La celebración abortada de Valentino Rossi que reventó Sete Gibernau

Más allá de sus nueve campeonatos del mundo, una de las cosas que más contribuyó a aumentar la popularidad de Valentino Rossi fue su carisma con y sin la moto. A lo largo de 26 temporadas en el Mundial, el italiano dejó innumerables momentos para la historia. Il dottore acumuló 115 victorias, que festejó como nadie. 

El #46 sorprendió al mundo con celebraciones geniales, disfrazándose de Robin Hood, subiendo un gigantesco pollo a su Aprilia, entrando a un baño tras una carrera o cediendo el manillar de la Yamaha a Ángel Nieto cuando igualó su número de victorias, entre otras muchas.

Durante años, Rossi logró captar la atención del público tanto durante las carreras como después de ellas. Los aficionados se quedaban pendientes para ver con qué iba a sorprender cada domingo, consiguiendo no dejar indiferente a nadie.

Tal era la superioridad de Rossi a principios de los 2000, que casi cada fin de semana había preparado algo. Ese fue el caso del Gran Premio de Alemania de 2003, el último antes del parón de verano. El de Tavullia, que venía de ganar los dos últimos títulos de la categoría reina, comenzaba a encarrilar el tercero. Mediada la temporada, solo un sorprendente Sete Gibernau lograba mantener el pulso al que por entonces era su amigo.

Rossi llegó a Sachsenring con 34 puntos de ventaja en la clasificación sobre el español y con tres victorias cada uno. Aunque Max Biaggi logró la pole en el trazado germano, pronto se fue al suelo y la carrera fue un mano a mano entre los dos primeros del campeonato.

El piloto del Repsol Honda cogió el liderato en la salida e intentó escaparse, pero Gibernau se enganchó a su rueda. El dúo fue abriendo hueco y llegaron a la última vuelta con ventaja suficiente para jugarse la victoria. A tres curvas para la línea de meta, Rossi superó al de Gresini, que se había puesto en cabeza nueve giros antes. 

Sin embargo, en la última curva el Rossi calculó mal. Se tiró al interior para cerrar el hueco, pero Gibernau hizo la trazada normal y le pasó por dentro en aceleración en la cuesta que da acceso a la recta de meta de Sachsenring.

Aquel 27 de julio, el club de fans de Rossi tenía todo preparado para celebrar a lo grande una nueva victoria del transalpino. Hasta allí desplazaron al cura de Tavullia y construyeron una réplica de la torre de la iglesia de la localidad. En la última vuelta, comenzaron a desplegar todo en la escapatoria de una curva, pero cuando se dieron cuenta de la victoria de Gibernau tuvieron que abortar rápidamente.

"Para el GP de Alemania de 2003, el club de fans llevó al cura de Tavullia, recuerda Alex Briggs, mecánico de Rossi durante 21 años, en Bike Magazine. "Construyeron una réplica de la torre de la iglesia de Tavullia, lista para celebrar la victoria de Valentino".

"Estaba teniendo una gran batalla con Gibernau, pero parecía tenerlo todo resuelto, así que en la última vuelta el club de fans empezó a llevar la torre de la iglesia a una de las escapatorias de grava, con el sacerdote en ella, listo para que Valentino viniera a celebrar la victoria con ellos. Pero por desgracia, perdió un poco la parte delantera en la última curva y Gibernau le ganó por una rueda".

"Cuando el club de fans se dio cuenta de lo que había sucedido fue como: '¡Abortad, abortad!'. Así que sacaron la torre de la iglesia de la escapatoria de grava, con el cura todavía en ella. El pobre hombre, que debía tener 70 u 80 años, no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Había unos cuantos más como ese".

(Haz click en este enlace o pasa las fotos para ver las imágenes del Gran Premio de Alemania 2003 de MotoGP)

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