Las interesantes diferencias entre los frenos de Le Mans y los de Fórmula 1

La lucha por la innovación tecnológica en el automovilismo internacional se reparte a nivel deportivo entre la Fórmula 1 y los prototipos del Mundial de Resistencia (WEC) y las 24 horas de Le Mans. Aunque en los últimos años la balanza tecnológica ha caído del lado del ACO y su prueba francesa.

Los LMP1 superan los 1.000 CV actualmente, los Fórmula 1 llegan a tocarlos en clasificación. En la F1 2018 se superan las 6 G (en la Parabólica de Monza, 6,7), mientras que en la clásica francesa, salvo accidente, no se pasan de las 3,5 G debido al peso diferente de los prototipos. 

Los F1 tienen un peso mínimo de 743 kg con piloto incluido frente a los 875 de los LMP1 este año (830 para los privados no híbridos), además de sus aerodinámicas diversas. 

Obviamente, la duración de las carreras son completamente distintas, con la F1 con un límite de dos horas como máximo frente a las 24 de Le Mans, con el desgaste de frenos que esto implica. En ese tiempo, los F1 afrontan unas 350 frenadas en circuitos como Spa, según Brembo, frente a las más de 4.000 de un LMP1 en La Sarthe.

Así, en Le Mans se frena como en unos 12 grandes premios de F1, aproximadamente, durante el 15% de la carrera los prototipos y durante el 17% los GT.

Discos de freno F1 vs. Le Mans

Foto: Brembo

Además, otra diferencia es que las llantas de los Fórmula 1 son de 13 pulgadas, frente a las 18 de los LMP1 en Le Mans, lo que marca la diferencia entre el diámetro de los discos de freno. Los participantes en la mítica prueba francesa se las tienen que ver con largos periodos tras Safety Car o las zonas lentas, además de con la típica meteorología de La Sarthe, enormemente cambiante. 

Las diferencias de los discos de carbono de estos tres tipos de vehículos de competición son grandes. Los F1 y los prototipos de Le Mans cuentan con discos de carbono, pero los de los GT son de hierro fundido. 

En cuanto a la diferencia de rendimiento entre los discos de un F1 y de un LMP1, tomaremos por ejemplo la primera chicane de Le Mans y la primera chicane del circuito de Singapur. 

Los LMP1 llegan a 335 km/h y frenan durante 3,21 segundos, recorriendo 195 metros, y bajando a 109,5 km/h. Para ello, los pilotos de los LMP1 deben aplicar unos 100 kg de peso sobre el pedal del freno y sufren una desaceleración de 3,5 G. El F1 llega a 295 km/h y frena durante 1,98 segundo para bajar a 135 km/h, aplicando casi 200 kg de fuerza sobre el pedal. Es decir, en 72 metros de frenada, un F1 reduce su velocidad en 105 km/h y un LMP1, en torno a 69 km/h, según los datos ofrecidos por Brembo, suministrador de 27 de los 30 prototipos en Le Mans 2018 y de 25 de los 30 GT.

En resumidas cuentas, los F1 rinden mucho mejor en frenada, pero no resistirían más allá de una octava parte de la distancia que los frenos de los LMP1 completan en Le Mans.