Márquez: "En la dirección que vamos, el piloto dejará de marcar la diferencia"

La igualdad mecánica de los prototipos de MotoGP ha llevado, en los últimos años, a los fabricantes implicados en el campeonato a explorar otros caminos para buscar esa última décima que marque la diferencia, centrándose básicamente en la aerodinámica y los dispositivos de regulación de altura de la moto, técnicas en las que Ducati ha abierto un una puerta por la que han entrado el resto de constructores.

Para poder mantener las motos en el suelo y que no salgan volando debido a su descomunal potencia, las alas, los flujos del aire y la regulación de altura juegan un papel determinante, pero los daños colaterales se traducen en que, cada vez más, el ‘aire sucio’ que desprenden los prototipos y las turbulencias que crean hacen imposible a la moto que va detrás adelantar.

En el Gran Premio de Francia, Marc Márquez hizo una adelantamiento en la primera vuelta, una acción en la que, de una tacada, fulminó a Fabio Quartararo y Takaaki Nakagami, el francés le volvió a pasar y el de Honda ya no pudo recuperar ninguna posición hasta el final, dejando pasar las vueltas hasta cruzar la meta.

Este jueves, en Mugello, donde se disputa el Gran Premio de Italia, Márquez fue requerido a dar su opinión y una fórmula para solucionarlo.

"Es imposible llegar a una solución que satisfaga a todo el mundo, cada cual quiere mantener los puntos en los que es más fuerte", dijo el de Honda.

"El que tiene una moto que corre no quiere que se toque el motor, y el que tiene una aerodinámica que funciona, no quiere que se cambie nada en ese aspecto", añadió.

Márquez no cree que los pilotos deban ser los que aporten las soluciones a esta situación.

"No es nuestro trabajo, además cada uno tiene sus propias ideas. Le toca al Mundial y a los fabricantes entender en qué dirección queremos ir: si queremos motos que cada vez tengan más rendimiento o si queremos aportar por el show", la opción que permitiría más adelantamientos y luchas cuerpo a cuerpo.

"Estamos de acuerdo en que, hoy en día, hace falta un mínimo de aerodinámica con las velocidades tan altas que se están alcanzando, igual que el control de tracción. Pero tenemos que entender que debe haber unas reglas claras y unos límites".

El corredor catalán cree que hay que buscar un compromiso entre la evolución técnica y el espectáculo que espera el aficionado que ve las carreras desde su casa.

"Si seguimos por este camino las motos cada vez serán más rápidas, pero la gente, desde su casa, no se dará cuenta si vamos un segundo y medio o dos más deprisa. Personalmente prefiero ver un espectáculo como el que vimos en Estoril con las SBK", dijo en referencia a la carrera del pasado fin de semana.

"Es necesario llegar a un equilibrio, aún sabiendo lo difícil que puede ser. Para mí habría que sacrificar el ‘holeshot’ trasero (el dispositivo de regulación de altura introducido por Ducati y que todas las marcas han ido incorporando), pero no soy yo quien puede tomar esa decisión".

A diferencia de la Fórmula 1, donde el coche marca claramente la diferencia, en MotoGP siempre se ha creído que el corredor era un factor más determinante.

"Personalmente creo que el piloto tiene que marcar la diferencia siempre, pero en la dirección que vamos nos arriesgamos a que muy pronto la realidad sea otra bien distinta. A mi me gustan las carreras en grupo, con muchos adelantamientos", dijo.

"Quizá es mejor ir un poco más ‘despacio’, pero que se vean más adelantamientos", zanjó el chico de Cervera.