Yamaha cierra el mercado a Ducati, que ahora mira a Zarco

Ducati estaba mirando el escaparate del mercado de pilotos y Yamaha le cerró la puerta en las narices. La renovación de Viñales y el fichaje de Quartararo para el periodo 2021-2022 ha sido, aparentemente, una jugada maestra del fabricante japonés, no solo por asegurarse a los dos pilotos jóvenes con mayor proyección de la parrilla, fuera de Marc Márquez, lógicamente, sino que, además, ha sido un duro golpe para la casa italiana, que había presentado una oferta a Maverick y, en caso de fallar, tenía a Fabio como primera alternativa.

Con el baile de fichajes descorchado, Ducati deberá moverse con rapidez y sigilo si quiere asegurarse una pieza que ilusione y motive de cara a 2021. La pareja formada por Andrea Dovizioso y Danilo Petrucci, experimentados y solventes, no se ha mostrado suficiente para plantar cara al poder de Márquez y Honda. Los italianos necesitan un revulsivo, un piloto que les haga volver a creer en luchar por el título porque su actual alineación ya no ilusiona.

Los pilotos que quedan libres a final de año y más apetecibles, ahora mismo, son la pareja del equipo Suzuki, Alex Rins y Joan Mir. El mallorquín es del agrado de Ducati y le han seguido durante 2019, aunque tomar la decisión ahora mismo, es un riesgo importante.

En la recámara de Borgo Panigale están los pilotos de Pramac, Jack Miller y Pecco Bagnaia, que este año dispondrán de una Desmosedici GP20 y deberán demostrar si están preparados para convertirse en una alternativa real a la actual pareja del equipo oficial. De momento, ninguno de los dos acaba de convencer a la cúpula de Bolonia.

Con un mercado tan complicado, ahora en Ducati miran de reojo hacia su último ‘fichaje’, el francés Johann Zarco.

El bicampeón del mundo de Moto2 debutará este año en el equipo Avintia al manillar de una Desmosedici GP19, la moto utilizada el pasado año por el equipo oficial, con apoyo de la fábrica tanto en piezas como de personal técnico.

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Dall’Igna promete apoyo a Zarco

Por primera vez desde que llegaron a Mundial, en Ducati contarán con cuatro motos full factory en parrilla, un esfuerzo importante para un departamento de carreras pequeño como es el italiano.

Los esfuerzos de la fábrica se centrarán en esos cuatro prototipos y los cuatro pilotos que los van a llevar, los dos oficiales y los del Pramac.

Sin embargo, queda un quinto elemento que, "si se lo gana", va a recibir la atención de Bolonia, el francés Zarco.

Tras la presentación del equipo el pasado 23 de enero le preguntaron al director general e ingeniero jefe de Ducati, Gigi Dall’Igna, si iban a apoyar con fuerza el debut del francés en el equipo Avintia.

“Dependerá de sus resultados”, fue la respuesta. “Personalmente creo que lo importante son los resultados. Si nos demuestra que puede conseguirlos, seguro que voy a ayudarle”, explicó el ingeniero.

“Esa ha sido mi filosofía durante toda mi vida y la voy a mantener en el futuro. Si no puedo hacerlo así, cambiaré de trabajo”.

Zarco competirá este año con una maquinaria que no acabó de ser, en 2019, todo lo competitiva que se esperaba.

“No podemos cambiar el motor porque está congelado desde el comienzo de la temporada. Pero estoy dispuesto a hacer lo mejor por él. Lo digo en serio, no estoy bromeando”, insistía.

Uno de los puntos fuertes de la Desmosedici es la aerodinámica, que sí puede variar respecto a la del pasado año.

“Creo que tenemos la posibilidad de hacer algo mejor para él que trabajar en la aerodinámica”, dijo el italiano, abriendo la posibilidad de cambios más importantes a nivel de basculante, chasis o suspensiones.

“Lo primero es entender qué es lo que necesita [Zarco] y, después, tomar la decisión sobre lo que puedo hacer por él”, explicó, recordando que el galo aún no se ha subido a la moto.

“Le hemos puesto un jefe de equipo que trabajó para Ducati durante mucho tiempo y que ahora ha regresado solo para trabajar con Johann”, en referencia a Marco Rigamonti, ex técnico de Andrea Iannone, entre otros.

“Estamos preparados para apoyar a Johann desde el punto de vista técnico y también desde el punto de vista humano”, zanjó un Dall’Igna que tras verse fuera del reparto de las mejores porciones del pastel del mercado de pilotos, mira ahora de reojo a lo que tiene en su propia despensa.