¿Qué sentido tiene que Ducati prescinda de Dovizioso?
El editor de MotoGP de Motorsport.com, Oriol Puigdemont, analiza el sonado divorcio entre Ducati y el que ha sido, durante ocho temporadas, su primer espada, el italiano Andrea Dovizioso.
Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images
En su decisión de abandonar Ducati, que dio a conocer el pasado sábado, Andrea Dovizioso no ofreció demasiados detalles acerca de cuáles son sus motivos reales, pero dentro de la ambigüedad se puede rescatar un razonamiento que aporta algo de luz al asunto.
“Hay varias formas de competir, y la mía es hacerlo para jugarme el campeonato. El panorama que veo en Ducati es aquello que me ha hecho llegar a la conclusión de que lo mejor es separarnos. Correr por correr, para alguien como yo que está habituado a estar delante, no tiene sentido”, respondió Dovizioso este sábado a Motorsport.com.
Si algo se esmeró en remarcar Desmodovi fue que el aspecto económico no jugó para nada un papel fundamental en el desenlace, algo que contrasta frontalmente con los motivos que dio Ducati durante los últimos meses para explicar el atasco en las conversaciones. En su carrusel ante las distintas televisiones desplazadas al Red Bull Ring, Simone Battistella, el representante del piloto, repitió una y otra vez que no se habían dado las condiciones necesarias para sentarse a negociar.
El hecho es que en ese momento no había ninguna oferta de Ducati encima de la mesa cuando meses antes sí la hubo. Llegados a este punto, la pregunta que hay que responder es qué que hizo cambiar de opinión a los dirigentes de la marca de Borgo Panigale. La respuesta a esa cuestión la configuran varios elementos que acto seguido trataremos de desarrollar.
En primer lugar, hay que tener en cuenta la coyuntura económica que ha dejado la irrupción de la COVID-19, que ha llevado a la mayoría de equipos a revisar a la baja las fichas de sus estrellas. Ducati no ha sido una excepción, y las nuevas escalas salariales con los que se trabaja para tratar de cuadrar balances, no soportan ni de lejos desembolsar una cifra que se acerque a los casi seis millones de euros que percibe Dovi. En ese sentido, la distancia entre aquello que el corredor consideraba justo por su estatus y lo que el constructor estaba dispuesto a pagar era demasiado grande como para tratar de buscar un punto intermedio.
En todo este proceso, ambas partes decidieron darse un tiempo para tratar de ver si la contraria se acercaba, algo que no sucedió. El aspecto monetario es solo una de las razones de esta separación que no deja de sorprender si tenemos en cuenta de que estamos hablando del subcampeón de los últimos tres años, y el único miembro de la parrilla que ha sido capaz de plantarle cara a Marc Márquez. Pero hay más, y precisamente el de Honda tiene mucha influencia en uno de ellos.
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Quienes comandan Ducati no viven ajenos al tremendo dominio del #93, que se ha llevado seis de los últimos siete títulos. Los ejecutivos de la compañía de las motos rojas nunca han escatimado en elogios hacia el de Cervera (Lleida), hasta el extremo de convencerse de que arrebatarle una corona en condiciones normales no parece un objetivo realista. La lesión que Márquez arrastra en el hombro y que le mantendrá en fuera de juego al menos hasta Misano (13 de septiembre) ofrece una oportunidad de oro para que Dovizioso celebre su primer Mundial. Pero estamos hablando de una ocasión única fruto de unas circunstancias concretas.
Con el catalán en pista, son pocos los que confían en que el italiano logre vencerle si no ha podido hacerlo hasta ahora. Y si analizamos qué dicen unos y otros, la reflexión que probablemente se han hecho en Ducati es la siguiente: Si ganar a Márquez se ha convertido en algo casi imposible, ¿qué sentido tiene seguir con un piloto que en 2021 cumplirá 35 años y que además sale mucho más caro que sus posibles sustitutos? La conclusión a esa pregunta quedó clara el sábado pasado, y probablemente, si hay algo que se le puede echar en cara al fabricante de Bolonia es el no haberse manifestado antes para que Dovi pudiera buscarse un equipo con algo de tiempo. “No tengo plan B”, dijo el sábado.
Los candidatos a subirse a esa segunda Demosedici GP21 –la primera será para Jack Miller– son dos: Pecco Bagnaia y Jorge Lorenzo. Lo que ocurre es que, si la elección del primero hasta cierto punto justificaría la decisión de abrirle la puerta de salida a Dovizioso, la del segundo sería mucho menos comprensible. Las incógnitas que pueda generar el de Forlí a estas alturas se multiplican exponencialmente en el caso del mallorquín, que a sus 33 años llegaría el curso que viene después de firmar con Honda la peor temporada de su vida (2019), y tras llevar un año como probador de Yamaha sin apenas haber rodado. Por lo demás, Lorenzo está habituado a correr por unas cantidades tremendamente superiores a las que Ducati está en condiciones de proponerle en estos momentos, y es normal que eso genere cierto recelo sobre el nivel de compromiso y los riesgos que el tricampeón del mundo esté dispuesto a correr.
No obstante, a su favor juega el enamoramiento de Gigi Dall’Igna, el director general de la empresa y la persona, junto a Claudio Domenicali, el administrador delegado, que concentra todo el poder de decisión. “La opción de Lorenzo ha estado encima de la mesa y puede que aún lo esté”, convino Dall’Igna estos días desde Spielberg, a la vez que reconocía que Bagnaia también encajaría perfectamente al lado de Miller.
Las lesiones nunca son oportunas, pero en el caso del chaval de Pramac la que sufrió en Brno llega probablemente en el peor momento posible: tras haber dado un claro paso hacia adelante constatado en la segunda prueba en Jerez, donde rodaba cómodamente el segundo cuando el propulsor de su Demosedici reventó.
La versión que estaba dando el turinés en su segunda temporada en la categoría de las motos pesadas hasta la caída en los ensayos libres en la República Checa era, precisamente, la que Ducati le pedía desde que le fichó, a finales de 2017, antes incluso de proclamarse campeón de Moto2 (2018). Pecco es italiano y reúne todas las cualidades que seguramente necesita la marca boloñesa para encarar la nueva etapa que se le presenta delante.
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