dakar, al igual que Jan De Rooy. Aunque su legado continuó, puesto que su hijo Gerard volvió con más fuerza hasta ganar la prueba en dos ocasiones cuando ya se celebraba en Sudamérica, en 2012 y 2016.

No obstante, para el recuerdo quedarán todas esas veces en las que el nombre De Rooy ocupó las pantallas de televisión de los aficionados cuando repasaban cómo fue la etapa del día y le veían ganar.

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