Las mejores historias de 2018, 2: Lorenzo ficha por Repsol Honda
El 6 de junio de 2018 el Repsol Honda de MotoGP anunciaba el fichaje de Jorge Lorenzo, que junto a Marc Márquez formarán un verdadero equipo de ensueño en 2019 y 2020.
Ganador, Jorge Lorenzo, Ducati Team
Gold and Goose / Motorsport Images
Un día antes, el 5 de junio, Motorsport.com adelantó la que iba a convertirse, sin duda, en la gran noticia del año: Honda, que no había renovado a Dani Pedrosa después de 13 temporadas en el equipo, se hacía con el fichaje de Jorge Lorenzo.
El mallorquín, que en 2016 había abandonado Yamaha para enrolarse en Ducati, llevaba un año y medio en el equipo italiano sin haber logrado ni una sola victoria. El máximo responsable de Borgo Panigale había tomado la decisión de no renovarle y fichar en su lugar a Danilo Petrucci, que firmó el contrato por un año (2019) la noche del sábado 2 de junio en Mugello, en pleno Gran Premio de Italia.
La jugada, vista venir por Lorenzo desde hacía semanas, había puesto en marcha al piloto español en busca de una salida a su situación, critica en ese momento, ya que la posibilidad de quedarse sin moto y tener que retirarse era real hasta el punto de que le estaba deprimiendo, como él mismo ha reconocido.
Con las puertas de Yamaha y Ducati cerradas, y con Suzuki interesada pero no convencida de ser capaz de ficharle, a Lorenzo sólo le quedaba una salida, una posibilidad que era impensable.
Pero Lorenzo es el ‘santo de los imposibles’ y con una llamada de teléfono convenció a Alberto Puig, responsable deportivo de HRC, de que él era su hombre. Puig, tras hablar con el piloto, hizo unas llamadas, entre ellas una a Honda y otra a Márquez. La fábrica y el pentacampeón dieron el OK y se alcanzó el acuerdo entre los grandes premios de Le Mans e Italia.
"Voy a correr dos años más en MotoGP"
A Mugello, Lorenzo llegó eufórico y relajado como nunca, ese mismo jueves (31 de mayo) firmó su nuevo contrato con Honda sólo llegar al circuito, y en rueda de prensa –celebrada esa misma tarde- se le vio más tranquilo que nunca, mucho para alguien que, sobre el papel, estaba sin moto y a un paso de la ‘jubilación’ obligatoria.
“A día de hoy, lo que puedo decir es que voy a correr dos años más en MotoGP con una moto muy competitiva”, soltó Lorenzo en la rueda de prensa que dio en el hospitality de Phillip Morris instalado en el paddock de Mugello, dejando a la concurrencia con los ojos como platos y la boca abierta.
Fue el mismo día en que dejó una sentencia para la historia:
“No entraré a valorar las declaraciones de Domenicali. Solo le diré que no soy un gran piloto, soy un campeón”, respondiendo al jefe de Ducati, que había dicho: “Lorenzo es un gran piloto que no ha sabido encontrar la forma de extraer lo mejor de nuestra moto”.
Lorenzo jugaba con las cartas marcadas, tenía un comodín en la mano y la expectación subía de forma inusitada, sin que nadie, sólo él, Puig, Honda, Márquez y muy pocos más, supieran que ya había firmado por Honda, en uno de los secretos mejor guardados del paddock.
Ese domingo, liberado de su agobio y depresión tras confirmar que iba a ser, durante dos años, miembro del mejor equipo de la historia de MotoGP, Lorenzo salió al circuito de Mugello y logró su primera victoria al manillar de la Ducati.
Fue la victoria de la liberación, el triunfo de la demostración de su calidad y talento, la respuesta que solo pueden dar los grandes campeones.
Tres días después, el 6 de junio de 2018, Honda anunciaba el fichaje del mallorquín para juntarlo con Marc Márquez y crear el que ya se conoce como el Dream Team de MotoGP.
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