Una disputa interna pone en riesgo la viabilidad del proyecto de Marc VDS

Jerez de la Frontera.- El enfrentamiento entre ambas partes, que se hizo visible este sábado en el circuito de Jerez, nace de la desavenencia acerca de la gestión de los recursos de la estructura, que en estos momentos se encuentra completamente dividida en dos facciones.

Por un lado está el ejecutivo belga, propietario de Anheuser-Busch InBev, el mayor imperio cervecero del mundo, y por otro Bartholemy y su equipo, que gestiona la infraestructura de MotoGP, con Franco Morbidelli y Thomas Luthi como pilotos, y la de Moto2, con Alex Márquez y Joan Mir.

El conflicto se encuentra ya en manos de los abogados de ambas partes, circunstancia que, a día de hoy, no anticipa un desenlace demasiado plácido ni amistoso.

Y eso, de forma irremediable, genera un vacío de poder que inyecta una gran dosis de incertidumbre al futuro más inmediato de la formación, tanto en la categoría de las motos pesadas como en Moto2.

En este sentido, se da la circunstancia de que las plazas de MotoGP están a nombre del empresario belga, mientras que el titular de las de Moto2 es Bartholemy.

Como es lógico, el entorno de los pilotos involucrados ya trabaja en posibles alternativas en el caso de que el equipo colapse. Al mismo tiempo, esta lucha llega en un momento clave para el futuro del conjunto, en pleno proceso de decisión acerca de quién será su suministrador de prototipos en MotoGP a partir del año que viene.

Bartholemy, que inicialmente había dejado clara su intención de no renovar su acuerdo con Honda, tiene en su poder desde hace varias semanas el contrato de Yamaha, a falta de firmar.

Sin embargo, el belga ha estado demorando su decisión el máximo de tiempo posible a la espera de llegar a un acuerdo con Suzuki. El equipo de la gran S lleva dos años tratando de colocar otros dos prototipos más en pista, aunque los deseos de la división de MotoGP no termina de convencer a la cúpula de la compañía, de modo que se hace muy difícil pensar que en 2019 vaya a haber más de dos GSX-RR.

Así las cosas, este galimatías hace prácticamente imposible diagnosticar cómo acabará la cosa, tanto en lo relativo a la gestión del tinglado a corto y medio plazo y mucho menos en el asunto de su proveedor de motos en MotoGP.

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