Las mejores historias de 2018, 4: Alonso entra en la leyenda de las 24 horas de Le Mans

En su intento por conseguir la Triple Corona, Alonso llevaba años coqueteando con la posibilidad de correr las legendarias 24 horas de Le Mans. A finales de 2017 ya probó el Toyota del WEC, lo que era una pista inequívoca de sus intenciones, pero no fue hasta el pasado mes de enero cuando se hizo oficial lo que era un secreto a voces. El español no solo disputaría así la prueba francesa, sino que también se comprometía a realizar la temporada completa del mundial de resistencia.

Toyota llevaba soñando desde 1985, cuando participó por primera vez en el Circuito de La Sarthe, con ganar en Le Mans. En los últimos años incluso había intensificado su apuesta, pero la mala suerte o el destino le hicieron perder la carrera de forma cruel y cuando partían como favoritos. Con la salida de Porsche del WEC, el fabricante nipón se quedaba prácticamente solo, y al igual que en el resto de pruebas del calendario, el duelo por la victoria se limitaba a sus dos coches, siempre y cuando la fiabilidad lo permitiese.

Y es que el miedo a hacer el ridículo otra vez era tal, que Toyota incluso sometió a sus TS050 hybrid a pruebas tipo NASA. Ni siquiera la presencia de todo un bicampeón del mundo de F1 podía garantizar nada, pero casualidad o no, fue Alonso quien acabó marcando la diferencia. 

El Toyota #8 de Buemi, Nakajima y el propio Alonso hizo la pole gracias al japonés, pero el prototipo del asturiano se vio lastrado con dos Zonas Lentas al comenzar la noche, que permitieron al Toyota #7 de Kamui Kobayashi, Mike Conway y José María López liderar con más de dos minutos de ventaja antes de la parte clave de la carrera.

Pero en un relevo que ya es historia de Le Mans, en dos horas y media el bicampeón del mundo prácticamente enjuagó la desventaja y dejó el triunfo en bandeja a Nakajima cuando le dio el relevo. El japonés remató la faena con un magistral adelantamiento a Kobayashi al amanecer en Arnage, mientras que Buemi y Alonso remataron la faena por la mañana. 

El japonés fue el encargado del último relevo y solo tuvo que dedicarse a gestionar la ventaja. El último tramo de carrera no estuvo exento de algún pequeño susto para sus rivales, como el que protagonizó Kobayashi a una hora y media para la bandera a cuadros cuando se pasó la entrada a boxes y completó una vuelta más de las permitidas por relevo (11), consumiendo también más de la cuenta y los comisarios le impusieron dos stop&go de 10 segundos cada uno que terminaron por sentenciar la victoria.

Así, Toyota y Alonso, Alonso y Toyota, se convertían en leyendas de Le Mans. Los japoneses conseguían al fin una victoria que le había esquivado en los últimos años, mientras que el español también triunfaba en su primer intento y ve más cerca conseguir la Triple Corona que solo ostenta Graham Hill.

La victoria de Alonso y Toyota, en fotos

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