Zeelenberg: “Que Yamaha le dé a Quartararo una M1 de 2019 es la mejor señal”

El acuerdo entre la nueva estructura satélite y el fabricante japonés estipula que Franco Morbidelli debe disponer de la misma especificación de moto (A) que Valentino Rossi y Maverick Viñales, los dos pilotos oficiales de la compañía.

En su caso, la única diferencia radica en que las actualizaciones le pueden llegar al corredor romano dos grandes premios después de que las reciban lo oficiales.

Ese contrato también contempla que la especificación de Fabio Quartararo, novato en la categoría de las motos pesadas, sea la que recibe la nomenclatura ‘B’, y que está algunos peldaños por debajo de la otra.

En un primer momento, los ejecutivos de la escudería pensaban que el francés iba a correr con una Yamaha de 2018, en un trato similar al que dispensaba al equipo Tech 3, que fue su satélite hasta el pasado año, durante las dos décadas en las que se mantuvo la relación.

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Sin embargo, Yamaha decidió a última hora que Quartararo conduzca también una M1 de las del año en curso, circunstancia que, evidentemente, fue muy bien recibida por Wilko Zeelenberg y los suyos.

“Que Fabio vaya a disponer de una Yamaha de 2019 es una muy buena señal, e indica la buena predisposición que hay por parte de Yamaha. Es algo que ha sorprendido hasta a Petronas”, concede Zeelenberg a Motorsport.com, antes de dar algunos detalles acerca de las diferencias entre uno y otro paquetes.

“Es relativo al motor y a según qué componentes, además de las evoluciones”, añade el holandés: “Los motores de Fabio estarán un poco más limitados de revoluciones que los de los demás, pero es normal que así sea porque él está en su primer año y tiene que adaptarse a la categoría”.

Para Zeelenberg, el apoyo que está recibiendo el equipo por parte de Yamaha es fundamental para que, sobre todo en el caso de Morbidelli, sus resultados hayan sido muy buenos desde que se subió por primera vez a la M1, a finales de noviembre.

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En Cheste, el #21 finalizó el sexto en la clasificación combinada, a solo dos décimas del más veloz (Maverick Viñales). En Jerez, la semana siguiente, volvió a concluir en la sexta plaza, a solo una décima de la cabeza (Takaaki Nakagami). En la vuelta al trabajo en Sepang, Morbido finalizó el 12º, a ocho décimas del primero (Marc Márquez), ya con la moto de 2019.

“Estos resultados habrían sido imposibles sin Yamaha, que desde el primer día ha estado encima de nosotros, ayudándonos. En Valencia y Jerez había diez ingenieros de la fábrica en nuestro taller”, destaca Zeelenberg, que no duda cuando se le pregunta cuál es el objetivo de este equipo a corto plazo: “Petronas no está aquí para sobrevivir, para ir pasando años, sino que si ha entrado en el Mundial tal y cómo lo ha hecho es para ganar”.