Trackhouse entiende que "alguna fábrica" de MotoGP tentará a Ogura para 2027

Una de las principales cualidades de Brivio es su olfato, circunstancia avalada por su trayectoria en el Mundial, en el que fue una pieza clave para entender los años dorados de Yamaha, con Valentino Rossi y con Jorge Lorenzo. Ya más adelante lideró el retorno al campeonato de Suzuki, con quien fue campeón de la mano de Joan Mir, en 2020, justo antes de cambiar de aires y fichar por el equipo Alpine de Fórmula 1, como director deportivo. La última diana que ha hecho el italiano es Ai Ogura, el actual campeón del mundo de Moto2, a quien Brivio le echó el guante en una operación que nadie en el paddock vio venir.

Cuando muchos pensaban que el candidato perfecto era Joe Roberts, el ejecutivo convenció al japonés, que ya no pasaba por su mejor momento con Honda, para que se uniera a la escudería satélite de Aprilia, junto a Raúl Fernández.

En solo una carrera, el buen ojo de Brivio quedó sobradamente ratificado: en Tailandia, Ogura cruzó la meta el quinto, como el mejor representante de Aprilia, en un debut que suscitó los piropos de todos sus rivales.

Ai Ogura con Justin Marks, propietario del Trackhouse Racing y Davide Brivio, Team Principal

Foto de: Trackhouse Racing Team

De los cinco grandes premios disputados, solo en uno (Qatar), cruzó la meta más allá del top ten, circunstancia que le deja el octavo en la tabla general de puntos, justo por delante de Marco Bezzecchi, el líder del despliegue de la marca de Noale en ausencia de Jorge Martín.

Un rendimiento que contrasta con las penurias por las que pasa Fernández, que marcha el último en la clasificación, y cuyo mejor resultado hasta la fecha fue el 12º puesto que alcanzó en Austin.

"Confiaba en que Ai lo pudiera hacer bien; por eso lo incorporamos. Pero la verdad es que nos ha sorprendido hasta a nosotros. Pensábamos que Raúl, en su cuarto año en MotoGP, sería la referencia del equipo, y por ahora no ha sido así", conviene Brivio, en conversación telefónica con Motorsport.com.

"Es un chico que escucha mucho, que aprende muy rápido y que sabe lo que quiere, no pierde el tiempo en lo que no es importante", prosigue el directivo, que se resigna a poder perder a quien, al menos por ahora, es la clara revelación de este curso. "Para 2027 está claro que alguna fábrica vendrá a por él. Pero para entonces habrá que ver qué opciones se abren", añade Brivio.

Raúl Fernández, Trackhouse Racing

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

En el caso de Ogura y Fernández, su contrato les vincula únicamente a Trackhouse, sin que Aprilia aporte nada económicamente a su salario. Los acuerdos de ambos finalizan en 2026, justo antes de que entre en escena el nuevo reglamento técnico.

En caso de que alguien quiera anticiparse y contratarle con vistas al ejercicio que viene, deberá abonar la penalización que figura en el contrato del chico de Kiyose (Tokio). Al mismo tiempo, Motorsport.com entiende que la intención de Trackhouse es que Fernández cumpla el suyo, aunque siempre y cuando haya un cambio en sus prestaciones en los próximos tres meses.

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