El semáforo del Gran Premio de Aragón de MotoGP

Márquez celebra la victoria en Motorland

Photo by: G&G

Verde

Si no lo estaba ya, Marc Márquez echó el cierre a un campeonato que ya sólo puede escapársele si pasa algo fuera de lo normal. Después de tres carreras sin lograr la victoria, el de Honda eligió la carrera de Aragón como el escenario adecuado para quemar, si era necesario, uno de sus comodines y arriesgar lo que hiciera falta para ganar la carrera. El jueves, los responsables de Motorland bautizaron la curva 10 del trazado con el nombre del piloto, algo poco común tratándose de un deportista tan joven, pero absolutamente merecido, no en vano Marc suma ya seis mundiales y va camino del séptimo. Esa combinación de circunstancias motivo, aún más si cabe, al de Cervera, que encaró el fin de semana con el objetivo único de la victoria.

En carrera, Márquez regaló a sus fans y a todos los seguidores un nuevo espectáculo de primer nivel, con Andrea Dovizioso de magnifico actor de reparto, pero sin poder hacer nada ante el empuje del de Honda, que desde la misma salida se empleó a fondo, ¿al límite?, para conseguir su objetivo.

Márquez va a ganar este Mundial con claridad y una superioridad que no se corresponde con el nivel de las motos que participan en el campeonato. Los errores continuos y reiterativos de los pilotos de Ducati, con la supuestamente mejor moto de la parrilla, y el hundimiento absoluto de las Yamaha, van a otorgar a Márquez la quinta corona de MotoGP por ‘incomparecencia’ del rival, pero eso no le va a quitar ningún mérito. Marc va tan al límite y exprime tanto su moto que obliga a todos sus rivales a ir en las mismas condiciones, y en ese escenario el de Honda ha sido el que menos ha fallado.

Los pilotos de Suzuki Iannone y Rins, tercero y cuarto en Aragón

Photo by: G&G

Amarillo

El equipo Suzuki completó su mejor fin de semana de la temporada, con un tercer y cuarto puesto para Andrea Iannone y Alex Rins, respectivamente, que le permitieron sumar 29 puntos en la general por equipos, en la que acumulan 200, consolidándose en la cuarta posición y recortando la distancia con respecto al tercer clasificado, Yamaha (289). No va a ser fácil en las cinco carreras que restan enjuagar esa diferencia, pero tal y como está ahora mismo el equipo de los diapasones, Suzuki debería marcarse ese objetivo.

La casa de Hamamatsu está haciendo bien su trabajo, no han dejado de mejorar la GSX-RR durante todo el curso y los resultados empiezan a notarse. La carrera de Iannone fue realmente buena, y a Rins le faltó muy poco para poder pelearle el tercer puesto a su compañero. En cualquier caso, fueron los mejores quitando a los inalcanzables Márquez y Dovizioso, y llegaron hasta el final pegadísimos a ellos. Un resultado excelente que debería animar a Suzuki a pensar en retos y objetivos mayores. La escudería que dirige Davide Brivio está haciendo un gran trabajo, pero llega el momento de decidir si quiere seguir siendo un equipo de la parte media de la tabla o, definitivamente, dar el salto y empezar a marcarse retos más ambiciosos, que es lo que se espera de ellos. Suzuki debe aprovechar la crisis de Yamaha para lanzar el ‘sorpasso’.

Momento en el que Lorenzo sale por los aires con Márquez, justo delante, circulando por fuera de la pista

Photo by: G&G

Rojo

Jorge Lorenzo está echando a perder una temporada que podía haber sido histórica. El balear encadenó una racha brillante entre Mugello y Austria, consiguió tres victorias, un segundo puesto, y fue el piloto que más puntos sumó en ese periodo. Quizá no fuera suficiente para discutirle el Mundial a Márquez, pero sí al menos para inquietarle y, sobre todo, para irse de Ducati como el mejor piloto de la marca, dejando un buen récord de victorias y la confirmación del imperdonable error que ha cometido esa fábrica con el piloto español.

Pero en dos carreras se ha torcido todo. En Misano se fue al suelo, cuando iba segundo, por un error. En Aragón fueron dos los errores cometidos.

Lorenzo puede tener razón al quejarse de que Márquez le bloqueó en la salida, es posible. El de Honda soltó los frenos y, por detrás, sálvese quien pueda. Pero eso es algo que no puede pillar por sorpresa a Lorenzo, debe tenerlo previsto, interiorizado, está obligado a tener esa posibilidad en su disco duro de situaciones en las que se puede encontrar. Marc fue a lo loco en la salida, pero Lorenzo no tomó ninguna precaución. Igual que el de Honda, él también quería ponerse primero fuera como fuera, y se cayó.

Fuera culpa de Márquez, o no, Lorenzo se fue al suelo en una carrera en la que salía desde la pole, en la que tenía mejor ritmo que nadie, y en un circuito que le gusta. Debió tomar todas las precauciones para mantenerse hasta el final en carrera y demostrar, como todo parecía indicar, que era el gran favorito a la victoria. Las carreras no se ganan en la salida, eso es evidente. Pero sí se pueden perder en la primera curva. Y van dos saliendo en pole y cayendo, mientras su compañero de equipo ha sumado, en esas mismas carreras, 45 puntos. El subcampeonato ya está casi imposible.

El otro error de Lorenzo fue presentarse, en caliente, a una rueda de prensa y ‘rajar’ como lo hizo de Márquez. Por más que él crea que tiene razón y que el de Honda le bloqueó, esa acusación debe sustentarla en unas imágenes que no dejen ninguna duda, ni a los entendidos, ni, sobre todo, a los que no ven en esos vídeos más que un piloto saliendo por los aires.

Jorge se sentía para ganar, estaba dolorido por el golpe físico y moral, y se puede entender su cabreo, pero, una vez más, se equivocó en las formas. En los últimos meses, el balear se había labrado una imagen absolutamente renovada y fresca, se había convertido en un personaje, en un piloto querido por mucha gente que, hasta hace bien poco, le infravaloraba. Por diez minutos de desahogo ante los micrófonos echó por tierra todo ese trabajo, y ahora ya está todo el mundo esperando que llegue a Honda en 2019 para que empiece la tercera guerra mundial.

Galería: las mejores fotos del Gran Premio de Aragón

43