Ogier ganó pese a los problemas de fiabilidad

Montecarlo (Mónaco).- Sebastien Ogier, el ganador de las últimas 6 ediciones del Rally de Montecarlo y de los últimos seis Mundiales, volvía este año al Mundial con la marca que le dio su primera oportunidad.

Ogier no salió muy bien de Citroen y decidió acompañar a Volkswagen en una aventura que le dio cuatro títulos mundiales y 31 victorias. Tras un periodo de dos años junto a Ford, donde sumó dos entorchados más, el francés volvió a la casa en la que se había criado, Citroen, y lo hizo de la mejor manera posible, ganando y dando a la marca su victoria número 100 en el WRC.

"Estoy muy orgulloso", comentó Ogier en el puerto de Mónaco nada más terminar el rally. "Es mi primera carrera con el C3 WRC y además, como he dicho muchas veces, este es mi rally favorito y, además, es la victoria número 100 de Citroen. No podíamos soñar con un mejor debut en nuestro reencuentro".

Una victoria que se jugó a la décima con Thierry Neuville y que a punto estuvo de no producirse debido a un problema en el acelerador que no le permitió pilotar con comodidad.

"La carrera no se ha ganado hasta el final", admitió con alivio un Ogier al que se le vio preocupado cada vez que terminaba un tramo. "La última etapa ha sido muy estresante debido a un pequeño problema que hacía que el coche siguiera acelerando aunque levantase del todo".

Ogier perdió mucho tiempo en el penúltimo tramo, cuando el problema se hizo más agudo, pero pudo remediarlo en la Power Stage y llevarse finalmente en rally en el que, pese a haber ganado sólo dos especiales, dominó con aparente tranquilidad desde la segunda jornada.

"Gracias a la información del equipo pudimos improvisar una reparación y pudimos pelear el último tramo con éxito", dijo el francés. "Ha sido un fin de semana muy intenso y ha habido que estar luchando en cada momento".