Por qué la salida de Márquez es el menor problema de Honda MotoGP
Por más que la marcha de un piloto tan extraordinario y con el palmarés de Marc Márquez deje en Honda un vacío difícilmente reemplazable, la permanencia del seis veces campeón del mundo tampoco habría resuelto el verdadero problema que la marca japonesa se resiste a afrontar.
Con el anuncio de este pasado miércoles que confirmó la salida del español a final de esta temporada, Honda se enfrenta ahora al complicadísimo escenario de tener que encontrar un remplazo para el corredor más exitoso de su historia. Si tenemos en cuenta que pretender salir ganando con el cambio es una misión imposible, la realidad es que poco importa si quien llega es Johann Zarco, Iker Lecuona, Pedro Acosta o la mejor versión de Mick Doohan.
Si algo ha dejado claro el chico de Cervera (Lleida) antes de decidir salir de su "zona de confort", como él mismo definió hace solo unos días a su marca de toda la vida, es que del conjunto que forman la moto y el piloto, el principal problema que debe resolver HRC no es la variable humana de la ecuación. Sobre todo, esta temporada, en la que, por primera vez en tres años, ha conseguido volver a pilotar sin ninguna limitación física.
Su marcha de Honda, la mayor fuerza del Mundial, con la que ha ganado sus seis títulos de MotoGP y en la que deja a su "familia", como él considera al grupo humano liderado por Santi Hernández, es a la vez un gesto de valentía y de rendición. Dejar un imperio como el japonés para recalar en una escudería satélite, donde presumiblemente le espera una Ducati del año anterior, es indiscutiblemente una muestra de lo primero. Hacerlo movido por la frustración de verse incapaz de abrirles los ojos a los responsables del constructor japonés, también tiene algo de lo segundo.
Ni siquiera las evidentes similitudes con el mal momento que atraviesa Yamaha han tenido ningún tipo de efecto despertador. El portazo de Márquez no es más que el indicativo de la idiosincrasia que mueve a la compañía de Tokio, que ha preferido perder a una de sus caras más universales, uno de los mejores deportistas de siempre, antes que rendirse a la evidencia que se ha impuesto en un campeonato dominado últimamente por las casas europeas, y por la interpretación que hacen del reglamento.
Antes de comunicar su decisión de dejar Honda a principios de esta semana, el #93 dio margen a los ejecutivos de HRC para que le metieran mano al departamento técnico, y pusieran en práctica un plan de contrataciones de ingenieros especialistas en las áreas más relevantes (aerodinámica, electrónica, etc.), para que reconsiderara su impulso de irse. La respuesta a esa demanda fue la destitución antes del Gran Premio de India de Shinichi Kokubu, hasta entonces director técnico general, y la promoción en su lugar de Shin Sato, quien hasta ese momento se encargaba del desarrollo de la RC213V. La expresión que mejor define cómo interpretó ese cambio de cromos el grueso del equipo es: salir del fuego para caer en las brasas. O lo que es lo mismo, el sello en el pasaporte de Márquez hacia Gresini.
En contra de lo que algunos puedan pensar, el catalán no lo ha pasado mal en las últimas semanas, en las que se debatía acerca de si cumplir el último año de los cuatro que firmó en febrero de 2020, o embarcarse en una aventura de futuro incierto. Incluso entre los miembros de su entorno más cercano había discrepancias.
Mientras unos entendían que no valía la pena liarse la manta a la cabeza para tomar una vía de escape que podría limitarse a una sola temporada (2024), otros le animaron a seguir el dictado de su corazón. "En estos momentos", cuenta a Motorsport.com una persona del entorno de Márquez; "él no piensa en que vaya a pelear por el título. Su único objetivo es volver a disfrutar encima de una moto".
Independientemente del lado del garaje con el que uno hable, bien pertenezca a la estructura patrocinada por Repsol o la del LCR, la conclusión es siempre la misma. "En Honda no entienden que, o cambian de actitud y se dejan ayudar, o no hay nada que hacer", responde a quien escribe estas líneas un miembro de la formación de Lucio Cecchinello, que ahora teme que el intrusismo de los jefes les deje sin Zarco.
"Lo que ha pasado no es más que otro ejemplo más, aún más grave, de lo que ocurrió con Alex Rins", cuenta una voz autorizada de HRC, que, obviamente, prefiere no dar su nombre. "Si Alex no se hubiera sentido maltratado, probablemente ahora sería el mejor sustituto posible de Marc", añade esta fuente, convencida de que la única forma de salir de esta dinámica en la que anda metida el fabricante más poderoso del paddock pasa por un cambio de mentalidad que difícil nacerá de su interior.
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