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La COVID-19 sigue condicionando a MotoGP

El riesgo de contagiarse continúa siendo una pesadilla en el paddock, especialmente tras el último positivo de Jack Miller.

Jack Miller, Ducati Team

Tras un 2020 reducido a 14 grandes premios y una temporada 2021 aún privada de viajes fuera de Europa -a excepción de Qatar y Estados Unidos-, MotoGP espera que la crisis sanitaria no perturbe tanto su calendario para 2022.

Por el momento, Dorna mantiene sus 21 carreras en diferentes continentes, pero la COVID-19 todavía podría contaminar esta ruta, especialmente si aparecen casos positivos entre los pilotos. 

Marc Márquez y Jack Miller están entre los nombres propios que contrajeron la COVID-19 durante este invierno, siendo Jack el más reciente. El positivo del australiano en enero forzó a posponer la presentación de su equipo tras estar varios días bloqueado en su Australia natal. 

Obligados a viajar por todo el mundo y coincidir con multitud de personas en hoteles, circuitos y transporte, los pilotos están particularmente expuestos al riesgo de contagio. 

Como muestra de ello, en Mandalika se registraron positivos en miembros del equipo de Joan Mir.

"Nadie lo tiene fácil actualmente", comentaba el piloto de Ducati al final del test de Mandalika. "Nada más terminar me quité el traje y lo llevé [yo mismo] a la marca, porque mi asistente también dio positivo".

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A pesar de contar con la vacuna, pilotos como Jack Miller y Fabio Quartararo se sienten impotentes y reconocen cierta tensión antes de acercarse al inicio de la temporada.

"Estoy cruzando los dedos", dice Fabio. "Lo tuve hace mucho tiempo, pero sé que puedes volver a tenerlo. Puedes pillarlo en cualquier lugar. No puedes controlarlo".

"Es una pesadilla. Todos hemos estado en los mismos lugares [alrededor de Mandalika], que es el hotel y el circuito, eso es todo. No rompimos ningún protocolo, no hicimos nada. Nos quedamos allí, y yo en particular me quedé callado, ni siquiera fui a la playa y no hice mucho el jueves [antes de que comenzara la prueba]. Pero así es en el mundo en este momento", completó Miller.

"Yo me contagié de COVID-19 en mi finca, no fui a ningún lado, no hice nada y aún así me contagié allí. Da un poco de miedo cuando eres piloto, porque si te tienes que perder una carrera por eso, no va a ser divertido. Nos pone nerviosos, pero es así. Creo que solo tenemos que tratar de ser lo más cuidadosos posible, ahora más que nunca".

No obstante, la mejora de la situación sanitaria a escala mundial debería ser sinónimo de una reducción de los protocolos para los grandes premios. En Qatar, la operación burbuja impuesta el año pasado, que permitía únicamente los desplazamientos entre el hotel y el circuito, no se mantendrá este año. 

"No me importan las burbujas, al final, no salgo a hacer nada, así que no me afecta tanto. Las cosas parecen volverse cada vez más fáciles. Es claramente mejor que lo que era en 2020, así que no me compadezco", concluyó esperanzado el piloto australiano.

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