Márquez: "Honda ha mejorado los puntos débiles, pero ha empeorado los fuertes"

En Sachsenring todo el mundo esperaba que Márquez dominase de cabo a rabo el Gran Premio. Pese a que finalmente se llevó pole y victoria, conseguir ese botín fue más complicado que en los años anteriores. El catalán se había impuesto en las ocho ediciones precedentes partiendo en todas ellas desde la primera posición de parrilla y siendo protagonista desde los libres, pero en esta ocasión no fue hasta que se puso en juego la pole cuando vimos el #93 en lo alto de la clasificación.

Ducati, Suzuki e incluso Yamaha se mostraron más competitivos que de costumbre en este escenario y fueron Iannone –en dos ocasiones–, Lorenzo y Dovizioso quienes se llevaron los entrenamientos libres. De hecho, incluso en la clasificación el de Cervera estuvo contra las cuerdas y solo con una última vuelta perfecta con el reloj a cero fue capaz de marcar el mejor tiempo, cuando estaba a punto de dejarlo.

El vigente campeón explicó el sábado cómo sería la carrera y el domingo cumplió el guión a rajatabla. Lorenzo tiró en el primer tercio, Márquez pasó al ataque en el segundo y el último tramo fue un sálvese quién pueda. Ahí aparecieron las Yamaha, que pese a que este circuito se les había atravesado en los últimos años, escoltaron en el podio al español.

Tras conseguir la victoria, Márquez reconoció que aunque esperaba conseguirla con más margen, el año pasado se la tuvo que trabajar más frente a Folger. Y es que a lo largo del fin de semana el piloto ya advirtió que la moto de este año se comporta diferente a la de 2017.

"Con la moto del año pasado teníamos puntos muy fuertes y puntos muy débiles", explicó Márquez. Con la de este año, los puntos fuertes son un poco menos fuertes y los débiles son mucho mejores. Por eso desde el viernes nos costó un pco más que otros años".

El ilerdense justificaba así el hecho de que la siguiente Honda en la clasificación fuese la de Pedrosa –quien cuenta con seis victorias en este trazado–, octavo a más de 12 segundos.

"Si te fijas en el resto de Honda, les ha costado. Dani siempre es muy rápido aquí. Parece que nos falta en alguna zona. Tenemos una moto muy constante. Nakagami con la antigua estuvo yendo muy rápido. Quizás hemos perdido algo de rendimiento".

Sin embargo, este hecho no le preocupa al piloto de 25 años, quien cree que este cambio les ha beneficiado en pistas donde anteriormente les costaba más. 

"Hay que entender que el campeonato son 19 carreras. En otros circuitos como Le Mans o Assen en el pasado nos costó muchísimo y este éramos muy rápidos. Así que hemos encontrado un equilibrio".

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