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Top de historias 2016: #14, Rossi consigue el milagro en Indianápolis

El número 14 de nuestro repaso a las 20 mejores historias del año llegamos al capítulo de Alexander Rossi y su triunfo en la edición número 100 de las 500 Millas de Indianápolis.

Ganador de la carrera Alexander Rossi, Herta - Andretti Autosport Honda

Ganador de la carrera Alexander Rossi, Herta - Andretti Autosport Honda

IndyCar Series

Hay algo sobre Alexander Rossi que perturba a la gente: ¿cómo puede permanecer tan fresco y tranquilo, frente a todas las circunstancias con tanta ecuanimidad? Fuera del automóvil esta placidez a veces se interpreta como un distanciamiento, pero el reverso de esa misma moneda es su compostura en la pista de carreras, el tipo de cualidad que le permitió absorber la decepción de dos pitstops muy lentos en la edición 100 de las 500 Millas de Indianápolis que lo mandó hasta la posición 29 a mitad de carrera. 

El tipo de compostura que le permitió investigar diferentes maneras de ahorrar combustible y así estirar sus períodos para abrir una ventana de posibilidad remota al final de la carrera. El tipo de compostura para confiar en las matemáticas del director del equipo del Nº 98 Don Lambert y responder a esa, aparentemente absurda, cantidad de combustible para afrontar el último relevo de la carrera. 

Lo que Rossi también tenía de su lado fue que los Andretti Autosport-Honda habían sido rápidos todo el mes, su 11º lugar en la parrilla no era muestra de su ritmo final. Los mismos coches se mantuvieron rápidos con la puesta a punto de carreras, con Rossi marcando la vuelta más rápida de la tradicional carrera. 

En declaraciones a Motorsport.com a principios de esta semana, Rossi admitió que ni el público ni los medios de comunicación se han incendiado con él todavía, tal vez debido a su falta de emoción salvaje después de ganar la carrera más grande del mundo. Pero también estuvo de acuerdo en que el autocontrol había ayudado el día de la carrera, una de las tres joyas de la corona del automovilismo.

"Fui con mi ingeniero [Tom German] el domingo por la mañana y le pregunté algo preocupado '¿No estoy lo suficientemente nervioso?". Rossi se rió entre dientes. "Yo había visto a Ryan, Marco y Carlos completamente diferentes ese día a cómo habían estado en las semanas previas a la carrera, así que le pregunté, '¿Me estoy perdiendo algo?' Y él dijo: 'Sí, Pero eso está bien. Utiliza eso para sacar ventaja. Yo estaba emocionado, pero la ingenuidad de no entender la magnitud de la carrera probablemente jugó en mi favor un poco, porque no había mayores expectativas".

Sin expectativas previas

"Realmente, en la segunda mitad de la carrera, nunca pensé que podría ganar, y otra vez creo que por eso hubo algunas críticas de cómo me comporté después de la carrera. No estaba tranquilo; yo estaba realmente sorprendido, pensando, '¿Qué acaba de pasar?".

"Lo que la gente no observa es que desde la marca de las 100 vueltas, pensé que realmente no teníamos una oportunidad. Durante esas últimas 36 vueltas, teniendo en cuenta que nadie había conseguido más de 31 giros con un tanque de combustible en los días de práctica, yo pensaba que me quedaría sin combustible. Había llegado a una plena idea de eso, y yo sólo iba a hacer mi mejor esfuerzo para llegar lo más lejos que pudiera". 

"Normalmente, si tu ingeniero te dice por la radio que te quedan seis vueltas y dice que estas en primer posición te emocionas, pero no había nada de eso. En su lugar sólo tenía la misma sensación que se tiene cuando estás en primera posición por un par de vueltas, pero sólo porque te has quedado más tiempo que los demás, estás allí sólo porque estás fuera de la estrategia.  Fue sólo cuando entré en la curva 1, después de la carrera con el motor apagado, que me di cuenta de la enorme multitud rugiendo a mi alrededor desde las tribunas, escuché a Bryan [Herta] en la radio. Fue entonces cuando me dio un shock, y no tuve la capacidad de lidiar con eso porque no existía ninguna expectativa de ganar cuando estábamos a mitad de la carrera". 

"La otra cosa que sucedió es que la segunda mitad de carrera fue muy diferente a cualquier otra carrera en la que he estado. En lugar de competir con otros coches, tratando de resolver algo como la forma de obtener que el motor Honda tuviera una mejor posición de salida en la curva 4, eso se convirtió más en un rompecabezas donde yo estaba compitiendo contra los otros chicos. Estaba en mi única carrera. Mi mundo entero giraba en torno a intentar todo lo que pudiera para alcanzar un número de consumo de combustible que era básicamente inalcanzable. Algunas cosas que intenté no parecían lógicas y otras no funcionaban, pero otras sí".

Durante la parte final, los rivales más cercanos de Rossi –Carlos Muñoz, Josef Newgarden y Tony Kanaan– habían hecho una última parada en boxes con 10 giros para el final, aunque con más de medio minuto de desventaja. 

"Hasta tres o quizás cuatro vueltas antes estábamos obteniendo un gran kilometraje y todavía girábamos a 217 mph", recordó Rossi. "Pero con una ventaja de 30 segundos, era el momento de reducir la velocidad. Los chicos que me dieron consejos y sugerencias en el muro de pits desempeñaron un papel importante en todo esto, porque todo el mundo había estado tratando de estirar su combustible como lo hicimos nosotros en esa parte final y no habían logrado".

"A dos vueltas del final, teníamos 0.65 galones en el coche, apenas suficiente para hacer una vuelta. Y luego, dejando la curva 2 en la última vuelta, el equipo vio que la presión del combustible estaba cayendo y el motor estaba a punto de cortarse, y por eso me dijeron que lo diera todo para que cuando el motor se detuviera estuviera bajo la bandera de cuadros gracias al impulso".

Rossi siguió las instrucciones al pie de la letra, el motor se cortó a medida que pasaba por la curva 3, pero fue capaz de rodar libremente, cruzando la línea con apenas 133,7mph, poco menos de cinco segundos por delante de Muñoz. Explicado así se entiende por qué Rossi estaba casi completamente aturdido por su victoria. Su logro sólo realmente se puso de manifiesto para el ganador apenas la semana pasada, cuando vio su rostro en el Trofeo Borg-Warner.

"Eso fue lo más genial", admitió. "Anteriormente, ese resultado estaba solo en papel o en Internet, o en la televisión o en fotografías. Al ver ese trofeo, sé que es algo para todos los tiempos. Sea lo que pase, eso es algo que no se me puede quitar". 

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