Ángel Nieto más que un amigo, un hermano

Tomás Díaz-Valdés

Se encontraba mal, muy mal, Tomás en el Tanatorio de Ibiza. A su lado, ya sin vida, estaba la leyenda del motociclismo español, Ángel Nieto. Era difícil hablar con él en esa situación, pero es la persona que hizo piloto al 12+1 y que le siguió toda su carrera como periodista y el mejor especialista en el deporte de las motos.

“Todo el mundo sabe ya que yo fui el primero que conoció a Ángel, cuando él y su familia vinieron de Zamora y se establecieron en Vallecas. Era un mocoso que apenas levantaba dos palmos del suelo. Y todos los días le encontrábamos pegado a los cristales del taller y concesionario Derbi que yo tenía”.

“Un día se acercó a mí y me soltó, así, a bote pronto, como era él, que quería correr en motos, como yo. Y se me ocurrió decirle que se pasara por el taller, que yo le podía dar trabajo. No lo pude evitar. Me conquistó su poder de seducción desde el primer minuto. Y le pregunté por sus estudios y qué iba a pasar con el colegio. Su respuesta fue contundente: ‘Iré cuando salga y los días de fiesta y no tiene que pagarme nada’. Era así de claro y me demostró, de nuevo, su atracción por las motos”.

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“En el taller, todos le llamaban “el rubio” y, aunque se aplicaba en tareas menores, lo que quería era estar cerca de las motos. Aprovechaba cualquier oportunidad para subirse y conducir una. Era tan simpático que se hacía enseguida con los clientes y se buscaba excusas para darse siempre una vuelta en una de ellas. Se ofrecía para echarles gasolina en una estación cercana y así se daba una vuelta”.

“Pero esto son sólo pequeñas anécdotas de su desembarco en Vallecas y sus primeros contactos con el mundo de las motos. Y a partir de ahí, un largo recorrido hasta convertirse en la leyenda que es hoy. Los principios fueron muy duros y todos, en los primeros momentos, hicimos lo que podíamos para que pudiera competir en sus primeras carreras por las provincias de España, en circuitos que eran simples calles y sin ninguna medida de seguridad. Tan sólo algunas balas de paja por aquí y por allá. ¡Y cuantas chapuzas hacíamos a las motos para, al menos, hacerlas andar!”.

“Luego se fue a Barcelona donde estaban las fábricas de Derbi y Bultaco, buscando lo que ya quería, una moto ‘de carreras’. Pero esa es otra historia. Y yo seguí esa historia como informador, primero en la desaparecida revista Velocidad y, más tarde, en As. Tengo escrito un libro que guardo desde hace cuatro años en un cajón donde cuento todo lo que he vivido con él en toda una vida de carreras. Pero no me parece oportuno hacer algo con Ángel en estos momentos. Ya veremos”.

*Tomás Díaz-Valdés fue el descubridor de Ángel Nieto. Piloto tanto de motos como de coches, fue propietario de concesionarios, pero la mayor parte de su carrera se ha desarrollado en el mundo editorial como periodista. Actualmente es el editor del website Motorpoint.com

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