El desconsolado llanto de Pechito López tras otro varapalo en Le Mans

López tenía una cómoda ventaja con el Toyota TS050 Hybrid #7 que comparte con Mike Conway y Kamui Kobayashi a falta de una hora para el final de la carrera, cuando un pinchazo le hizo tener que volver al pitlane.

Un problema con el sensor incitó a Toyota a cambiar el neumático delantero derecho en lugar del trasero durante esa parada, lo que provocó que López tuviera que volver a boxes por segunda vez, un retraso que permitió que el coche #8 de Kazuki Nakajima pasara a ponerse primero para luego ganar la carrera.

Cuando Motorsport.com le preguntó cómo se había sentido en su vuelta lenta, López dijo: "No puedo describirlo. Lloré todo el camino de regreso a boxes: es muy doloroso".

López perdió menos tiempo en la vuelta de camino a su primera parada porque la presión en el neumático pinchado no había disminuido drásticamente.

Pero cayó por debajo de 0,5 bar en la segunda, lo que le obligó a pilotar a una velocidad menor para evitar que el neumático se deshiciera.

José María López explicó que el equipo le había dicho que cuando saliera de boxes se restablecería el sensor, pero que se dio cuenta “unos pocos metros después de salir del pitlane" de que todavía tenía un pinchazo.

"Dejamos un nuevo juego de neumáticos para este stint porque queríamos minimizar las posibilidades de sufrir un pinchazo", dijo. "Es realmente extraño, porque son los últimos momentos de la carrera, no pasas por los bordillos, intentas hacer todo perfectamente".

“A mitad de la vuelta, vi la alarma. No estaba tan mal, porque la presión no bajó demasiado, así que todavía podía ir a unos 200 km/h, por eso ahí no perdí mucho".

"El problema es que cuando salí de nuevo con el pinchazo sin arreglar, había demasiado riesgo de que explotara el neumático y perder todo, así que tuve que volver a boxes a no más de 50 km/h".