Alex Márquez: “Ser el hermano de Marc perjudica más que beneficia”

Alex Márquez está más de actualidad que nunca. El domingo, en Brno, logró su quinta victoria en las últimas seis carreras, un resultado que, combinado con la caída de Thomas Luthi, le coloca en la mejor disposición para coronarse en Moto2 –el español dispone de 33 puntos respecto del suizo–.

Al terminar la carrera, el pequeño de los hermanos de Cervera (Lleida) aseguró que en 2020 seguirá en la categoría de las motos de plata. Sin embargo, una suculenta oferta de Petronas hace que no esté nada claro que vaya a hacerlo con su actual equipo, el Marc VDS. Antes de marcharse hacia Austria, Motorsport.com se sentó con él a hablar de una temporada que podría describirse como el ‘año del cambio’.

¿En algún momento de su carrera se había sentido tan fuerte como ahora?

No, nunca. Es verdad que 2014 fue un año bonito, en el que pude ganar el título en Moto3, pero hasta Aragón fui a remolque. Nunca me había encontrado tan bien con la moto y pudiendo controlar el límite, que es lo que me gusta.

Su hermano nos dice que este año ve en usted a otro piloto. ¿Comparte esa opinión de sí mismo?

Creo que todo responde la autoconfianza. Alemania siempre me había costado, porque me había caído varias veces sin entender muy bien por qué. Este año, por la moto, por el equipo y por mi confianza, sabía que podía estar delante y así fue. No puedo decir que el cambio sea solo uno, sino que son un cúmulo de elementos: el equipo, yo y el trabajo en casa.

Los domingos, desde fuera, da la sensación de que este año es capaz de ejecutar a la perfección la estrategia diseñada.

La estrategia ahora sale bien, pero se plantea con vistas a todo el fin de semana. El sábado nos sentamos y tratamos de dividir la carrera en los estadios que creemos que tendrá, dependiendo del circuito y de los rivales. Por ejemplo, en Mugello sabía que podía ganar a Luthi pero estando con él y atacándolo cuando llegara el momento. Eso hice, y cuando vi que sus gomas comenzaban a caer, me fui a por él y salió bien. Pero en otras carreras hemos sabido sufrir. En Alemania no era el más rápido pero logré apretar en el momento en que los demás estaban pasándolo peor.

Con vistas a esta temporada llevó a cabo una serie de cambios en su estructura y ahora parece que se siente más arropado. Esa estrategia resulta muy parecida a la que siempre siguió su hermano, cuyo núcleo duro es intocable.

Esa filosofía que sigue Marc es la que buscamos. Yo llevaba cuatro años en Moto2 y no terminaban de salir las cosas como quería, de modo que decidimos cambiar algunas cosas. Desde Holanda del año pasado comenzamos a trabajar para traer a David [García, ex miembro del equipo de Dani Pedrosa y su actual jefe de mecánicos], y otros elementos como la entrada de Joan Olivé [director]. Ahora cada cual está en su posición natural y todo eso suma.

¿Esa confianza también se refleja en los entrenamientos que hace en casa con su hermano?

Bueno, he mejorado, sí. Cuando salen mejor las cosas todo parece más fácil. Físicamente estoy mejor, y cuando en el Mundial obtienes buenos resultados más a gusto estás en cualquier ámbito.

Cuando se le pregunta por usted, Marc siempre dice que no tiene que ser nada fácil ser el hermano de Marc Márquez.

Cuando las cosas van bien todo son flores y la gente piensa: “Mira, pues resulta que el hermano también es bueno”. Pero cuando las cosas van mal recibes más palos. Tanto si las cosas van bien como si van mal, la gente se fija más en mí por ser el hermano de quien soy. Con el tiempo he aprendido a convivir con ello, pero sinceramente creo que ser el hermano de Marc tiene más desventajas que ventajas. Ayuda en algunos aspectos y fastidia en otros, pero diría que perjudica más que beneficia. No por culpa suya, ¿eh?, simplemente la foto es esa.

¿Quedarse un año más en Moto2 en caso de ser campeón sería la prueba más evidente de eso que dice?

Eso es la prueba de que ser el “hermano de” no ayuda en según qué cosas. Yo tengo la gran suerte de que puedo entrenarme cada día con él, pero en una situación como esta, en la que el paso natural sería pasar a MotoGP, hay circunstancias que no ayudan. Él corre con Honda y la gente piensa que, solo por eso, yo tengo que firmar con Honda. Y eso no es así.

Existe una tendencia entre los pilotos de Moto2 de querer escapar de esta categoría para dar el salto cuanto antes a MotoGP. Y sin embargo, usted reconoce ahora que en estas condiciones no supondría un problema quedarse un año más, incluso siendo campeón.

La angustia generalizada por querer escapar de Moto2 aún existe, pero lo que me ha hecho quitármela a mi ha sido estar a gusto. No es lo mismo llegar a MotoGP sabiendo que si las cosas van muy bien el objetivo es pasar a la Q2 y, como máximo, terminar entre los ocho primeros. Ahora soy líder del Mundial y tengo presión, pero es una presión muy bonita porque sé que, en condiciones normales, debería poder pelear por ganar. Eso es lo que no me hace tener prisa. Esa falta de prisa por querer llegar a MotoGP es el indicativo más evidente del momento que atravieso. Con esta moto y este equipo aún hay recorrido en Moto2, se pueden pulir muchas cosas y seguir mejorando.

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