La venganza se sirve en plato frío... donde las dan las toman... Nada. Cualquier dicho referido a devolver una acción se quedaría corto para describir la genial respuesta que se dio el pasado fin de semana en la cita de la IndyCar 2023 en Road América.

Allí, mientras Alex Palou brillaba para lograr la pole y luego la convertía en victoria, las aguas estuvieron más revueltas en otros puntos de la parrilla. El sábado, Will Power tuvo un incidente con Romain Grosjean, y tras amenazar al francés con pegarle "un puñetazo en la cara", hubo un toque con Scott Dixon, tras el que se fue a por el de Chip Ganassi y le empujó, amagando con iniciar una pelea.

Enfadado, Power cargó contra el circuito Road America, diciendo que es una pista "terrible cuando te sales", criticando sus escapatorias y asegurando que "hacen un trabajo terrible aquí, porque siempre que te sales casi te rompes la espalda". Además, concluyó que era un circuito "de mierda y que se merece una patada en el culo".

Esa crítica llegó a oídos del presidente del circuito, Mike Kertscher, que se vengó, como explicó el reputado periodista Marshall Pruett en sus redes sociales. ¿Y qué hizo Kerstcher ese mismo día para responder a Power? Así lo narra Pruett: "El presidente del circuito fue y se subió a uno de los camiones 'de mierda', uno de los vehículos que utilizan para retirar los deshechos fecales, los deshechos humanos de cada uno de los baños portátiles del circuito. Esos camiones huelen tan a muerto que te hacen casi vomitar".

"Kertscher cogió uno de esos camiones de mierda y lo aparcó enfrente de la caravana y el motorhome de Power: 'si dices que es un circuito de mierda, aquí tienes la mierda". Pero lejos de enfurecerse, Power decidió tomarse su propia revancha, no contra el presidente del circuito sino contra Dixon, el piloto con el que había tenido el toque.

"Kerstcher se había dejado puestas las llaves en el camión con las aguas fecales, y Power se subió, lo encendió y lo condujo hasta justo enfrente del motorhome de Dixon".

Afortunadamente las cosas se habían calmado entre los pilotos, y Dixon encajó bien la broma, y a ambos pilotos se les vio sonriendo juntos el domingo, día de la carrera. Antes, el propio periodista preguntó a Power por su venganza, y el australiano contestó con una sonrisa: "Me encanta conducir camiones, así que tuve que aprovechar la oportunidad para moverlo. Vi a Dixon anoche, nos reímos un montón, fue una locura".

Y así acabó, con risas, una historia 'de mierda' en la IndyCar.