Yamaha repite los fallos de 2016

Los pilotos del Movistar Yamaha empiezan a calcar peligrosamente el guión de 2016. Aunque Viñales ha ocupado la posición de Lorenzo en el equipo oficial, a estas alturas del año empiezan a darse varias similitudes entre una temporada y otra. Márquez ha dado la vuelta a un campeonato que empezó con muchos problemas para él y su moto, y en este momento ha sido capaz incluso de abrir margen en la clasificación con los pilotos de la fábrica de Iwata.

Lorenzo dominó la pretemporada 2016 y arrancó ganando en Qatar, como Viñales, pero al contrario que el catalán, hizo un cero en la siguiente y le tocó perseguir a Márquez, que se puso líder. Sin embargo, el mallorquín fue capaz de remontar y encabezaba el campeonato tras la sexta cita, el Gran Premio de Italia. En ese momento Yamaha había ganado cuatro de las seis primeras carreras y sobre todo había la sensación de que tenían una moto superior a la de Márquez, con constantes quejas de problemas de aceleración.

Durante el invierno de 2017 hubo uno nombre por encima del resto: Maverick Viñales. El de Roses superó a sus rivales en las pruebas de pretemporada y se presentó en Losail como máximo favorito. ‘Mack’ cumplió con todos los pronósticos y se impuso en la prueba inaugural y en la siguiente, en Argentina, acumulando 37 puntos sobre Márquez. Pese a su caída en Austin, la irregularidad inicial este año del resto de la parrilla le permitió al de Yamaha mantener ese mismo margen con el ilerdense tras la sexta carrera, Mugello.

Al igual que hace un año, la temporada del equipo Yamaha se torció en Montmeló. Allí Lorenzo fue tirado por Iannone y perdió un liderato que ya no volvió a recuperar en todo 2016. Viñales sufrió muchísimo en la última carrera en el trazado barcelonés y empezó a ver cómo Márquez iniciaba una racha triunfal. Desde entonces acumula cinco podios consecutivos, incluidos dos triunfos, y ha pasado de estar a 37 de Maverick a superarle por 24. 61 puntos recuperados.

Para colmo, los dos pilotos del Movistar Yamaha llevan un solo podio en las últimas tres carreras y se han visto superados en varias ocasiones por los pilotos del Tech 3, que llevan el modelo de 2016. Tal es la situación, que en estos momentos Dovizioso se ha posicionado como el principal rival de Marc, segundo del campeonato a 16 puntos del español.

Rossi y Viñales son conscientes del color que está cogiendo el título y tras el Gran Premio de Austria alertaban de la situación. “No entiendo cómo nos pueden ganar las Tech3. Así no se puede luchar por un mundial”, dijo Maverick, que fue batido por Zarco.

“No es inteligente pensar en ganar el título cuando terminas el séptimo”, explicaba el italiano al acabar en Spielberg. “El Mundial está muy complicado porque estamos a 33 puntos, pero también porque sufrimos en muchos circuitos”.

Evolución y test

Lo cierto es que mientras Yamaha está haciendo una temporada de más a menos como en 2016, en Honda están volviendo a recorrer el camino inverso. Los pilotos de la marca del ala dorada empezaron las dos últimas campañas con muchas dudas tras la pretemporada, pero a medida que avanzó el año fueron poniendo remedio y en este momento su moto pinta como la más equilibrada de MotoGP.

Los de Iwata, especialmente Viñales, parecían tener la mejor moto en Qatar, pero desde entonces han entrado en una espiral de cambios y nuevos chasis que han sumido en un desconcierto a los dos pilotos en el box. En Yamaha acostumbran a solucionar los problemas a base de nuevos chasis y este año están repitiendo la situación, aspecto que Viñales no está convencido de que sea la causa.

“He llevado seis o siete chasis. Probar tantos y con neumáticos distintos ha sido difícil. Hemos cambiado tantas cosas desde Barcelona que es fácil perderse. Rossi y yo hemos llevado el mismo chasis. El problema creo que es el mismo. No sé realmente dónde nos hemos perdido”, confesaba recientemente el piloto español.

El nivel de dudas es tal en el equipo que en el test de Brno probaron un nuevo carenado con el que Rossi quedó encantado, pero tanto él como Viñales lo descartaron para Austria y finalmente sí lo montaron.

En este proceso de evolución, la planificación también parece jugar a favor de Honda. Cada vez que una marca ha hecho un test en un circuito antes de la carrera ha obtenido la victoria. Ducati lo hizo en Mugello –donde luego ganó, Honda en Jerez y Brno– y también logró vencer, y Yamaha hizo lo propio en Le Mans, escenario del último triunfo de Viñales. Curiosamente estos últimos se ausentaron del ensayo previo en Catalunya, donde naufragaron estrepitosamente en carrera.

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