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Análisis

Por qué Yamaha tiene solo seis meses para convencer a Quartararo

La decisión de Yamaha de prescindir del motor que debía incorporar la M1 de este 2022 por falta de fiabilidad, las promesas de mejora a Fabio Quartararo y la antelación con la que se mueve el mercado dejan a la marca japonesa menos de seis meses de margen para evitar que el francés empiece a buscar una salida.

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing MotoGP

Foto de: Yamaha MotoGP

Independiente de lo que suceda en la última parada del calendario, en Valencia, donde Pecco Bagnaia lo tiene todo de cara para darle a Ducati el segundo título de pilotos de su historia, nadie en todo el paddock de MotoGP tiene ninguna duda de que Fabio Quartararo ha rendido esta temporada muy por encima de la moto que ha llevado. Eso se hace muy evidente cuando se comparan sus estadísticas con las de los otros tres pilotos que compiten sobre esa misma moto. Al margen de ser el único de ellos que ha ganado y se ha subido al podio (ocho veces), el Diablo acumula 235 puntos del total de 308 que se reparten todos los corredores de Yamaha, una proporción del 76,3%.

Al hilo de la cuestión numérica, la mayoría de oponentes tampoco se quedan cortos en elogios hacia él. "Lo que Fabio [Quartararo] ha hecho este año es increíble. Dispone de una moto con la que puede ir rápido en los entrenamientos, cuando rueda solo. Pero en carrera no le da opción a luchar", opinaba Marc Márquez, el pasado fin de semana, desde Sepang.

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Allí, el #20 interpretó una de sus mejores actuaciones del curso, al lograr subirse al podio en un circuito que maximiza la falta de potencia de su prototipo, sobre todo al medirse en corto con las Ducati y su descomunal velocidad. A la limitación técnica hay que añadirle la física, en forma de fractura en el dedo corazón de la mano izquierda, como consecuencia de la caída que el chico de Niza sufrió el sábado.

Probablemente, no hay testimonio de mayor rigor para poner en valor la proeza de Quartararo que el de Cal Crutchlow, probador de Yamaha y que desde Aragón sustituye a Andrea Dovizioso en la escudería satélite, patrocinada por WithU. El británico conoce casi mejor que nadie esa M1, sus puntos fuertes y sus carencias, y no solo por las panzadas de kilómetros que se ha dado con ella en las jornadas de test, sino también por su vuelta 'forzada' a las carreras. "Necesitamos una moto que sea capaz de plantar batalla a las otras, porque ahora solo podemos ir rápido si circulamos solos. Nos falta velocidad en recta para poder adelantar", subrayaba el de Coventry, también desde Malasia.

La figura de Crutchlow toma una importancia capital si tenemos en cuenta que él está al mando del desarrollo de la moto con la que Yamaha debe convencer a Quartararo de que hizo bien al renovar su compromiso por otros dos ejercicios, hasta 2024. Según ambas partes, esa firma se materializó después de que el constructor de los diapasones se comprometiera con su estrella a realizar el sobreesfuerzo que fuera necesario para darle las armas que necesita para pelear por el título sin tener que hacerlo en inferioridad. La prioridad, como no puede ser de otra forma, se centra en ganarle potencia al propulsor. Los responsables del fabricante nipón son conscientes de la urgencia y de la necesidad, por no decir obligación, de no repetir los errores del pasado.

En una charla mantenida con Motorsport.com en la oficina de Yamaha instalada en Sepang, Lin Jarvis, director de la marca, detalló de dónde provienen la mayor parte de los males que tantos dolores de cabeza le han provocado al actual campeón. Todo responde a un contratiempo técnico que durante el invierno llevó a los ingenieros a tomar una decisión conservadora para evitar males mayores.

"Tuvimos un problema de fiabilidad con la unidad que debíamos introducir este 2022, y que estuvimos desarrollando durante 2021. Por eso no pudimos homologarla. No tiene sentido usar un motor más potente si no es fiable", resolvía Jarvis a quien escribe estas líneas. "Evidentemente, el primer problema al que nos enfrentamos fue tener que decírselo a Fabio, como campeón del mundo. Este año ha corrido con el mismo nivel de potencia que en 2021, y eso, evidentemente, no le gustó".

Escuchando la argumentación de Jarvis se hace más fácil entender que Quartararo haya sido tan respetuoso con Yamaha en todo momento, a pesar de tener que correr en desventaja. Él ya se presentó en Qatar sabiéndolo y, además, la gran primera mitad de temporada que llevó a cabo, con tres victorias y seis podios de diez posibles, le llevaron a soñar en revalidar la corona, antes de que la reacción de Ducati, personificada en Bagnaia, le devolviera a la realidad.

"Fabio podría haber sido mucho más duro con nosotros de lo que lo ha sido, y por eso se lo agradecemos", considera Jarvis. Para corregir esa falta de pegada, la compañía se ha puesto en manos del especialista en motores Luca Marmorini, que no solo persigue eliminar esa fragilidad que impidió usar la especificación prevista para este 2022, sino también aumentar su músculo todavía un poco más.  "Hay veces que debes tocar fondo para salir reforzado, y por eso fichamos este enero al grupo de Marmorini, para intentar enderezar la mayor debilidad de la moto", esgrime el ejecutivo.

Para asegurar el tiro, Yamaha trabaja en varias líneas de desarrollo, para tratar de encontrar un motor que se acerque al máximo al ideal. Crutchlow se desplazará este viernes y sábado a Jerez, donde su principal misión en estas dos jornadas de entrenamientos será la de afinar ese propulsor, con la intención de hacerle ver a Quartararo que esa reacción que lleva pidiendo desde hace tanto tiempo se está materializando.

"Hemos pasado por cuatro evoluciones de motor. No hay una clara dirección aún. Puede que en Valencia no esté lista la versión definitiva. Necesitamos más potencia, necesitamos más velocidad punta. Pero también necesitamos otras cosas que no se consiguen en una semana", puntualizaba Crutchlow, antes de viajar hacia España.

Yamaha se enfrenta a una etapa decisiva. Desde el test del martes posterior al Gran Premio de Valencia, y hasta que el próximo campeonato empiece a rodar en Portimão, a finales de marzo, la división técnica de la escudería tiene que darle a su punta de lanza garantías suficientes como para quitarle de la cabeza la menor posibilidad de comenzar a pensar en cambiar de aires. Sobre todo, si tenemos en cuenta la velocidad con que se mueve el mercado. La mayoría de primeras espadas empiezan en 2023 un ciclo de dos años con sus respectivos equipos, pero tal y como avanzan las cosas, la planificación de la parrilla con vistas a 2025 comenzará a gestarse antes del próximo parón veraniego. Para entonces, Yamaha ya tiene que haberle demostrado a Quartararo que, efectivamente, está en condiciones de ofrecerle aquello que se merece.

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