Las notas del Gran Premio de Japón

Motegi, el circuito propiedad de Honda, fue el marco ideal para la proclamación de Marc Márquez como campeón del mundo de MotoGP. El español necesitaba de una auténtica carambola para cerrar en Japón la lucha por el título, pero se dio.

Superlativo

Marc Márquez necesitaba de una secuencia de circunstancias en Japón, para aprovechar su primera oportunidad de ser campeón del mundo, tan complicadas que ni él mismo soñaba con que se dieran. Tenía que ganar y que Rossi acabara en la posición 14 o peor, y Lorenzo fuera del podio. Podemos pensar que Marc tuvo la suerte de cara y que los astros se alinearon en su beneficio. Nunca antes, en siete años compartiendo box en Yamaha, Rossi y Lorenzo se habían caído en una misma carrera. Sí, pudo haber fortuna. Pero la primera y más importante de las condiciones que necesitaba Márquez para ganar su tercer mundial en Motegi era que tenía que ganar. Y tenía que hacerlo en un circuito donde nunca, jamás, había ganado. Y Marc preparó el gran premio desde el mismo jueves por la tarde como si le fuera la vida en ello, focalizado sólo en ganar. El sabía que era difícil, casi imposible, que se dieran las otras dos condiciones del trato (los errores de Rossi y Lorenzo), pero no quería que, si por un casual, éstos llegaban, fallar él. La actuación de Marc fue antológica y superlativa, y fue su empuje, sus ganas, y el ritmo que impuso a la carrera lo que llevó a Rossi y Lorenzo a caerse por tener que ir por encima del límite. Título merecidísimo, ha sido el mejor.

Suben

Suzuki logró, como equipo, el mejor resultado de la temporada y el mejor desde que volvió al mundial. Y seguramente en muchos años. El equipo de Hamamatsu acabó con sus pilotos colocados tercero y cuarto, y esto no es fruto de la casualidad. En el equipo azul están trabajando con una seriedad y consistencia realmente a tener en cuenta, la evolución del pasado año a este y a lo largo de la presente temporada están siendo linealmente positiva. Lástica que el equipo vaya a perder a una de sus piezas más ilusionantes, Viñales, pero hay interés y expectación ya para ver de que son capaces el próximo año en su tercera temporada en MotoGP tras su retorno a la elite.

Andrea Dovizioso volvió al podio cinco carreras después, ya que no lo lograba desde Austria, cuando Ducati logró su mejor resultado de la temporada con el 1-2 de Iannone y Dovi. Para el de Forli es el cuarto podio de la temporada y tecera vez que acaba segundo. El del este domingo fue, sin duda, el premio a la tenacidad. Tras una mala salida fue cogiendo ritmo poco a poco hasta rodar tan o más rápido que los de delante y llegar hasta Lorenzo. El mallorquín, entre que tenía que ir al límite para intentar que Márquez no se le escapara definidamente, y debía mirar por los ‘retrovisores’ el ataque del de Ducati, acabó por los suelos. Lo que no quita merito al segundo puesto de Dovizioso.

Maverick Viñales estaba para ganar la carrera. Lástima que al principio se descolgó y perdió muchas posiciones y distancia con la cabeza. Necesito un buen montón de vueltas para poder llegar hasta el grupo de cabeza, y cometió un ligero error al tratar de adelantar a Aleix Espargaró, lo que le condenó definitivamente a no poder ir más allá de un tercer puesto. Pero por ritmo y pilotaje estaba, sin duda, para pelear por el triunfo con Márquez. Al final tuvo que conformarse con el tercer puesto y su cara de enfado en el podio no podía ser más reveladora, sabía que estaba para ganar y acabó tercero.

Aleix Espargaró cuajó una de sus mejores actuaciones de la temporada y logró su mejor resultado del año, un cuarto puesto. Al de Suzuki se le resiste el podio, aunque no se le puede echar en cara que no lo intente, que no trabaje y que no luche, ya que da la vida en cada salida a pista. Esta vez, sin embargo, parecía que las circunstancias le iban a ser propicias, rodó en el grupo de cabeza toda la carrera y mostró un ritmo excelente. Pero al final su propio compañero de equipo canibalizó sus opciones de podio. Aleix tampoco estaba contento al final de la carrera, pese a obtener el mejor resultado del año.

Alvaro Bautista y Aprilia, definitivamente, han dado un paso adelante importante en esta segunda parte de la temporada. El español ya no se baja del top 10 y este domingo alcanzó una más que brillante séptima posición. En la casa italiana van despacio, pero parece que van llegando y haciendo bien su trabajo.

Héctor Barberá sufrió una caída en Motegi y terminó muy retrasado, uno de sus peores resultados del año. Pero seguro que el valenciano no olvidará jamás este gran premio, en el que debutó, sin esperarlo siquiera, en el equipo oficial de fábrica de Ducati, con el que va a seguir una semana más y correrá también en  Australia, señal inequívoca de que lo hizo bien y en ese box están contentos con él. Hay que ser un valiente para subirse, de la noche a la mañana, en una moto que desconoces prácticamente, pero ‘Barbi’ aceptó el reto y dio muestras de su madurez. Está en su mejor momento como piloto.

Bajan

Valentino Rossi dio un golpe de efecto inesperado el sábado en la clasificación del Gran Premio de Japón. El italiano se sacó una vuelta perfecta de la chistera para llevarse una pole que tenía nombre y apellidos. La jugada a Valentino le había salido perfecta, arrebatando a Marc la primera posición de la parrilla, pero sobre todo metiéndole las dudas en el cuerpo. Sin embargo el italiano no pudo refrendar en carrera sus aspiraciones de parar la marcha desbocada del de Honda hacia el título, y cuando quiso correr por encima de los límites para que Marc no se le escapara se fue al suelo. Sin aviso, sin esperárselo. Cuarto cero de la temporada y tercera caída en carrera, demasiado para un piloto de su calibre. Valentino no imagino un final tan poco lucido para sus opciones al título. Un supercampeón siempre quiere dar su brazo a torcer en la pista, compitiendo, peleando. Pero una prematura caída le obligo a ver desde el box como su gran rival alcanzaba ya su quinta corona mundial. Está ya a sólo cuatro, y tiene 23 años.

Jorge Lorenzo sumó el cuarto cero de la temporada. Cuando lo tenía todo en sus manos para acabar segundo, o a lo sumo tercero, y alargar una semana más la consecución del título de Márquez, falló. Y falló cuando rodaba ya como segundo clasificado del mundial tras la caída de Rossi, asegurándose un final de temporada propicio para terminar venciendo en esa especie de duelo “por el honor”, como dijo Rossi, en que se ha convertido la lucha entre los dos pilotos de Yamaha por el subcampeonato, una vice-corona que en Japón quedó totalmente descafeinada con las dos Yamaha rodando por los suelos. Nueve carrera lleva ya Lorenzo sin ganar, una de sus peores rachas.

Yamaha acumula ya ocho grandes premios sin ganar una carrera, más de la mitad de la temporada disputada. La M1, que partía en Qatar como la moto imbatible, el misil con el que Lorenzo y Rossi, triunfantes en cinco de las primeras siete carreras, iban a luchar por el mundial y para reeditar la triple corona de 2015, se ha quedado en nada, en una sombra. Desde el test de Barcelona celebrado el lunes y martes posteriores al GP de Catalunya, la M1 ha ‘desaparecido’, ha dejado de ser competitiva y, sobre todo, ha dejado de ganar.“Esto es deporte y negocios, no es caridad”, dijo Lin Jarvis, el directo de Yamaha el Japón cuando le preguntaron por la negativa a que Lorenzo pruebe la Ducati en los test privados de Jerez a finales de noviembre. Pero lo cierto es que Yamaha está viviendo de la limosna que le ha dejado Honda esta temporada, la moto ganadora de seis de las últimas ocho carreras disputadas y que apunta este año a la triple corona. De momento, el título de pilotos ya está en el saco.