Infelices vacaciones

Nadie ha recibido el receso de verano -boreal- con tantas ganas como el equipo Yamaha. La escudería que cuenta con la mejor moto del Mundial, ganadora en cinco de las primeras siete carreras, anotó puntos con un solo piloto en tres de las últimas cuatro competencias. En Alemania, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo sólo acopiaron nueve puntos para la causa.

No resulta un dato casual que en las dos carreras anteriores al descanso de mitad de año haya habido condiciones meteorológicas cambiantes, lluvia incluida. En Sachsenring fueron usados los neumáticos intermedios, opción incorporada este año al menú y con el regreso de Michelin. Ese tipo de gomas había sido pedido por los pilotos luego del Gran Premio de San Marino 2015, carrera que comenzó en seco, padeció luego un aguacero y la pista volvió a secarse más tarde. Eso impulsó a la mayoría a realizar dos cambios de moto aunque el valiente Bradley Smith se animó a continuar sin cambiar jamás de máquina, capeó el temporal con gomas lisas y cuando se secó terminó detrás del ganador Marc Márquez.

La conveniencia de contar con neumáticos intermedios, algo que se negaba a proveer Bridgestone, fue avalada por los manejadores del Mundial, que vieron en esa herramienta la solución para animar la salida a pista en sesiones de prácticas con piso húmedo, a menudo muy escasas de participantes que preferían dejar pasar el tiempo hasta que el pavimento se secara en tanto televidentes y espectadores no veían motos girando.

Más allá del escaso aporte de puntos de Rossi y Lorenzo en las últimas fechas, las causas son diferentes y no necesariamente marcan un declive de Yamaha ni un ostensible crecimiento en el rendimiento de Honda. Valentino se fue sin unidades de Assen y acumuló sólo ocho en Alemania; Lorenzo, apenas siete en las dos carreras. Una decena de pilotos sumó más que ellos en la combinación de esas dos competencias: Márquez, uno de ellos, colectó 45. Mientras que la casa de Iwata cosechó apenas 21 en esas fechas (los 13 de Assen fueron gracias a Pol Espargaró), la marca del Ala logró un pleno de 50 y ahora está a sólo uno de Yamaha en el certamen de constructores. En el torneo de equipos, la escuadra oficial de Honda acumuló 44 puntos más que su rival y con ellos pasó al frente.

Cumplida la mitad del recorrido 2016, la irregularidad de los pilotos de Yamaha deja evidencias en el campeonato. Aunque se trata de la marca y escudería más ganadoras, en cinco de las nueve fechas sólo sumó puntos con una M1. Luego del corto ciclo Jerez de la Frontera-Le Mans, ganado por Rossi -España- y Lorenzo -Francia- con su compañero como escolta, no anotaron juntos hasta la magra cosecha en Alemania. Valentino quedó exculpado en Mugello: se rompió el motor. Y pudo resarcirse con el triunfo en Cataluña, la siguiente carrera. Luego de su extraordinaria victoria en Italia, Lorenzo fue atropellado por Andrea Iannone en Montmeló al tiempo que la Yamaha perdía rendimiento. Luego llegaron las olvidables presentaciones en Assen y Sachsenring.

Más allá de lo que muestran las planillas de resultados, la marca de los tres diapasones podría haber ganado las dos últimas competencias. Rossi era el líder en La Catedral cuando se fue al piso por viajar excesivamente confiado en la segunda parte del Gran Premio, luego de haber montado una goma trasera blanda para lluvia, distinta a la usada en el tramo inicial, que proveía mayor adherencia y podía guíar a desequilibrios en el frente: Vale, se recuerda, perdió la rueda delantera en la curva 10. En Sachsenring, el italiano rindió con suficiencia bajo el agua y fue capaz de girar rápido también sobre seco: su debacle sucedió cuando la pista cambiaba de un estado a otro y no tuvo confianza en la moto calzada con intermedios. Márquez sacó ventaja con cada movida en Sajonia.

Lorenzo atravesó otros avatares y jamás estuvo en condiciones de subir al podio en Assen o Sachsenring. Simplemente, penó. No encontró confianza alguna en el neumático delantero y, al borde de la caída y fuera de la franja de puntos, estuvo a punto de abandonar en Holanda hasta que el Gran Premio fue detenido con bandera roja. Al mallorquín lo salvó haber montado la trasera blanda para la segunda parte, en la que terminó 10°. Su deambular en Alemania incluyó tantas caídas en el fin de semana como en toda la temporada 2015. Como en Assen, el pavimento frío (no pasó de los 24 grados en Sachsenring) y una errónea planificación de carrera para cambiar a la moto equipada con gomas intermedias hipotecaron cualquier chance del campeón. Lorenzo, que parecía imbatible no bien fueron estrenados los Michelin, sufre con ellos cuando hace frío o llueve. Parte de su entorno más cercano, además, cuestiona su actual contracción al trabajo y la distancia laboral que ha puesto con su padre, con quien se entrenaba hasta el año pasado.

El abarcativo menú provisto por Michelin acaso ha terminado por confundir a algunos pilotos y equipos. Por caso, en Alemania había cuatro tipos de caucho sólo para lluvia: duro, blando, extra blando e intermedio. El dúo de Yamaha quedó encerrado en el intríngulis en las últimas dos carreras, al cabo dos golpes asestados por Honda -con Jack Miller en Assen y Márquez en Sachsenring-, perfectamente aprovechados por el bicampeón 2013/2014 para sacar casi dos fechas de ventaja en el Mundial. Nadie disfruta tanto como Márquez de este verano europeo.