Torres: “En Motegi me gustaría poder enseñarle la rueda a Simeon”

El piloto de Rubí (27/8/87) volvió al Mundial cuatro años después de dejar Moto2 para sustituir al lesionado Tito Rabat en el equipo Avintia. Torres debutó en la categoría reina en Aragón, donde terminó último la carrera a 59,5 segundos del ganador.

En Tailandia, y en solo su segunda experiencia al manillar de la Ducati Desmosedici 2016 que pilota, terminó 19º, por delante de Thomas Luthi, Pol Espargaró (que reaparecía tras una lesión) y Nakagami, que se reincorporó a la carrera tras una caída. Lo más interesante es que esta vez sólo terminó a 39 segundos del ganador, Marc Márquez.

Aunque Rabat trabaja duro para tratar de reaparecer lo antes posible, parece muy difícil que los médicos que atienden su recuperación le dejen viajar a Japón dentro de dos semanas, por lo que Torres seguirá, como mínimo, una carrera más al manillar de la Ducati del equipo Avintia.

Jordi terminó contento con el trabajo en Tailandia, pero con la sensación de que lo hubiera podido haber hecho mejor. Sin embargo, terminar por delante de pilotos como Luthi o Pol Espargaró tiene mérito.

“Sí, y los dos ¡campeones del mundo!, es verdad que Pol está con una lesión y eso le tenía en desventaja”, exclamó el catalán.

“Ha sido muy intenso para mi porque tienes que controlar muchas cosas que nunca en mi vida había tenido que hacer, como el uso del combustible, cambiar mapas para llegar a final de carrera, los settings del gas para no gastar mucha gasolina. Son muchas cosas que te vienen a la mente y no te dejan la cabeza suficientemente libre como para ser más natural la conducción. Es todo más matemático, calculado, me he pasado de frío y calculador, debería ser una mezcla entre las dos cosas, que te saliera más natural, más de talento que no inventar una conducción para ser más ahorrativo o tacaño en ese aspecto”, argumentó el piloto.

Progreso evidente

De cualquier modo, el progreso entre la primera y la segunda carrera es evidente y en el equipo están contentos con la aportación del debutante.

“Espero que sí, pero son muchas cosas que aprender, la situación me atropella, me lleva para adelante, es un tren que me empuja y me lleva a trescientos por hora. Intento mantener la compostura como puedo pero no me siento del todo fluido, voy agarrotado, no controlo la posición encima de la moto, me queda la espalda muy encogida, son muchas cosas pero estoy disfrutando, el equipo me está tratando perfecto y ayudando en todo y creo que la evolución la estamos haciendo de forma correcta”, explicaba el piloto con su gracia habitual a los micrófonos de MovistarTV.

“Si que es verdad que todo va muy rápido, un fin de semana son muy pocas vueltas al circuito pero aún y así estoy disfrutando y me lo paso muy bien”.

Si no hay cambio de última hora, Torres estará en Japón dentro de dos semanas para disputar su tercera carrera.

“En la próxima carrera me gustaría estar ya luchando con Xavier Simeon, es mi compañero de equipo (aunque lleva una Ducati 2017) y es el enemigo number one y he estado muy cerca”.

“Me ha faltado poco, me he acercado un par de veces a él pero no me he atrevido a meterle la rueda, si hubiera tenido el valor a lo mejor le hubiera frenado o le hubiera creado algún shock mental para que se equivocara un poquito más. Pero no tuve el valor para hacerlo, quizá no me he sentido aún preparado, pero tenemos la siguiente carrera de Motegi, además ahora no tengo ninguna carrera de por medio (no correrá en SBK) y me llevo estas sensaciones directamente a Japón y espero poder meterle ahí la rueda. Aunque quede por detrás, ya estaré satisfecho si puedo adelantarle alguna vez. Supongo que si le adelanto sabré qué conducción tendré que hacer en esos casos. No sé, son mil cosas que me vienen a la cabeza”, zanjaba el de Rubí hablando, como en habitual en él, a dos mil por hora.

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