Las mejores historias de 2018, 11: MotoGP cancela las carreras en Silverstone

El pasado invierno la compañía Aggregate Industries se encargaba de reasfaltar el Circuito de Silverstone. El propio Cal Crutchlow acudió en mayo a la pista británica a comprobar el estado y sus sensaciones fueron muy positivas tras rodar con una moto de calle, augurando una mejora de más de un segundo por vuelta gracias al nuevo asfalto.

Sin embargo, en apenas dos meses algo se torció. La F1 acudía en julio a disputar su Gran Premio y los pilotos del Gran Circo alertaban de lo que se encontrarían los corredores de MotoGP, pero nada comparado con lo que se organizó a partir de que empezaron a rodar las motos ya en agosto. Al acabar jornada del viernes –que se disputó sobre seco– la parrilla de MotoGP era un clamor por la cantidad de baches. Algunos como Petrucci ni siquiera se creían que hubieran reasfaltado, mientras otros como Márquez invitaban a la reflexión por el trabajo hecho.

"No sé quién lo ha reasfaltado. No sé si ha cobrado, pero se lo tendría que hacer mirar porque hay muchos baches. Para todos es lo mismo y hay que saber gestionarlo. Pero ya que ponen un asfalto nuevo, nos esperábamos disfrutar más", afirmaba el #93.

Si el Gran Premio de Gran Bretaña ya pintaba mal el viernes en seco, peor se puso la situación el sábado en mojado. La lluvia hizo acto de presencia, aunque no fue en cantidades desorbitadas y menos si tenemos en cuenta el clima británico. La sorpresa de todos fue que el asfalto no drenaba, poniendo aún más de manifiesto el mal estado con los baches anegados. 

En el último entrenamiento libre se rozó la tragedia. Rabat se caía al pillar uno de los charcos entre las curvas 7 y 8 y al incorporarse fue arrollado violentamente por la moto de Morbidelli, que se cayó en el mismo punto, produciéndole una triple fractura en su pierna derecha que le obligó a perderse lo que restaba de temporada. El propio Rins también se tuvo que tirar de la moto a más de 170 km/h al no poder frenar por culpa del aquaplaning.

La lluvia paró y clasificación se disputó con la normalidad que permitía esas circunstancias. Jorge Lorenzo se anotaba la pole, pero tras la misma los pilotos ya advertían que en mojado no se podría correr. 

El domingo el pronóstico meteorológico anunciaba lluvia, por lo que se decidió adelantar la carrera de MotoGP para ganar margen. De poco sirvió. Los warm up sí se pudieron disputar, pero al acabar la lluvia empezó a caer con fuerzas y comenzó el caos. Los pilotos llegaron a realizar la vuelta de formación, pero después de que el coche de seguridad hiciera una última comprobación, Dirección de Carrera decidió posponer el inicio hasta nueva orden. Tras repetidas inspecciones y varias reuniones de todas las partes implicadas, el anuncio de la cancelación definitiva llegó a las cuatro de la tarde, después de la enésima reunión extraordinaria con los pilotos de la clase reina. De nada sirvieron los distintos intentos que se llevaron a cabo para intentar que la prueba se celebrara.

En un primer momento se puso encima de la mesa la posibilidad de posponer la acción hasta el lunes, como ya ocurrió en en el Gran Premio de Qatar de 2009, pero distintos impedimentos logísticos hicieron que esa alternativa se descartara. Así, por primera vez en casi 40 años un evento tenía que suspenderse en su totalidad. La última vez había sido en el Gran Premio de Austria de 1980 por culpa de la nevada caída sobre Salzburgring.

Lo ocurrido en Silverstone hizo reaccionar a Dorna. El consejero delegado de la empresa organizadora del campeonato, Carmelo Ezpeleta, anunció cambios en el reglamento para evitar que no se disputen las carreras trasladándolas al lunes o el martes, así como la creación de una comisión que supervise los reasfaltados.  

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