Pol Espargaró: “La Honda necesita varios cambios; no solo un chasis nuevo”

Montmeló.- El español llegó este invierno al taller de HRC con la intención de seguir creciendo, después de una etapa de cuatro años en KTM, en la que abanderó la tremenda progresión de la compañía de las motos naranjas en su desembarco en MotoGP. 

Sin embargo, Espargaró no ha encontrado a Honda en su mejor momento, consternada como ha estado la marca del ala dorada por la baja de Marc Márquez, y sin una referencia clara que marcara el desarrollo de un prototipo que ha perdido pie respecto de los de la competencia.

A esa falta de liderazgo hay que añadirle una serie de circunstancias que todavía han complicado un poco más la adaptación de Espargaró. Con una pretemporada limitada a un solo circuito (Qatar), el menor de los hermanos de Granollers (Barcelona) también ha tenido que hacerse a una metodología de trabajo completamente distinta a la que imperaba en KTM. Las necesidades del fabricante de Mattighofen, con mucho más margen de mejora que los nipones, aconsejaban una política mucho más coral entre los distintos pilotos (cuatro) disponibles.

En Honda, el constructor más poderoso del Mundial, la filosofía es distinta, y es el corredor más rápido el que marca la línea a seguir. La comunicación, además, tampoco brilla por su abundancia en ninguno de los constructores japoneses y especialmente en el caso del de Tokio, que trabaja más bien en silencio. 

Independientemente del porcentaje de responsabilidad que le corresponde asumir a él en carreras puntuales, ese cúmulo de factores ayudan a explicar que Polyccio se encuentre en la 12ª posición de la tabla general, que sea el tercer de los cuatro integrantes de Honda que compiten y que, con 41 puntos, tenga 32 menos que a estas mismas alturas de la temporada pasada (tenía 73). En 2020 ya acumulaba dos podios, mientras que su mejor resultado en las nueve citas transcurridas es la octava plaza que logró en Qatar, su estreno en HRC, y en Le Mans. 

El diagnóstico de todos los pilotos de Honda coincide en señalar la falta de tracción trasera como el principal hándicap de la RC213V, una carencia que, según el catalán, precisa de un esfuerzo considerable por parte de la división técnica de la marca. Será en Austria, a principios de agosto, cuando se compruebe si esa reacción, traducida en nuevas piezas, surte el efecto esperado. 

“La confidencialidad y los japoneses van mucho de la mano, pero evidentemente hay un parón de cinco semanas, nunca se había parado tanto y eso significa que en Japón se está trabajando mucho y que tendremos piezas. ¿Qué piezas? ¿Cómo las tendremos? ¿Cuándo? Eso no lo sabemos”, declaraba Espargaró a Motorsport.com este martes, tras terminar el test que realizó en Montmeló con su nueva CBR. 

Para el #44, la clave para comenzar a recuperar el terreno perdido no solo pasa por un chasis nuevo, que ya se puso a prueba durante el último gran premio (Assen), sino por una acción combinada que ataque distintos puntos de la moto. 

“Esperamos muchas cosas nuevas, no solo un chasis. Creo que la moto necesita bastantes cambios para hacerla funcionar y adaptarnos al neumático trasero. Quizás no sea tan sencillo como simplemente montar un chasis que funcione”, advirtió el campeón del mundo de Moto2 (2013).