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Artículo especial

'El menos pensado'

Nuestro columnista argentino, Martín Urruty, nos habla de ese joven veterano, Valentino Rossi, que está sorprendiendo de nuevo al mundo volviendo a liderar el mundial de MotoGP.

Podium: segundo, Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing

Podium: segundo, Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing

Gold and Goose / Motorsport Images

Buenos Aires.- Había que hurgar profundo, poner a prueba el fanatismo irreductible para encontrar hinchas de Valentino Rossi que un mes atrás se animaran a pronosticar que el italiano sería líder del campeonato de MotoGP tras las tres primeras carreras de 2017. El propio Rossi no cobijaba tamaña ambición. Los indicios en contra de Il Dottore eran contundentes: había quedado a 734 milésimas del mejor tiempo en los ensayos de postemporada 2016, en Valencia; ya este año terminó a 221 tras tres días de entrenamientos en Sepang, quedó a casi un segundo -921 milésimas- al cabo de las tres jornadas en Phillip Island y a 402 de la mejor marca en los tres días finales de pretemporada en Qatar. El más rápido siempre había resultado ser Maverick Viñales, su flamante compañero de equipo en Yamaha.

Después de 17 meses, 531 días y 22 carreras, Rossi es otra vez líder del Mundial. Lo había sido desde el principio y casi hasta el final de la temporada 2015, cuando perdió el título por cinco puntos y a manos de Jorge Lorenzo, su compañero de entonces, en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana que cerró ese ejercicio. Aquella fue la carrera en la que Vale partió último debido a la sanción por su encontronazo con Marc Márquez en Malasia y escaló hasta el cuarto lugar, insuficiente ante el triunfo de Lorenzo escoltado por las Honda de Marc Márquez y Dani Pedrosa. Si en aquellos turbulentos días posteriores a la cita en Cheste, cuando incluso se especulaba con el prematuro retiro del heptacampeón de la categoría reina, era difícil imaginar que Rossi contara con otra chance de pelear por su décima corona, los resultados de la pretemporada 2017 lo quitaron de todo pronóstico.

Como los viejos pilotos de combate que podían volar por debajo del alcance del radar para atacar por sorpresa sin ser descubiertos, Valentino, de 38 años, inició su 22ª temporada mundialista, 18ª en la elite, con tres podios consecutivos -tercero en Qatar, segundo en Argentina y Austin-, algo que ninguno de sus colegas pudo remediar y aunque aún no ha triunfado, eso le permite ostentar seis puntos de ventaja sobre Viñales y 18 frente al campeón Márquez, los dos vencedores en 2017.

Rossi nunca ha sido el más rápido en lo que va del año, pero su efectividad no permite discusión. Quedó a 1s098 de Viñales en los ensayos de Qatar, al cabo válidos como clasificación debido a la lluvia, pero en carrera y después de 20 vueltas llegó tercero a menos de dos segundos del ganador. En Termas de Río Hondo fue 1s760 más lento que Márquez en la tanda final, a la que entró por la ventana de la clasificación 2. Al otro día completó las 25 rondas en Santiago del Estero a menos de tres segundos del triunfador Viñales. Aunque largó en primera fila en Austin, el sábado había quedado a casi un segundo de Márquez: 932 milésimas. Corrió 21 giros desde atrás el domingo y cruzó la meta a 3s069 del catalán. El ritmo de Valentino en carrera y, principalmente, cómo lo sostiene en los giros finales gracias también a los avances de Yamaha es extraordinario.

Si Rossi forjó su leyenda en aquellos iniciáticos duelos con Max Biaggi, no bien se acomodó en 500 cc., y más asentado, frente a Sete Gibernau, Casey Stoner y Jorge Lorenzo, su grandeza ha crecido desde su regreso a Yamaha en 2013 y luego del aciago bienio en Ducati. Su capacidad de reinvención y adaptación constante a nuevos usos y costumbres le permiten una insospechada vigencia. Aunque no coleccione victorias cada domingo como a comienzos de siglo y hayan pasado más de siete años desde que levantó su último título, Valentino agranda su legado peleándoles mano a mano a dos de las mejores generaciones que ha dado la historia: Lorenzo-Pedrosa y los más nuevos Márquez y Viñales. Rossi ha sido subcampeón en las últimas tres temporadas con 35, 36 y 37 años, respectivamente: dos veces de Márquez, quien acaba de cumplir 24, y una de Lorenzo (29). Su actual compañero, Viñales, tenía un año cuando Vale debutó en 125 cc.: el italiano le lleva 15 años y 330 días. 

Rendidos ante las pruebas, Lorenzo y Márquez, dos que llevaban un buen tiempo sin regalarle elogios a Rossi, han destacado abiertamente la competitividad del italiano. Valentino tiene claro que la constancia y consistencia anotadora pueden recompensar con la pelea por el título aún cuando no sea siempre el más rápido. Esa fue su receta en 2015 y estuvo a punto de cuajar en el resultado esperado. Márquez copió la fórmula el año pasado y a fuerza de puntos cimentó su postulación cuando la Honda todavía era indómita, y más tarde exhibió contundencia para sellar la corona con tres fechas de antelación. Rossi muestra cada domingo que descartarlo en los pronósticos que anticipan vencedores o campeones es, cuanto menos, propio de temerarios. Con él, siempre puede ser el día menos pensado.

Valentino Rossi en el podio de Austin

Valentino Rossi en el podio de Austin

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

El italiano firmó el tercer podio de la temporada, único piloto que no se ha bajado del cajón, lo que le ha situado líder.
Con el equipo

Con el equipo

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Valentino se está apoyando mucho en el equipo para tener la mejor moto posible cada domingo en carrera.
El podio de Austin

El podio de Austin

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Rossi volvió a acabar entre los tres primeros, como ya hizo en Qatar y Argentina.
Eufórico

Eufórico

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Ni él mismo se esperaba salir de Austin liderando el campeonato, como aseguró en las declaraciones posteriores a la carrera.
Márquez, inalcanzable

Márquez, inalcanzable

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

El único rival que se mostró inalcanzable para Valentino fue el español de Honda.
Paciencia

Paciencia

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Rossi ha hecho de la paciencia virtud esta temporada, esperando el momento justo para asestar el golpe, en este caso a Pedrosa.
Ritmo

Ritmo

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

El ritmo del italiano fue excelente durante toda la carrera y al final, cuando logró pasar a Pedrosa, le dejó atrás con facilidad.
Constante

Constante

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Valentino se mostró muy constante en su paso por vuelta durante todos los giros, manteniendo siempre a los de delante a corta distancia.
No dio opción a sus perseguidores

No dio opción a sus perseguidores

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Rossi salió bien y se mantuvo siempre delante, pero tuvo que luchar con Zarco, con quien tuvo un toque y casi se cae, y vigilar que por detrás Crutchlow no le diera caza.
No hubo batalla por el podio

No hubo batalla por el podio

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Muy pronto los perseguidores de Rossi quedaron atrás, por lo que no hubo batalla en la luchar por estar en el podio.
Buenas salida

Buenas salida

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Salir bien se está convirtiendo en una maniobra cada vez más clave en MotoGP, Rossi salía tercero y ahí se mantuvo tras la salida y en las primeras vueltas.
Cuidar los neumáticos

Cuidar los neumáticos

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Rossi y Pedrosa calzaron el mismo neumático delantero, el medio, y mientras el de Honda lo destrozó, el italiano lo pudo cuidar hasta el final.
Fan de Valentino Rossi

Fan de Valentino Rossi

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

En todos los circuitos en los que aterriza el mundial los fans de Valentino son mayoría.
Valentino en el box

Valentino en el box

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

El italiano con su jefe de mecánicos y su telemétrico en el box.
La Q2 del sábado

La Q2 del sábado

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

El salto de velocidad que dio el sábado en la clasificación Rossi fue determinante para conseguir salir desde primera fila y estar siempre con los de cabeza en carrera.
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