Por qué el triunfo de Bastianini hace más temible a Bagnaia en MotoGP
La superioridad de Ducati en el momento decisivo de la temporada valida la negativa de sus dirigentes a aplicar órdenes de equipo para favorecer los intereses de Pecco Bagnaia en su lucha por el título.
Es difícil encontrar una mayor demostración de confianza que la que proyecta Ducati actualmente. Habrá que ver qué impacto tiene en la estrategia de la marca italiana el resultado del pasado domingo, en Aragón, donde Fabio Quartararo llegó con más de una carrera de ventaja (30 puntos) sobre Bagnaia al frente de la tabla general, y de donde se fue con un colchón de solo diez puntos y con el cuerpo lleno de moratones, como consecuencia de la espeluznante caída que sufrió en la primera vuelta. Esos diez puntos podrían haber quedado reducidos a cinco de no ser por la voracidad de Enea Bastianini, quien, tras claudicar en Misano ante el que será su próximo compañero en el taller de las motos rojas, se tomó la revancha en Motorland, en una última vuelta de infarto y con un adelantamiento que, eso sí, pareció tener completamente controlado. El derroche de poderío de la Bestia fue tan impresionante o más que el de Ducati, que acumula unos números de escándalo y que parece merecerse el papel de favorita a llevarse el título de pilotos, porque el de constructores ya lo celebró en Alcañiz.
El equipo Ducati celebra la victoria del campeonato mundial de constructores
Photo by: Ducati Corse
Bagnaia se adjudicó el sábado su quinta pole position de la temporada y la 12ª para el fabricante de Bolonia –nunca antes había acumulado tantas en un solo ejercicio–, en un dato que refleja mejor que ningún otro la velocidad que esconden las Desmosedici. Las últimas cinco paradas del calendario se las han repartido entre el turinés (cuatro) y Bastianini (una), que suman dos tercios (diez) de las 15 victorias que se han puesto en juego. Las otras cinco se las reparten Quartararo (tres), Aleix Espargaró y Miguel Oliveira, con una cada uno. Como ya quedó claro en San Marino y como reconocen la mayoría de sus rivales, ambos están en otra dimensión. Eso es una gran noticia para la compañía italiana cuando el campeonato entra en la etapa en la que todo debe resolverse.
Llegados a este punto, son muchos los que consideran que Ducati ya va tarde en instaurar las órdenes de equipo para intentar despejarle el terreno a Bagnaia, que, de conseguir su objetivo, se convertiría en el segundo campeón del mundo en la historia de la firma, después de Casey Stoner (2007). Sin embargo, no está tan claro que el intervencionismo de los ejecutivos favorezca más a los intereses comunes que el planteamiento actual. En estos momentos, todos los pilotos a sueldo de Ducati saben que pueden ir a por la victoria si tienen la posibilidad de hacerlo, como Bastianini dejó claro este domingo. Pero es que, además de todo eso, Bagnaia ha demostrado que se basta él solito para medirse en corto con Quartararo, al menos de momento. Si bien es cierto que el Diablo hubiera terminado seguramente entre los cinco primeros en Alcañiz de no haberse ido al suelo, las matemáticas no se discuten, y el #63 le ha recortado 81 puntos en las últimas cinco citas.
La sensación generalizada es que, después de un primer tercio de Mundial en el que costó encontrarle el punto al prototipo de 2022, la Desmosedici de este año, al menos en manos de Bagnaia, ya ofrece unas prestaciones mejores a las del modelo anterior, el que conduce la Bestia. Y con la manifiesta falta de potencia de la Yamaha de Quartararo, cuando no es uno el que manda, es el otro. La sensación de poderío que actualmente emana del taller de Ducati es enorme, y solo por eso, y porque el Mundial está más abierto que nunca, seguramente vale la pena no hacer ningún cambio de registro.
Enea Bastianini, Gresini Racing
Photo by: Gold and Goose / Motorsport Images
Tanto Bagnaia como Bastianini dejaron claro, en Misano y en Motorland, que saben qué tienen que hacer porque son absolutamente conscientes de lo que hay en juego. Y si los responsables de la fábrica que paga sus sueldos no introdujeron las órdenes de equipo cuando Quartararo campaba a sus anchas, con varios grandes premios de ventaja sobre ellos, difícilmente se lo plantearán hasta que el campeonato esté más cerca de decidirse. A pesar de eso, dentro del propio equipo oficial hay dos líneas de pensamiento. Hay quienes creen que disponer de tantas motos y tan competitivas puede obstaculizar el camino de quien debe abanderar las opciones de llevarse el premio gordo a final de curso, como ocurrió en el primer tramo de este ejercicio. Y luego están los que creen que no, que eso siempre juega a favor. Mientras tanto, los dos últimos ganadores ya han empezado a disputarse el papel de punta de lanza de la escudería oficial de 2023.
"Hace bien Ducati en dar libertad a sus pilotos. Sí que es verdad que, en las vueltas finales, nunca tienes la situación totalmente controlada. Pero tanto Bagnaia como Bastianini tienen opciones de ganar el Mundial, y en los grandes premios de fuera de Europa pueden pasar muchas cosas. Hacen bien en dejarles correr", convino Marc Márquez, protagonista involuntario en Aragón. Para el de Honda, la progresión que ha seguido el chico de Rimini le hace totalmente merecedor del papel de favorito a ganar en cualquier escenario de los cinco que debe visitar el paddock. "Bastianini me ha sorprendido porque ahora también va rápido en los entrenamientos. Antes clasificaba mal, pero hacía muy bien las segundas partes de las carreras. Ahora ya no, ya va rápido siempre, así que será un claro candidato al año que viene", añadió el español.
"Enea y yo estamos marcando la diferencia. Tal cómo yo lo veo, en Ducati somos ocho pilotos que vamos más rápido cada día. Enea está motivado, y juntos nos empujamos el uno al otro, porque si él es rápido yo sé que también puedo serlo", argumentaba Bagnaia este domingo, antes de viajar hacia Japón, donde el domingo que viene tendrá una nueva oportunidad para demostrar que no necesita recibir ayuda de los despachos para conseguir su meta. En las circunstancias actuales, y después de la brutal remontada que ha protagonizado, jugarse las victorias con Bastianini probablemente le inquieta menos que tener que hacerlo con Quartararo.
Enea Bastianini, Gresini Racing, Francesco Bagnaia, Ducati Team
Photo by: Gold and Goose / Motorsport Images
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