“Los comisarios en MotoGP han adquirido más importancia de la que les corresponde”

Este domingo, el italiano asistió a la exhibición que Joan Mir llevó a cabo en la última vuelta del Gran Premio de San Marino, en la que gracias a una maniobra de genio le birló el podio a Valentino Rossi. Esa fue una buena forma de rebajar el cabreo que todavía corría por dentro después de la cita anterior, en el Red Bull Ring, en la que el mallorquín recibió dos bofetadas con la mano abierta.

Por un lado, la bandera roja causada por el accidente de Maverick Viñales le impidió optar a una victoria que tenía muy de cara –en el momento de la neutralización disponía de 2,5 segundos de ventaja sobre el segundo–. Y poco más tarde, la interpretación que los comisarios hicieron de la norma relativa a los límites de la pista dejara sin sanción a Pol Espargaró, que terminó subiendo al podio y dejando a Mir, el cuarto. De hecho, el corredor de KTM dio por sentado que iba a ser penalizado, y en vez de meterse con su moto en el parque cerrado se fue directamente al garaje, de donde le tuvieron que rescatar para que participara en la ceremonia de los tres primeros.

Por todo ello Davide Brivio considera imprescindible un replanteamiento general de la normativa y, sobre todo, del nivel de relevancia que últimamente están adquiriendo los comisarios y sus interpretaciones.

“Creo que se les está dando demasiada importancia a los comisarios en una disciplina en la que apenas deberían intervenir. Esto no es fútbol o baloncesto, que necesitan de un árbitro que juzgue si una acción es falta o no. Esto son carreras en las que se sale y gana el que llega el primero a la meta”, reflexiona Brivio en conversación telefónica con Motorsport.com.

“Tal como yo lo veo, habría que reducir al máximo el intervencionismo de los comisarios, y eso se consigue con un reglamento más preciso. El control es necesario, pero el que hay a día de hoy está condicionando demasiado los resultados”, añade el ejecutivo.

Brivio apoya su argumentación en un ejemplo que recientemente está en boca de todos: la norma relativa a los límites de la pista y la zona que queda fuera de ellos, pintada en color verde.

Según el reglamento, el asfalto verde no se puede pisar. En los entrenamientos, a quien lo haga se le cancelará la vuelta. Si es en carrera recibirá una advertencia, y a la quinta, será penalizado. En caso de traspasar los márgenes en la última vuelta de la carrera habrá sanción directa, sin importar las veces que se haya hecho antes.

En el Gran Premio de Estiria, Espargaró se fue largo en la última curva de la prueba mientras peleaba por la segunda plaza con Jack Miller. El panel liderado por Freddie Spencer consideró entonces que el de KTM ya salió suficientemente perjudicado de su acción al haber perdido esa segunda posición. No opinó lo mismo Suzuki, que presentó una reclamación porque, según el fabricante japonés, en caso de haber habido gravilla o hierba en vez de cemento, Polyccio habría perdido mucho más tiempo, y Mir, justo detrás de él, habría terminado el tercero.

“Algunas normas dependen demasiado de la interpretación de los comisarios. Y cuando eso pasa, abres la puerta a los juicios subjetivos. Dirección de Carrera dice que la regla es clara, y que no se puede pisar la zona verde si el piloto que lo hace “saca una clara ventaja de ello”. Pero claro, mi interpretación de lo que es una ventaja claro puede ser distinta a la tuya”, especifica el responsable de Suzuki.

“Resulta que uno puede exceder los límites hasta cuatro veces antes de ser penalizado. Entonces, lo que están promoviendo es que los pilotos arriesguen más de la cuenta, porque saben que pueden irse largos hasta cuatro veces sin que les pase nada. El principio de esta discipline es que las motos deben permanecer en el asfalto”, opina el team manager del fabricante de Hamamatsu.

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