Quartararo desvela que pidió “ayuda psicológica”

El piloto de Niza debutó en MotoGP con solo 19 años y asombró a propios y extraños por sus inesperadas prestaciones durante la prueba inaugural de la pasada temporada, en Qatar.

Durante ese primer fin de semana con la Yamaha del equipo Petronas, Fabio Quartararo logró ser el quinto piloto más rápido en el FP2, el FP4 y en la clasificación Q2, lo que le situó en segunda fila de la parrilla de salida de su primer gran premio con los mejores pilotos del planeta.

Sin embargo, cuando todo estaba listo para arrancar la carrera bajo los focos de Losail, a Fabio se le paró la moto en la parrilla, tuvo que volver a la calle de boxes y salir desde el pitlane. El francés pudo remontar algunas posiciones, aunque al final terminó la carrera 16º, su peor resultado en todo el fin de semana.

Tras la carrera, Fabio intentó transmitir un mensaje de calma.

“Fue muy difícil tener un buen ritmo todo el fin de semana, estar entre los cinco primeros en la clasificación y finalmente tener que comenzar desde el pitlane”, contó Quartararo al final de aquella carrera.

“Es realmente frustrante, pero de todos modos en dos días lo olvidaré, me quedaré solo con lo positivo para el futuro”.

Ayuda psicológica

Un año después, lejos de aquella declaración de intenciones, el francés reconoce ahora que necesitó ayuda psicológica para superar aquel golpe.

“Mi segunda temporada será un trampolín”, explica Fabio en una entrevista publicada por la edición italiana de la revista GQ.

“Quiero usar todas mis habilidades. He encontrado el método: mantener la calma. Esta es la única manera en que el cerebro puede trabajar a pleno rendimiento”, explica el francés, que recientemente firmó un contrato de dos años para correr en Yamaha en 2021 y 2022, sustituyendo al legendario Valentino Rossi.

El de la Costa Azul recuerda su primer carrera en Qatar con la M1.

“Sin adrenalina me moriría: es mi gasolina natural. Sin embargo, cuando entra demasiada en el torrente sanguíneo, los nervios saltan y se corre el riesgo de arruinarlo todo”, reflexiona.

“De la felicidad pasé a la desesperación total: había condiciones para luchar con los mejores y no sumé ni medio punto. Fue un golpe duro e inesperado que me dejó sin sentido”, sigue en GQ recordando aquella noche del 11 de marzo de 2019.

El revés para este joven de 19 años fue de tal magnitud que tuvo que pedir ayuda.

“Fue una situación horrible, pero necesitaba entender que tenía que transformar la tensión negativa en energía positiva y encontré el valor para pedir ayuda a un psicólogo”, desvela.

“Toqué fondo, salí a la superficie a través de un trabajo introspectivo y algunos ejercicios fáciles, y los beneficios en la pista llegaron inmediatamente”, zanja el Diablo.

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