Márquez: “La línea de meta en Montmeló está más cerca que la de Mugello”

La permanente sonrisa de Marc Márquez hace que el chico se empeñe en tratar de ver el vaso medio lleno la mayor parte del tiempo, por más que a veces le resulte difícil. Cualquiera todavía estaría maldiciendo el final del último gran premio, en Mugello, donde Jorge Lorenzo le arrebató la victoria diez a metros de la línea de meta, aprovechando la flojera de la actual Honda y sacando tajada del rebufo.

"Motivación siempre hay, pero después de lo que pasó en Mugello todavía más"

Márquez, por el contrario, prefiere pensar que estuvo a punto de llevarse 25 puntos en un escenario en el que, teóricamente, debía sufrir y mucho para conseguir subir al podio. Con esta mentalidad llegará el catalán este fin de semana a Montmeló, donde correrá ante su gente -su club de fans abarrotará una grada en la que ya no cabe un alfiler-.

“Motivación siempre hay, pero después de lo que pasó en Mugello todavía más. No por perder el triunfo en la línea de meta, sino porque pude estar allí, con Jorge, en un circuito en el que siempre ha ido muy rápido y donde ha ganado con grandes diferencias. Estuvimos más cerca de lo que esperábamos y eso me da fuerza”, comenta el español.

A estas alturas de 2015, Márquez figuraba el quinto en la general, 49 puntos por debajo del líder

Las carencias de la moto que pilota, especialmente en aceleración, le han llevado -a él y a Pedrosa- a tratar de recuperar el terreno perdido en las frenadas. Y eso encierra un riesgo evidente. Pero tras el mal trago del año pasado, la estrategia del piloto de Cervera ha cambiado.

A estas alturas de 2015, Márquez figuraba el quinto en la tabla de puntos, 49 por debajo del líder (Rossi), y con 69 en su casillero. Esta vez se encuentra el segundo, con 10 puntos menos que Lorenzo y tras haber acumulado 105, esto es, 36 más que entonces.

"El test del lunes es vital para nosotros con vistas a encarar las siguientes carreras"

El bicampeón del mundo es muy consciente de que los errores se pagan más caros que nunca, y por eso ha tenido que aprender a conformarse más de lo que a él le gustaría. “El año pasado salí demasiado agresivo y duré dos vueltas. No podemos tirar por tierra todo el trabajo por correr en casa y querer hacer más de lo que podemos”, razona el #93.

Para él, casi tan importante como la carrera del domingo será el entrenamiento del lunes, en el que Honda espera encontrar la tecla con la que equilibrar su prototipo actual. “El test del lunes es vital para nosotros con vistas a encarar las siguientes carreras, porque luego, hasta Brno no hay otro”, zanja Márquez.